21 de junio de 2016

Uzbekistán - Bukhara - Caravanserai Tim Abdulla Khan - Madraza Ulugbek - Madraza Abdul Aziz Khan


Madrazas frente a frente

Tras la comida y algo de descanso, por la tarde, con un sol de auténtica justicia injusta, salimos a conocer otros monumentos de la ciudad. Desde el hotel nos acercamos caminando al cercano bazar Toki Telpak Furushon, que atravesamos. 


Tras el bazar los puestos comerciales se suceden unos tras otros. 


Pasamos junto a un antiguo caravanserai, Tim Abdulla Khan



En su interior hay una tienda de alfombras y tejidos, donde vemos tejer algunas. 



Al fondo de esta calle se encuentra una de las entradas/salidas al bazar Toki Zargaron


Pero no llegamos hasta el bazar, es más un dato orientativo, porque pasado el caravanserai Tim Abdulla Kan, a la derecha hay una amplia plaza con dos madrazas, una frente a otra. 


A la izquierda, la madraza de Ulugbek, construida en 1417, la madraza más antigua de Asia Central. Fue una de las tres madrazas mandadas construir por Ulugbek, el sultán astrónomo; las otras se encuentran en Samarcanda, en la plaza Registan, y en Gijduvan, en la carretera a Samarcanda. Su fachada no está completamente restaurada como en otras ocasiones, pero esto no le quita ni un ápice de su belleza (ya sé, estaréis pensando que es igual que otras madrazas que ya hemos visto, pero esta además no tiene todos sus azulejos, pero es que a pesar de su similitud estas construcciones escolares siempre resultan asombrosas).



Entramos al patio de la madraza, donde se distribuyen las celdas. 



Entramos en algunas celdas para curiosear, pero o no atinamos con la buena o ninguna presentaba nada destacable o mencionable, aparte de mala conservación o acumulación de polvo o trastos. 


Si bien entendemos -y hasta valoramos- que los azulejos no se restauren, otras cosas sí que podrían mejorarse, sobre todo por una simple cuestión de seguridad, como el techo de la mezquita de verano. 


Frente a la mezquita Ulugbek, la madraza Abdul Aziz Khan, construida en el siglo XVI por el kan Abdul Aziz para superar a la madraza de Ulugbek y en general a otros edificios. Su fachada, principalmente su pishtaq, es mucho más ornamentada y decorada. En el siglo XIX fue utilizada como caravanserai. 




Al atardecer sus tonos dorados resplandecen más, y así parece más de cuento.


Su interior, incluidas las celdas, acoge con más profusión tiendas de artesanías y souvernirs varios. 



Nos encontramos con una bonita mezquita de invierno, decorada con la técnica del ghanch y con un color rojizo, así queda demostrado que no hay que descartar ninguna visita por similitud de construcciones o por estar ocupadas por tiendas. En esta sala hay vitrinas donde se expone trabajos en madera. Supuestamente en el mihrab se puede ver la cara de Abdul Aziz Khan, saltándose de forma descarada (bien aplicado el adjetivo) la prohibición del Islam de representar seres vivos, pero nosotros no fuimos capaces de distinguirla, o es una leyenda. 




Entramos al patio de la madraza, cuya decoración de azulejos está casi completamente desaparecida, donde además se nota una restauración realizada con el propósito de mantener la construcción en pie, ya que debería estar más cerca de la ruina sin estos paliativos. Por supuesto el patio está ocupado con más puestos de venta. 



Entramos en una de las celdas y de nuevo nos encontramos una sorpresa, aparte de su estructura, con doble altura, destaca su decoración en las paredes, que incluyen hornacinas. 



Al ir saliendo de la madraza nos encontramos con una escena bastante surrealista para el lugar, se está ejerciendo el noble arte de la peluquería.