3 de octubre de 2018

Myanmar - Bagan - Gubyaukgyi - Myazedi - Mingalazedi

Bellas pinturas, pilar de lenguas y acceso cortado

Al norte de Manuha Paya está Gubyaukgyi, templo construido en 1113 por Rajakumar, hijo de Kyanzittha, para conmemorar la muerte de este, a pesar de que no le había nombrado sucesor, ya que en su momento desconocía su concepción y designó a su nieto, Alaungsithu, por lo que finalmente fue nombrado gobernador de Arakan. 


El exterior es precioso, así nos lo pareció y eso que sigue la tónica arquitectónica general en Bagan, pero las sensaciones del momento son así; además la ausencia de visitantes es de agradecer, aunque cierto es que en contadas ocasiones hemos estado todos concentrados en los monumentos. 



Es de planta cuadrada, de estilo indio, tiene ventanas perforadas de estilo pyu y un bonito trabajo de estuco. 




Este templo cueva guarda en su interior unas bellísimas pinturas de vivos colores con escenas del Jataka, datadas en la misma fecha de su construcción, por lo que para su preservación no se pueden realizar fotografías, pero son las que más nos han impresionado con diferencia, por lo que creo que es uno de los templos imprescindibles para visitar. Por el terremoto de 2016 se cerró el acceso pero afortunadamente se ha vuelto a abrir, hay un encargado de abrir y cerrar su puerta para controlar las visitas.

Su localización:

 
Desde Gubyaukgyi se accede caminando a la cercana Myazedi, cuya estupa es dorada, pero que por los daños sufridos por el terremoto de 2016 está tapada y en rehabilitación, y que recibe el nombre de pagoda de jade o estupa esmeralda. 



Fue ordenada construir por el príncipe Rajakumar en 1113 para honrar la memoria de su madre (Gubyaukgyi lo fue para su padre). En las esquinas hay leones guardianes o chinthes, así como pequeñas torres y unas especies de jarrones. 



En el muro junto a la puerta de entrada hay elaboradas hornacinas con imágenes de Buda, pero no recuerdo si entramos, porque no hay fotografías, así que a lo mejor no pudimos entrar por las obras, o sencillamente no nos gustó lo suficiente el interior. 



En un pabellón además de albergar una imagen dorada de Buda, hay una representación de una sala de oración como si fuera una casa de muñecas, eso sí, de tamaño algo mayor, pero es la sensación que produce al verlo. 


En el patio de la pagoda hay un pequeño edificio donde se guarda una columna o pilar de cuatro lados, en cada uno de los cuales hay una inscripción en pyu, mon, birmano antiguo y pali. La inscripción narra la consagración del templo Gubyakgyi, y el príncipe Rajakumar cuenta sus sentimientos hacia su padre, y hacia el hecho de no haberle nombrado su sucesor.

Es muy importante este pilar porque tiene gran relevancia lingüística e histórica, ya que por ejemplo confirma la importancia cultural que tenía el pyu en la primera época del reino de Bagan, y además establece la cronología de sus reyes. Por ello la Unesco la ha incluido en el Memory of the World International Register en el 2015, registro que creó en 1992 para tomar conciencia del estado (lamentable en muchas ocasiones) de conservación del patrimonio cultural en el mundo. 




Su localización:


Al norte de Myazedi y Gubyaukgyi se encuentra Mingalazedi, “la estupa bendición”, el último de los grandes monumentos del periodo tardío de Bagan. Fue ordenada construir por el rey Narathihapati entre 1268 y 1274, y es una copia de Shwezigon Paya pero sin recubrimiento dorado. Dicen que es una de las pagodas más bellas por la armonía de sus proporciones, y a pesar del andamiaje que la recubre por los daños sufridos durante el terremoto de 2016, el conjunto es impresionante y hermoso, con una altura de 40 m. 


Según la leyenda Narathihapati tentó al destino, ya que existía una profecía que afirmaba que si se terminaba de construir la pagoda, el reino de Bagan caería, y diez años después de su finalización, los mongoles invadieron Bagan.

Por los daños sufrido y las obras no se puede acceder a las terrazas, desde las que tiene que haber buenas vistas, en ellas se conservan 561 baldosas vidriadas con escenas del Jataka, de las 1061 con las que contaba originalmente. 



Su localización: