8 de mayo de 2013

Corea del Sur - Seúl - War Memorial of Korea - Korean War Memorial Hall



Homenaje, esperanza y recuerdos de la guerra

Una vez que hemos dejado las maletas en el hotel en Seúl le debo a mi marido una visita, pero antes de llegar a ella pasamos por un lugar que en metro nos pilla bien, aunque sólo a su zona externa, el War Memorial of Korea (estación Samgakji), en el distrito de Yongsan-gu (mirar mapa). 


Lo primero que vemos es la escultura de los Dos Hermanos, Two Brothers, de 18 m de altura y 11 m de ancho, que se compone de una parte exterior y otra interior. 

En la parte superior la figura de dos soldados, dos hermanos , el mayor del ejército de la República de Corea, y su hermano menor, del ejército de Corea del Norte, que se encuentran en el campo de una batalla y se reconcilian, expresando su amor y el mutuo perdón. Los hermanos soldados están erigidos sobre una tumba en forma de cúpula construida con piezas de granito recogidas por todo el país, simbolizando los sacrificios realizados por los patriotas coreanos, y la grieta representa la divisón de Corea y la esperanza de la reunificación.

Al interior no pudimos acceder porque llegamos a la hora de cerrar, pero en él continúan los simbolismos de reunificación con un mosaico, y un reconocimiento a los países aliados que participaron y ayudaron a Corea del Sur. Sobre el techo hay una cadena de hierro simbolizando los lazos inquebrantables de una Corea unida (da tanto miedo leer estos símbolos con la situación actual, aunque también es cierto que te infunde mucho más esperanza y deseos de una realidad, aunque los símbolos símbolos son, y dos no se aman si uno no quiere...)


Hacia un lado del memorial se encuentra el Monumento a la Guerra de Corea, un homenaje a los que dieron su vida para dejar la paz a sus hijos con la esperanza de la unificación. 


El monumento se compone por un lado de dos grandes bloques dirigidos hacia el cielo, en cuyo interior hay labrados dibujos en sendas placas de metal; el ser dos bloques juntos pero separado me imagino que vuelve a representar la división de Corea, tan cerca, tan lejos. Parecen dos líneas paralelas hasta el infinito...



Los bloques están rodeados de dos grupos escultóricos a cada lado con representaciones de imágenes de la guerra, protagonizadas por soldados  y ciudadanos; todos ellos muy expresivos en sus acciones o gestos. Son imágenes de guerra, de exilio.




Nos recuerda algo al monumento en el cementerio de Gwangju, aunque allí las imágenes eran más de victoria, en estas se siente más la tragedia. 

También hay un pequeño estanque con una esfera en el centro en el que hay grabados cientos de rostros, supongo que dedicado a patriotas con nommbres y apellidos pero no vimos placa ninguna. 


El monumento tiene grabado un texto en una piedra de granito sobre la guerra de Corea: comenzó la mañana del 25 de junio de 1950 con la invasión de Corea del Norte en Corea del Sur, causó más de cuatro millones de vidas, diez millones de familiares separados. La guerra duró tres años, un mes y dos días, firmándose el armisticio el 27 de julio de 1953. Pero la historia de las dos Coreas después de la guerra es una historia latente y trágica que se sigue viviendo y escribiendo día a día, algo de lo que aprendimos en nuestra visita a la DMZ (Zona Desmilitarizada) y a la JSA (Joint Security Area). 

Al lado de este pequeño resumen de la guerra, unas palabras duras y por desgracia demasiado veraces, casi aplicables todos los días a este mundo en demasiadas ocasiones sin sentido; causa mucha tristeza la veracidad de estas palabras país tras país visitado, aunque no hace falta irse lejos para sentirlas en tu propio país. 



Estas esculturas rodean y dan paso al Korean War Memorial Hall, un museo donde se ofrece un repaso por la historia del país, con documentos y materiales de los 5.000 años de historia coreana y de su resistencia histórica contra la invasión de mongoles, japoneses y chinos, con especial incidencia en la Guerra de Corea. En su interior se pueden ver los famosos barcos tortuga del almirante Yi Shun-sin

El museo se encuentra instalado en los terrenos que fueron sede de la Infantería de Corea del Sur. 


Estando al lado de la escultura de los Dos Hermanos un turista se nos acercó para avisarnos que llegábamos tarde para visitar el museo, hecho del que ya éramos conscientes, pero agradecimos su comentario, así como el que estaba realmente interesante, hecho que ya suponíamos, como también lo será el cercano Museo Nacional de Corea, al que tampoco tuvimos tiempo de visitar (y estaba en la lista de los lugares a conocer, pero dado que la historia la fuímos conociendo recorriendo el país y de tiempo, como siempre, estábamos justos, se quedó en la cartera de pendientes). 

Detrás del museo asoma la torre Namsan, siempre vigilante. 


El museo se encuentra rodeado de un estanque, el agua siempre representa la purificación y los buenos deseos. Las banderas de los países aliados, y los que están presentes en la DMZ


No podemos visitar el museo por haber cerrado sus puertas, pero sí podemos dar una vuelta por su parte exterior, donde se exhiben vehículos y armamento militar como parte de la colección del museo. 

El imponente B-52, bien conocido en Vietnam por sus mortíferas descargas.


Una colección de aviones y tanques, que nos recuerdan nuestras visitas la Intrepid Air Museum de New York o a nuestra visita al Museo de Vestigios de la Guerra de Ho Chi Minh City  o Saigón. Creo que la estrella blanca era un símbolo de las tropas aliadas y la estrella roja de los tanques soviéticos o chinos, por lo tanto de Corea del Norte. 




Este de camuflaje es de origen USA. 


Un verdadero despliegue de aviones (la segunda foto parece un avión japonés) y otros vehículos. 






Se puede ver el interior de uno de los tanques, y por muchas películas que se hayan visto de guerra, el imaginarse dentro de él no produce precisamente sensaciones agradables, ni físicas ni mentales. 


Tampoco son buenas las sensaciones que se sienten al ver el contraste de los tanques con los edificios de la ciudad al fondo, es como continuar en guerra, como estar siempre alerta, aunque está claro que con la pugna de las dos Coreas no se puede bajar la guardia. 


El despliegue de armamento, en especial de misiles tampoco produce una sensación de paz, sino más bien de tremenda inquietud, de miedo, de inseguridad…conceptos contradictorios entre el fin y los medios, aunque posiblemente para los surcoreanos sí que representan la paz y la seguridad futura. 




Por último, un barco surcoreano con los agujeros de los proyectiles en su casco, del que desconocemos su historia pero supongo que en el museo la cuentan, barco al que en horario de apertura creo que se puede acceder.