2 de septiembre de 2015

Boston - Carrie Nation Cocktail Club and Restaurant - Boston Common


Paseo por el parque

Una vez que hemos descansado un poco en el hotel, lo justo para terminar de soltar los nervios del vuelo y de las maletas con una ducha revitalizante, lo primero es salir a comer algo, que entre unas cosas y otras ya es bastante tarde y más parece la hora de la merienda que de la comida.  Al lado del hotel hay un pub que nos parece bien, el Carrie Nation Cocktail Club and Restaurant, y no dudamos en entrar.

Un par de cervezas, un sándwich (más bocadillo que sándwich) riquísimo de langosta y un entrecot (tierno y sabroso) con verduras. Malas fotografías, buena comida. 




El local que ocupa el pub es muy grande, con dos plantas y varios salones. Donde estamos sentados es junto a la puerta, donde hay una larga barra y mesas altas, además hay otro salón con mesas bajas, con un toque retro en sus sillas y sillones circulares tipo chester. Entre los clientes, un colono o un revolucionario, ya que en Boston muchas visitas o tours se realizan con personas caracterizadas en esta época. 



Para ir al servicio pasamos por un pasillo con fotografías de actores o de eventos o manifestaciones realizadas en la ciudad colgadas en sus paredes. Así conocemos al simpático y dicharachero limpiador de zapatos (ese que vemos precisamente en las películas, estaba allí, grande, corpulento, hablador y negro – no sé si puedo decirlo, pero si soy blanca, él es negro, y para ninguno un insulto-). Además nos da un folleto religioso sobre la Biblia, ¡de los testigos de Jehová!, y ¡en español! -nada cuadra en este cuadro-... si hubiera sido una misa góspel… 


Además nos aconseja que subamos a la planta superior del local, donde hay un antiguo speakeasy, un local clandestino donde se bebía y se jugaba durante la época de la prohibición de alcohol en EEUU (1920-1932). Un lugar increíble, un salto en el tiempo, donde solo faltaban señoras con vestidos de flecos y cintas en la frente, y señores elegantes, eso sí, todos dedicados a las copas, la música y el azar. Supongo que por la noche este lugar estará lleno de gente disfrutando de sus copas, copas legales. 




Tras el repostaje alimenticio comenzamos a explorar la ciudad, situada en la bahía de Massachusetts, en el gran puerto natural que forma la desembocadura del río Charles, ocupando un área de 127 km2, con una población de 600.000 habitantes. En Boston se fundó la primera escuela pública en 1635, la primera universidad en 1636, el primer periódico de las 13 colonias en 1704, el primer sindicato de Norteamérica en 1795, y el primer metro del país en 1897. Datos históricos a tener en cuenta y comprender la importancia de esta ciudad estadounidense.

Como ya es tarde decidimos que daremos un paseo tranquilo, así que en lugar de tomar la calle hacia el centro histórico -frente a nosotros tenemos King's Chapel-, lo hacemos en la dirección contraria, caminando por Beacon St, pasando junto al edificio que antaño ocupó el Hotel Bellevue, que ahora está ocupado por apartamentos y en los que John F. Kennedy -un nombre unido a Boston- comenzó su carrera política. 


En esta calle pasamos junto al Boston Athenaeum y a la Massachusetts State House, pero son dos visitas que dejamos para otro día.

Frederick Law Olmsted, conocido por el diseño del famoso y precioso Central Park en New York -y al que nos encontramos de sorpresa en las Cataratas del Niágara-, se afincó en Boston, donde creó parques para intentar solucionar problemas medioambientales y proporcionar zonas verdes a los habitantes de la ciudad en el siglo XIX. El llamado Emerald Neclace incluye los parques de Boston Common, Public Garden y Commonwealth Avenue, a los que añadió Back Bay Fens y otros. Nosotros comenzamos la visita por el Boston Common, el parque más antiguo del país, establecido en el siglo XIX.

Este parque ocupa 19 ha, que fueron compradas en 1634 por la ciudad al primer colono, William Blackstone, y ha tenido diversos usos antes de su destino como parque público: dehesa pública, campo de entrenamiento militar y localización del patíbulo. Las tropas británicas acamparon aquí en 1775-1776, cuando los colonos se amotinaron.

Boston Common ha sido escenario de discursos políticos, de intensa actividad política y rebelde, por él han pasado Martin Luther King, el papa Juan Pablo II y Gloria Steinem (defensora de la revolución feminista). Un auténtico pulmón verde muy agradable y concurrido a esta hora de la tarde. 


En la esquina de Beacon St y Park St, a la entrada del Boston Common, se alza el Shaw Memorial, un relieve en bronce que inmortaliza al 54 Regimiento de Infantería de Massachusetts durante la Guerra de Secesión, el primer regimiento unionista negro, y a su coronel, de raza blanca (dato a tener en cuenta también), Robert Shaw. El Regimiento se hizo famoso por liderar el asalto al Fort Wagner como parte de las operaciones para conquistar la ciudad de Charleston (Carolina del Sur), asalto del que resultó distinguido con la Medalla de Honor del Congreso el sargento William Carney, el primer afroamericano galardonado con ella.

Un dato también importante de este Regimiento es que se negó a aceptar un salario más bajo que sus homólogos soldados blancos, y el Congreso tuvo que ceder y aumentar su paga con carácter retroactivo (y es que se necesitaban hombres para portar bayonetas). 


El monumento fue erigido por un fondo creado por Joshua B. Smith, un esclavo fugitivo de Carolina del Norte; siendo obra de August Saint Gaudens, inaugurándose el 31 de mayo de 1897. En 1982 el monumento fue restaurado gracias a los fondos recaudados en todo el país, y se añadieron los nombres de los 62 soldados que murieron durante el asalto al Fort Wagner (incompleto estaba en cuanto a reconocimiento).

Además, el monumento es uno de los puntos, el primero, de uno de los circuitos que se pueden seguir en la ciudad, el Freedom Trail, una ruta que une 17 importantes puntos a lo largo de aproximadamente 4 km, concebida por el periodista local William Schofield en 1951. La ruta está marcada está marcado con ladrillos rojos y placas en el suelo, y se puede realizar por libre o con guías del National Park Service. El otro circuito a seguir es el Black Heritage Trail, y de alguna manera se complementan, teniendo en común la lucha por la libertad. 


En el parque se sitúa la Brewer Fountain, de 6,7 m de altura, un regalo del comerciante bostoniano Gardner Brewer, una copia de la fuente original erigida para la Exposición de París de 1867 (en el mundo existen por lo menos otras 16 copias más). 


Entre las figuras que decoran la fuente: Neptuno, su esposa Amfititre, Acis y Galatea. La fuente dejó de funcionar por su mal estado en 2003, pero tras una importante rehabilitación y un alto coste se puso en marcho de nuevo en 2010. 



En la esquina de Park St y Tremont St se encuentra Blackstone Memorial Tablet, que recuerda la adquisición de las 19 ha del terreno para crear un parque público.


En el interior del parque se localiza el Parkman Bandstand, un quiosco de música construido en 1912 en memoria de George F. Parkman, que donó 5 millones de dólares para el mantenimiento de este parque y de otros parques de la ciudad. Hubiera estado bien coincidir con alguna banda de música. 


También el Soldiers and Sailors Monument, erigido en 1877 en recuerdo a los soldados de Boston que murieron durante la Guerra de Secesión, diseñado por Martin Milmore; se trata de una columna de la victoria en granito blanco. Tras nuestro paseo por el parque pasamos de nuevo cerca del monumento, y a su alrededor jóvenes y no tan jóvenes con un halo ambiental a marihuana a su alrededor que hicieron que no nos apetecería mucho acercarnos a verle más detalladamente. 


Cerca del monumento se alza un poste con la bandera estadounidense, The Flagstaff, bandera que me la imaginaba del tamaño de la bandera española que ondea en Colón, tamaño XXXL, pero afortunadamente es una bandera de tamaño normal. 


En la esquina sur del parque, entre Tremont St y Bolyston St, se encuentra el Central Burying Ground, un cementerio que data de 1756, donde yacen numerosas víctimas tanto británicas como estadounidenses de la batalla de Bunker Hill. Fue creado para aliviar la saturación de los cementerios de King's Chapel, Copp's Hill Burying Ground y Old Granary Burying Ground


Siempre me ha llamado la atención en las ciudades la coexistencia de parques y cementerios, no siempre asociados directamente a una iglesia, aunque sí en la mayoría de las ocasiones, y sobre todo que en ocasiones no se encuentren vallados y se puede pasear por ellos como una extensión más del parque (en este caso no, su acceso estaba prohibido, o por lo menos nosotros no vimos forma de entrar y tampoco vimos a nadie caminando entre tumbas y lápidas, señal inequívoca de que se podría entrar). 


Por último, aunque pasamos por aquí tras nuestro paseo por el cercano y aledaño Public Garden, el Frog Pound, un estanque donde patinar sobre hielo en invierno ya que su profundidad es pequeña y la diversión que aporta máxima. 



Junto al estanque las esculturas de dos ranas, Tommy y Angela, haciendo honor al nombre del estanque, obra de David Phillips de nombre Frogs in Common. Encontramos al reportero dicharachero Gustavo de Barrio Sésamo en otra actividad diferente a su profesión. 


Como creo que en cualquier parte norteamericano (porque incluyo Canadá y EEUU), no faltan las ardillas en él, y detrás de ellas normalmente niños o fotógrafos. 


Como las ardillas ya se saben los trucos, si no hay comida en el césped, seguro que dentro de las papeleras la encuentran, así que son hábiles en entrar y salir de ellas. 


Cerca del estanque una típica atracción infantil, no siempre utilizada por los niños si no hay restricciones en su uso, un carrusel, donde destaca un vehículo muy patriota. 



Así terminamos nuestro gratificante y ameno paseo por Boston Common.