2 de octubre de 2011

Australia - Sydney - Taronga Park Zoo


Mundo animal australiano 

Volvemos a donde casi empezamos el día, al Circular Quay, donde están los muelles de los ferries que comunican los diferentes barrios que conforman la bahía de Sydney y que están muy bien identificados para llegar a donde se quiere llegar (¿para turistas tontos despistados y preguntones?. 


No nos corresponde el muelle 4 sino el 2, que es desde donde parten los ferries que van a Taronga Park Zoo; hoy es el día de concesión marital, y el que se ve los documentales de la 2 y no se duerme se ha quedado con ganas de animales y es que si el Sydney Wildlife World no hubiera estado cerrado por rehabilitación posiblemente se le habría quitado la morriña, pero estando en Australia hay que conocer su fauna, como hemos hecho con su flora en los Royal Botanic Gardens


Es un ticket combinado, de modo que se incluye el transporte y la entrada al zoo, con un viaje marino de apenas 15 minutos. Taronga en aborigen significa “con vistas al agua”, y es que el zoo se sitúa en una zona boscosa de Mosmann, en la North Shore, con vistas a la bahía, saben bien cómo sacarle  el mejor partido. 


Por supuesto están todos los animales clásicos, pero hagamos un repaso por los más extraños o más propios del país. Hay diferentes aviarios repartidos por el zoo, muy bien montados, ya que tienen doble puerta de acceso, de modo que hasta que no se cierre la anterior no se abra la siguiente (solo hace falta tener educación) para que no se escapen los pájaros. El muestrario es de todo tipo pero obviaré sus nombres, no tomé notas, tendría que buscarlos por internet y seguramente no siempre los encontraría, pero eso sí, colorido no les falta.


Creo que son loros Crimson Rosella. 





La genial y cansina Laughing Kookaburra. Ellas con su risa en los bosques son lo mismo que las cigarras en los jardines japoneses, además se las oye pero no se las ve tan fácilmente, igual que las cigarras. 






En un recinto nos encontramos nuestro primer canguro, pequeño y bien guapo él, pero está solito, en realidad se trata de un wallaby, que marsupiales son todos pero tienen distintos apellidos. 


Los canguros rojos medianos, más pequeños que los que vimos en el Sydney Wildlife World, estaban agotados por el calor, y es que este final de invierno caluroso no incita a moverse, además ellos suelen ser animales nocturnos, por el día se resguardan del calor en el desierto y salen por las noches. 


Una especie de la que no tenía conocimiento era la de los canguros de árbol, que pertenecen a los marsupiales pero se suben a los árboles como ardillas, ayudados en el equilibrio de su gran cola.


 
Los koalas fueron difíciles de ver, porque estaban en una zona demasiado protegida y había que subirse a una especie de muro o pasarela, y como más cerca que los habíamos tenido en el  Sydney Wildlife World no los íbamos a tener tampoco le pusimos mucho empeño.

Otro animal autóctono es el emú, parecido a un avestruz, pero al contrario que éste que parece agresivo a este le das un grito y se asusta él. 


Tampoco se dejaron ver ni el casuario ni el ornitorrinco en aves así como el wombat en marsupiales. 

Menos mal que el famoso demonio de Tasmania si se quedó fuera del recinto para conocerle en persona, a él y a sus "atributos". 


Está en un decorado de película, una carretera, en la que por las noches se suelen atropellar animales, muchos de ellos canguros, y  lo que entendemos, no por el cartel, es que este diablo está a la que salta para sacar partido de la carne fresca conseguida sin trabajar, aunque también puede resultar atropellado en esta caza furtiva. 


En la zona de animales nocturnos es complicado ver algo pero es muy divertido estar a la búsqueda de ratoncillos varios y musarañas, que tan pronto están quietos como se ponen a correr y parece que les han dado cuerda. Este pequeño estaba al exterior, más familia directa de la ardilla. 


Entramos en la zona de reptiles, donde nuevamente hay una gran variedad, entre ellos el inquietante dragón de Komodo.


No faltan ellos, los Dundees, alias Cocodrilo, ¡¡pedazo bichos!! El primero es un freswater, cocodrilo de agua dulce, por su morro estrecho y los segundos son saltwater, cocodrilos de agua salada, que también se van a la dulce. 



También hay una gran variedad de ranas, lagartos y serpientes, muchos de ellos solo habitan en Australia y muchos de ellos son de los más peligrosos del mundo. Siento no poder llamarles por su nombre pero me pasa como con las aves, tenía que haber ido tomando nota que yo nunca he sido muy de ciencias naturales.








De tortugas dos raras, por lo menos a mis ojos, la primera espinosa en su carne y con una boca en forma de pico parece y la segunda con un caparazón en forma de estrella.



El mundo de las arañas y los insectos, como el palo, también tiene su apartado y sus variedades, pero una de las arañas más importantes, la araña de espalda roja, no asomó su cabeza o sencillamente no estaba en su vitrina. 

Nos ha llevado toda la mañana la visita y eso que hemos ido rápidos, sin dedicar mucho tiempo en los lugares, en algunos más por curiosidad pero en general hemos ido a paso de marcha y nos hemos saltado algunos animales de los más conocidos o los hemos visto de pasada, como los gorilas, los elefantes o los felinos. Decidimos comer aquí mismo y así una vez en el centro de la ciudad podemos continuar la visita, como era de suponer el fast food bastante malo pero por lo menos se recuperan fuerzas.

Con la sensación de haber sido una visita a medias, tanto por los animales adormilados que no se han dignado salir a recibirnos como por nuestra rapidez, pero al tiempo interesante, volvemos al embarcadero del ferry y nos despedimos de Taronga. 


Nos despedimos con música, ¡¡Yo quiero marchaaaa!!