8 de enero de 2011

Vietnam - Hué (1) - Río Perfume - Pagoda Thien Mu

Vidas mundanas y místicas

El hotel está situado a 3 km de la ciudad de Hué, así que para ir allí o se tiene transporte (los extranjeros solo pueden acceder a moto o coches con conductor) o se toma un taxi o se utiliza el servicio de shuttle del hotel, cuyo último transporte de la ciudad al mismo es a las 21 h, un poquito pronto si uno baja a cenar sobre las 19.30 h y pretende pasear por la ciudad.

Este era el inconveniente más grande que le encontraba al contratar el tour, ya que a nosotros nos gusta andar las ciudades a nuestra aire cuando podemos, y además a pesar de encontrarle más o menos bien por internet no me producía feeling, así que intenté el cambio a un hotel de la ciudad y por dos veces me fue negado, así que aquí estamos.

En principio el hotel no parece malo, hasta se puede decir que la primera impresión es muy buena, el planteamiento son villas independientes de dos plantas en un jardín extenso (¿habrá muchos mosquitos?), con dos piscinas.



Todo suena muy idílico y a cuento de hadas, el problema se encuentra en las habitaciones (no hay fotos, ni merecía la pena). Es muy amplia, con una cama kingsize, un sofá con mesa baja, un escritorio….todo bien pero la decoración es insulsa, con muy poca gracia, y lo que es más divertido y me parto de risa es que la lámpara de mi mesita de noche tiene el cable completamente tirante para poder llegar al enchufe que está por detrás de la cama, con lo que no hay manera de moverla ni un pelo, además el interruptor se ha quedado también por detrás de la cama, con lo que tenías que levantarte para poder apagar la luz o directamente no encenderla.

El baño también es grande y frío (no de temperatura), en cerámica pero sin gracia nuevamente, no resulta cómodo y encima la cisterna no funciona bien, con lo que hay que darle meneos para que se calle….vamos de mal en peor caldeando el ambientillo.

Ya sé que le estoy buscando los peros porque estoy “enfadada” por no haber podido cambiar de hotel, pero si este hubiera estado bien yo no le encontraría tantos peros.

La sala de desayunos se localiza al lado de un estanque y el restaurante en otro edificio, con lo que para desayunar, comer o cenar siempre hay que hacer ejercicio campestre.

Para colmo en el desayuno nos encontramos con un servicio pésimo y lento; nos dejaron sentados y para conseguir tener té y café en la mesa,  tuve que pedirlo con cara de pocos amigos a punto del enfado. Estaba hasta el gorro, porque además en el comedor hace un calor de asfixia, no nos pilla ninguno de los grandes ventiladores-aire acondicionado y el sudor nos resbala por las mejillas, las condiciones idóneas para disfrutar de un buen y relajado desayuno.

Yo no puedo aconsejar este hotel, solo para familias con niños me parece adecuado, porque un jardín como este con piscinas, es lo mejor para que ellos disfruten de la cultura por las mañanas y de actividades propias de su edad por la tarde. Para ser justa, no es un mal hotel, e incluso es de los buenos, sencillamente a nosotros no nos convenció. Su nombre, Pilgrimagevillage, y vosotros decidís.

A las 8.30 h nos recoge Hieu, pero llegamos un pelín tarde por esta lentitud en el restaurante.

Antes de comenzar a visitar la ciudad y sus lugares, hagamos un poco de historia sobre ella. Durante casi 400 años, todavía bajo el antiguo nombre de Phu Xuan, Hue sirvió de capital a varias de las dinastías reinantes en el antiguo régimen vietnamita, siendo su principal núcleo político y cultural.

Hue fue un regalo de bodas hecho a la princesa viet Huyen Tran, con la que el rey cham Che Man contrajo matrimonio a finales del siglo XIII. El pequeño principado cham de Thuan Hoa, del que procede el nombre actual de Hué, pasó a formar parte del Reino Viet.

En 1744 Phu Xuan se convirtió en la capital del sur de Vietnam, que se encontraba bajo el poder de los Nguyen. Los rebeldes de Tay Son, que intentaron acabar con el régimen señorial y los desmanes gubernamentales, ocuparon la ciudad desde 1786 hasta 1802, año en que Nguyen Anh reconquistó el país con ayuda de los franceses, trasladando la capital de Hanoi a Hué, a la que definitivamente le cambió el nombre por el actual.

En el año 1884, la Corte de Hué aceptó por la fuerza el protectorado francés, cuya presencia en el país data de 1847, conviertiéndose en un excelente caldo de cultivo para los movimientos patrióticos que habrían de dar lugar a la revolución de agosto de 1945.

En 1885, cuando los consejeros del emperador Ham Nghi, se opusieron a las actividades francesas en Tonkin, las tropas galas rodearon la ciudad. Imprudentemente, los vietnamitas, en clara desventaja numérica, lanzaron un ataque que los franceses respondieron despiadadamente. Los franceses sustituyeron a Ham Nghi, exiliado en Argelia, por Dong Khanh, más dócil, terminando así con cualquier pretensión de verdadera independencia para Vietnam.

Aunque la guerra con los franceses encontró una feroz resistencia por parte de Hue, la ciudad se encontró geográficamente alineada en la zona sur, dependiente de Estados Unidos, durante la última contienda.

Aunque la guerra con los franceses encontró una feroz resistencia por parte de Hué, la ciudad se encontró geográficamente alineada en la zona sur, dependiente de Estados Unidos, durante la última contienda.

Hué fue el escenario de las batallas más sangrientas de la ofensiva del Tet en 1968 y fue la única ciudad de Vietnam del Sur que estuvo en manos comunistas durante varios días. Mientras los mandos de EEUU estaban concentrando sus energías en Khe Sanh (Zona Desmilitarizada), los norvietnamitas y las tropas del Vietcong eludieron las fortalezas estadounidenses y entraron a pie en Hué.

Cuando las unidades del ejército survietnamita demostraron ser incapaces de desalojar a los ocupantes norvietnamitas y a las fuerzas del Vietcong, el general Westmoreland ordenó a las tropas reconquistar la ciudad. Durante las siguientes semanas, barrios enteros quedaron arrasados por los misiles del Vietcong y las bombas de EEUU.

La lucha soterrada contra los invasores americanos no cesó en ningún momento, y en la primavera de 1975, la Ciudad Imperial fue liberada.

Después de esta algo larga pero creo que interesante y posicional introducción histórica, comenzamos a visitar la ciudad.

La primera actividad del día es navegar en un dragon boat por el río Perfume, que separa la ciudad en dos, río que debe su nombre por atravesar bosques de plantas aromáticas. 

Es una navegación tranquila, y en las orillas descubrimos a las gentes con sus labores cotidianas: mujeres lavando la ropa, personas sin hacer nada y niños jugando y nadando en el agua. 

Nos sorprende un medio de ganarse la vida en este río, y en otros como ya veremos en el Mekong, la venta de arena, pasan muchos juncos e incluso barcos más grandes con grandes cantidades de ella. 
Durante la travesía, como ya es habitual, la mujer que nos acompaña nos ofrece un surtido de artículos varios. En un momento Hieu nos pregunta que si nos molesta le dice que no lo haga más, que algunos turistas ya se lo han pedido, pero a nosotros no nos molesta, sinceramente no es cómodo para disfrutar del paisaje en tranquilidad, pero ella se está ganando la vida y quién sabe si puede aparecer algo que nos guste y nos venga bien a todos.

Desde el dragon boat vemos nuestro destino, la pagoda Thien Mu, Dama del Cielo, uno de los símbolos de la ciudad, que está construida en una loma que domina el río.

En 1601 una mística predijo que quien fundara una pagoda en este promontorio del río iniciaría una gran dinastía. Nguyen Hoang lo hizo en el siglo XVII, y el último emperador del país, Bao Dai, pertenecía a esta dinastía, siendo el decimotercero de ellos.

La torre se llama Phuoc Duyen, Fuente de la Felicidad, con 21 m de altura, que fue construida en 1884. Tiene siete pisos, cada uno de los cuales representa la encarnación de un Buda, manushi-buda (por si eran pocos se inventan más), un buda que apareció en forma humana.




A la derecha de la torre un pequeño pabellón con una tortuga y su estela, donde se narra la historia de la pagoda, y a la izquierda otro pabellón con una campana de bronce, forjada en 1702, de la que dicen que se oye su tañido a 10 km de distancia.

Un portal con tres puertas a la derecha de la torre, con diversos guardianes custodiándola, da paso a uno de los patios del complejo. Encima de la puerta, en el balcón, se halla la imagen de Ho Phap, el guardián con el casco de la ley, y creo que delante de él se encuentra el Emperador de Jade pero no lo aseguro. Por fuera está cerrado como véis en la foto, solo se ven una vez se ha pasado la puerta.


El patio con tres caminos conduce al Templo del Gran Héroe, y en este momento me siento en Japón, estoy en Nara, fue la primera vez, y la última, que encontré una similitud entre ambos países y sus templos (con sus diferencias pero es una sensación general).


En la entrada del templo nos recibe Buda Di Lac, el buda del futuro, una estatua en bronce, que con esa sonrisa el futuro pinta divertido. 


Se está realizando una ceremonia con lo que intentamos no molestar demasiado, aunque somos tantos pululando que creo que esto es misión imposible o realmente los budistas tienen el don de la concentración. 

En el altar se halla otra urna con la figura en bronce de Sakyamuni, el buda histórico (en la foto se ve la urna pero no al buda; este lleva el pelo negro y rizado).

Y detrás de él, también en urna acristalada, una colección de budas del pasado y del presente, el del futuro vuelve a estar presenta, ahora fuera de la urna y más pequeñito.



Yo ya tengo jaleo de Budas, creo que me es más fácil entender la Santísima Trinidad.

Antes de entrar en el templo, en el porche de entrada a cada lado hay dos vitrinas, en cada una de ellas 9 arhats o discípulos de Buda en arcilla, que son nuevamente figuras divertidas y sorprendentes.

 
Paseamos por los patios detrás del templo, en uno de sus pabellones se encuentra expuesto un coche, es el Austin que llevó hasta Saigón al monje Thich Quang Duc para inmolarse el 19 de junio de 1963 durante las manifestaciones que se celebraron contra el régimen católico de Ngo Dinh Diem, que perseguía a los budistas y violaba la ley de libertad de culto. 


Hoy el coche es un objeto sagrado más. Las manifestaciones que se produjeron tras este hecho fueron reprimidas con dureza y violencia, llegando a profanarse lugares sagrados.

Muchos monjes siguieron el ejemplo de Thich Quang Duc, ante lo cual la cuñada del presidente declaró que estas inmolaciones eran “una fiesta de barbacoa”, por lo que la prensa norteamericana la apodó Mariposa de Hierro y Señora Dragón (adjetivos que hasta parecen suaves ante el bárbaro comentario).

En noviembre de 1963 el presidente y su hermano fueron asesinados por su ejército, pero la cuñada estaba en el extranjero.

El comedor de los monjes está preparado, en la cocina todo es un ir y venir y terminar de preparar la comida para servirla, un ajetreo de personas laborando con comida.

 
Damos un pequeño paseo por el último patio con un cuidado jardín, donde por supuesto no falta un estanque con preciosas flores de loto.



Salimos del complejo de la pagoda por una puerta lateral mientras contemplamos esos pequeños detalles en los aleros del tejado o como en este caso también debajo de ellos.


Encontrándonos por el camino el que yo llamo árbol medusa, parece que un cactus ha hecho su casa a su cobijo.


Hieu está avisando al conductor que vamos de salida para que esté listo para recogernos e ir a nuestra siguiente visita, una de las más bonitas y espectaculares que hemos hecho en Vietnam, y eso que hasta el momento vamos bien surtidos. 

Durante el trayecto le pregunto a Hieu por el plan a realizar, él me lo cuenta y yo le digo que si es posible hacer más visitas que nos interesan, por supuesto pagando podríamos ir, me dice que lo hablará con el conductor y que luego nos dará el precio, pues vale, esperamos el precio pero ya tiene que ser de susto para que se nos quiten las ganas de hacer las visitas o de buscar alternativas para llegar, aunque siempre mejor con alguien conocido y como de confianza.