31 de octubre de 2014

Canadá - Montréal - Èglise St Andrew et St Paul - Musée des Beaux Arts - Èglise Erskine American United - Rue Crescent


Mucho arte (Au revoir Montréal) 

En la ciudad nos queda pasear por la zona oeste del moderno centro, y hacia allí nos dirigimos en nuestro último paseo. Hemos llegado a la estación de metro de Square Victoria por la Rue McGill, medio de transporte que tomamos hasta la estación Guy Concordia, donde se ubica la Universidad Concordia, pero pasamos de ella y nos vamos directamente a la Rue Sherbrooke Ouest, para primeramente ver la fachada de la Èglise St Andrew et St Paul


Junto a la iglesia, el Musée des Beaux Arts de Montréal, que consta de tres pabellones. El Michal and Renata Hornstein Pavilion fue construido en 1912 en estilo neoclásico. 


En la fotografía superior se ve la entrada presagiando la colección de arte del museo, al que no accederemos, con una buena colección de esculturas, en la que a nuestros ojos destaca lo que nos parece un “árbol” muy colorido, pero su título es The Sun, obra de Dale Chihuly. 


En la esquina con la Avenue du Musée hay tres corazones, la obra cuyo título no podía ser otro, Three Hearts on a Rock, de Jim Dine. 


Enfrente del pabellón neoclásico, el moderno Jean Noël Desmarais Pavilion, construido en 1991 por Moshe Safdie, del que ya hemos visto su diferente Habitat'67 durante nuestro paseo en Le Bateau Mouche o nuestro recorrido en autobús por la Île Sainte Hèléne. En este pabellón se exhibe principalmente arte canadiense, así como exposiciones temporales, como la que no pudimos pasamos a conocer de los huevos Fabergé. 


Junto a la entrada de este pabellón, en lugar de tres corazones grises, dos corazones rojos, también obra de Jim Dine, Twin’6 Hearts, romántico que parece este artista. 


La Avenue du Musée es una exposición de esculturas, incluso en la propia calzada con Mirage Tom III, obra de Claude Cormier, y que es sumamente colorida y doble, porque cambia según se mire desde abajo o desde arriba de la calle, una alfombra cromática. 




La simpática Elephant with Tusks and Nijinski Hare, de Barry Flanagan. 


La bonita y espectacular obra de Jaume Plensa, parece un homenaje a la literatura, Shadows II


No menos espectacular resulta Buildings VI, de Antony Gormley, que con ese juego de placas metálicas a modo de mosaico hasta da la sensación que en cualquier momento se pondrá en movimiento. 


En primer término una vaca con nombre, Claudia, de Joe Fafard. 


In memoriam I e In memoriam II, dos bustos de Elizabeth Frink. 


Al otro lado de la Avenue du Musée, la Èglise Erskine American United, que se ha incorporado al museo de bellas artes como Salle Bourgie Hall



En su exterior la escultura que nos parece angustiante por su abertura, por la que sale una mano, The Eye/L’oeil, de David Altmejd. 



Me gusta encontrarme el arte en la calle porque suele ser difícil en visitas cortas a las ciudades entrar en los museos -posiblemente sea una equivocación pero solemos evitarlos en favor del callejeo-, por lo que con esculturas al aire libre te facilitan la labor de ir ampliando conocimientos artísticos. Al haber llegado a esta zona en busca de calles y edificios hemos sido recompensados con arte.

Al otro lado de la iglesia un edificio de apartamentos (136) con aspecto de castillo, por lo que recibe ese nombre, Le Château, un capricho de 1925 del propietario del diario La Presse


En la segunda mitad del siglo XIX, Montréal era una de las ciudades más importantes del Imperio Británico, sus comerciantes e industriales controlaban cerca del 70% de la riqueza de Canadá y muchos construyeron sus elegantes casas en la zona conocida como Golden Square, siendo Rue Sherbrooke Ouest su calle principal, entre las Rue Guy y la Rue University, con lo que no es de extrañar la construcción de este edificio de apartamentos.

Los comerciantes ricos, pero no tan millonarios que no podían optar a vivir en Rue Sherbrooke, construyeron sus casas en las calles cercanas (por lo de si se pegaba algo supongo, a ser posible más billetes) como Montagne, Crescent y Bishop. Nosotros decidimos bajar por Rue Crescent, descubriendo una calle llena de animación, con las casas transformadas en galerías de arte, boutiques, restaurantes, librerías. 




Algunos restaurantes tienen unas terrazas que incitan a tomarse unos cafés o unas copas, si se encuentra hueco porque parecen estar altamente solicitadas. 



Damos la vuelta a la manzana, por Rue Sainte Catherine y luego por Rue Guy para llegar nuevamente al metro, donde ahora vemos uno de esos lugares curiosos y lúdicos, como el espacio en la Place d'Armes, un piano público a disposición de los transeúntes. 


Tomamos el metro en la estación Guy Concordia para bajarnos en la estación McGill y así evitarnos la caminata para guardar algunas fuerzas. En el paseo hasta el hotel es cuando aprovechamos para curiosear el Centre Eaton, un centro comercial que forma parte de la ciudad subterránea. Después de descansar un rato en el hotel, además de adelantar la preparación de las maletas, ya que mañana comenzamos el tour por el país, hacia la zona de La Maurice, nos acercamos a la Place des Arts pensando que la zona estaría animada y realmente no era así, casi que nos quedamos sin cenar, acto que realizamos en una terraza con ambiente muy norteamericano, con unas cervezas canadienses, de la fábrica Molson, tipo Ale, y dos platos cargados de patatas fritas, french fries


Si bien no hemos asistido a ninguna sesión de jazz, nos despedimos con esta música, el canadiense Oscar Peterson, In a sentimental mood (cuya escultura nos encontraremos en Ottawa, junto al National Arts Center), y la fachada iluminada de la Èglise du Gesú; nos ha quedado también pendiente una visita por el Vieux Montréal iluminado, pero no se puede hacer y tener todo, además en dos días y medio nos hemos recorrido bastante bien la ciudad, sobre todo para hacerla básicamente caminando.



Montréal es una ciudad que nos ha ido gustando y enamorando paso a paso, llena de encanto y animación, aunque ésta para los noctámbulos de pro es difícil de encontrar en sus calles a partir de horas tempranas en la tarde-noche si no es en locales cerrados.