Los intha (la gente del lago), como los shan, los mon y los bamar, son budistas, y por el
lago hay pagodas, monasterios (kyaung) y muchas estupas. Nosotros
visitamos Phaung Daw Oo Paya (Phaung significa sagrado y Daw OO barca).
En la lejanía impresiona su arquitectura, aunque cuando te acercas y ves
la verja que la rodea, vuelves a tener la sensación, que nunca
terminar de desaparecer en Myanmar, que has llegado a un parque de atracciones.
Junto
a la pagoda hay una especie de "garaje-astillero" donde acogen las embarcaciones que salen en
procesión durante la festividad local que se celebra en los meses de
octubre-noviembre, que acompañan a la barcaza real Karaweik (que se
puede ver o intuir a la izquierda de la fotografía).
Desembarcamos directamente a una de las puertas de acceso a la pagoda, con su pasillo cubierto.
Pero antes de entrar damos un paseo por la explanada que rodea el complejo.
En esta explanada los tenderetes de venta de souvenirs han tomado el mando, tanto que
incluso han cortado el paso a los puestos planetarios.
Entramos a la pagoda, en cuyo pasillo por supuesto que también hay puestos de venta.
El
interior no tiene nada especial, tiene columnas doradas y murales que
cuentan la historia de Buda, y solo consta de un santuario (en
contraposición con la existencia de cuatro, uno por cada punto
cardinal), situado en el centro de la estupa.
Al santuario no podemos acercarnos las mujeres, tenemos expresamente prohibido el paso. Estos detalles no me gustan, y más de una religión que aparentemente es reflexiva, equitativa, mística... no le queda nada bien; esta prohibición también la sufrí en la visita a Mahamuni Paya en Mandalay, y es que a lo mejor no es una simple coincidiencia, sino que las imágenes veneradas tienen su similitud.
Se
veneran cinco imágenes de Buda, imágenes por llamarlas algo, ya que en
algún momento lo fueron, y ahora son cinco bultos deformes por la
costumbre de cubrirlas con láminas de pan de oro. Se cree que estas
imágenes fueron traídas por el rey de Bagan Alaungsithu en el siglo XI.
Estas imágenes se transportan durante la festividad en la barcaza real Karaweik, a la que acompañan 32 barcazas en las que van hasta cien remeros con trajes coloridos; esta procesión para en los pueblos alrededor del lago, pasando una noche en el monasterio principal de ellos. En 1965 el barco real volcó y a pesar de que la gente se lanzó masivamente al agua para recuperarlas, solo sacaron cuatro de ellas, y la leyenda cuenta que al regresar a la pagoda encontraron la imagen que no habían salvado en el santuario, por lo que desde entonces es la única que no sale en la procesión. Parecen unos huevos de Pascua en versión moderna...
Estas imágenes se transportan durante la festividad en la barcaza real Karaweik, a la que acompañan 32 barcazas en las que van hasta cien remeros con trajes coloridos; esta procesión para en los pueblos alrededor del lago, pasando una noche en el monasterio principal de ellos. En 1965 el barco real volcó y a pesar de que la gente se lanzó masivamente al agua para recuperarlas, solo sacaron cuatro de ellas, y la leyenda cuenta que al regresar a la pagoda encontraron la imagen que no habían salvado en el santuario, por lo que desde entonces es la única que no sale en la procesión. Parecen unos huevos de Pascua en versión moderna...
Un fiel en la tarea de colocar las láminas de oro sobre las imágenes.
Para los fieles que no se acerquen a las imágenes, sobre todo para las mujeres, una pantalla de televisión los retransmite, la tecnología al servicio de la fe y sus prohibiciones. Desde este ángulo parecen una tarta deconstruida...
Alrededor del santuario no faltan las ofrendas alimentarias.
Ciertamente esta pagoda a nuestros ojos es más llamativa por el exterior y su localización que por su interior, aunque resulta curioso ver estos pegotes de Buda. No me gustan las prohibiciones sin sentido, y aunque hemos visitado esta pagoda y la de Mahamuni, preparando el viaje tuve que elegir bien la ruta ya que hay un lugar muy interesante en Myanmar, la Roca Dorada o Kyaiktiyo Paya, pero a la que las mujeres tenemos prohibido el acceso, tras un viaje algo penoso aunque seguramente educativo; así que ante este hecho y la posibilidad de realizar un trekking en Kalaw y visitar las magníficas cuevas de Hpo Win Daung, salió perdiendo la supuestamente interesante roca.