13 de febrero de 2011

Camboya - Angkor - Pre Rup


Cambiando el cuerpo

Después de la visita al templo de Banteay Samré Alann dice que vamos bien de tiempo y que si queremos podemos visitar otro templo que no estaba en ruta, la respuesta no es otra que afirmativa, estamos ansiosos de descubrir esta maravillosa ciudad y su increíble arquitectura en este paisaje alucinante.

En Camboya no faltan tampoco los búfalos, sin agua en este caso.


Alann nos lleva al Pre Rup, que se encuentra en la carretera de vuelta a Siem Reap. Fue construido por Rajendravarman II alrededor del año 960 a base de ladrillos y laterita y  fue dedicado a Shiva.

Pre significa cambiar y Rup cuerpo, y se refiere a la cremación  real que supuestamente se realizaba en este templo, pero las pruebas arqueológicas no terminan de confirmarlo.

 
Como ya es natural nos encontramos piedras y más piedras diseminadas en el conjunto, ¿todo esto es seguro?.

Esas escaleras hay que atacarlas para disfrutar del templo y aunque no podamos descifrar su secreto, si era crematorio o no, estas exploraciones son reconfortantes visualmente, aunque físicamente puedan cansar un poquito. 


El interior de una de las torres, mucho más altas que las de My Son, que no deja de estar en nuestra memoria visitando Angkor. 


Los escalones son muy empinados y altos, además algunos están desgastados o rotos, con lo que no siempre se puede pisar con seguridad, yo me voy apoyando en las manos cuando lo necesito, todo vale para no caerse.


Es un templo-montaña en forma de piramide con tres plataformas más la del santuario, coronadas en su nivel superior por cinco torres en forma de flor de loto.

Por supuesto toda subida tiene la recompensa de las vistas, sigue siendo magnífica la visión de esa selva y se comprende cómo llegó a devorarse los templos sin ninguna mano que la controlara.


Con la vista casi no se ve, por lo menos las cegatas como yo, que además no se ponen las gafas porque el calor hace que se les resbalen y la molesten más que la ayudan, pero con el zoom se puede ver la torre santuario de Angkor Wat, ¿no es magnífico?


Por supuesto al final de las escalerras el santuario del Pre Rup.

 
En las torres hay figuras de apsaras pero como a éstas las tenéis muy vistas una figura diferente que no sé a que corresponde porque no parece un devada más bien parece un guerrero o incluso una momia.

 
Toca bajar y de nuevo agarrándose a todo lo posible, nuestra guía, que en esta ocasión sí nos ha acompañado en la subida, supongo que para que no nos pasáramos por alto la vista de la torre de Angkor, vigila mis pasos por si las moscas me da por rodar cabeza o culo escalones abajo.


Las bibliotecas del nivel superior del templo están torcidas y en un estado que asusta entrar en ellas, da la sensación que con un solo soplido hasta se pudieran caer.


Como dato a tener en cuenta es que el templo es uno de los lugares más concurridos de Angkor durante la puesta de sol, porque las vistas de los circundantes arrozales de la Baray Oriental son espectaculares, debido a su excelente ubicación y altura. 
 
Las visitas de la mañana han terminado y toca ir al hotel para comer, pero lo primero es lo primero así que después de darnos una ducha nos vamos a la piscina para tener el descanso del turista.

Nos tumbamos en las camas-hamacas y se está de maravilla, además allí nos pueden servir la comida, con lo que aprovechando que se está fresquito y más si continúo con el chapuzón entre bocado y bocado. Nos pedimos unos sándwiches y en esta ocasión prescindimos de la cerveza local y nos damos a la coca-cola, que necesitamos azúcar y tener la mente despejada para las visitas de la tarde, que escritas ofrecen sorpresa y más magia.