22 de septiembre de 2014

Canadá - Montréal - Cathédrale Marie Reine du Monde - Square Dorchester - Sun Life Building - Place Ville Marie



… Y John Lennon

La place du Canada está de reforma completa, cerrado el paso y además creo que estaban realizando excavaciones arqueológicas, eso me pareció por un panel informativo, con lo que nos perdemos un paseo de verdor y la visión lateral de la imponente Cathédrale Marie Reine du Monde, cuya cúpula ya habíamos visto desde el vestíbulo del rascacielos 1000 de la Gauchetière, edificio que aparece por detrás de la catedral. 




La catedral fue construida en 1894 y es una copia a menor escala de la Basílica de San Pedro de Roma, su tamaño es una cuarta parte de la romana; pero aparte de este detalle de números y de su belleza, lo que es realmente significativo es su ubicación, en el corazón del Montréal protestante, donde dominaba la élite comercial inglesa, por lo que es una muestra del poder de la iglesia católica en la ciudad (idea del obispo Ignace Bourget que además quería mostrar al Papa la lealtad de sus fieles canadienses - su estatua en el lateral derecho-). 

En el tejado de la catedral se encuentran las figuras de los santos patrones de las parroquias que constituían la diócesis de Montréal en 1890 y que ayudaron a financiar su construcción. 



La decoración interior también recuerda a la Basílica de San Pedro, aunque no es tan espectacular ni derrocha tanto mármol. 






Por supuesto no puede faltar una copia del magnífico baldaquino romano. 


Creo que en esta ocasión no hace falta fotografías comparativas con la Basílica de San Pedro y su baldaquino.


Frente a la catedral se encuentra Square Dorchester (que jaleo entre place y square, que manera de ir mezclando los idiomas, pero era el centro comercial britanico y en el nombre se tiene que notar), considerada tradicionalmente el corazón de Montréal, aunque ya este corazón late por muchos rincones de la ciudad. 

Es una pequeña plaza arbolada poblada de ardillas en busca de comida de los transeúntes, donde hay un monumento al primer ministro Sir Wilfred Laurier, con una inscripción de palabras suyas: “El pensamiento dominante de mi vida ha sido armonizar los diferentes elementos que forman nuestro país”, razón por la cual en la parte trasera del monumento están grabados los escudos de las provincias unidas. 





Un monumento conmemorativo de la guerra boer en Sudáfrica, con el nombre de varias campañas y contiendas que tuvieron lugar en este país. 




Un monumento al poeta escocés Robert Burns, que no tiene una relación directa y especial con Canadá, pero sí con Gran Bretaña, ya que se le considera pionero del movimiento romántico, que se inspiraba en la cultura popular y en las canciones tradicionales. 




El dato curioso de este poeta es que su poema Auld Lang Syne (Hace mucho tiempo) fue acompañado de una melodía popular escocesa y se canta en los países angloparlantes como canción de despedida –en Fin de Año es un clásico-; pero no sólo en inglés, hay una versión libre, muy libre, en español que yo aprendí en el colegio (solo recuerdo el estribillo; y sí, era un colegio de monjas...) y que cantábamos a la vuelta de las excursiones, la Canción del Adiós (creo que se hizo muy popular con los boy scouts aunque yo nunca fuí una girl scout, solo una simple excursionista).  







Y finalmente la estatua de un león, El león de Belfort, encargado por la compañía Life Sun Assurance en 1895 para conmemorar el Jubileo de Diamante de la reina Victoria (el león, símbolo de fuerza y resistencia, junto al unicornio son las figuras del escudo de Gran Bretaña), es decir, los 60 años en el trono británico. 




Al lado este de Square Dorchester y ocupando una manzana entera, se encuentra el que fue el mayor edificio del Imperio Británico, el Sun Life Building, que se asemeja a un templo neoclásico. Fue comenzado a construir en 1914, ampliándose en varias ocasiones hasta alcanzar su tamaño actual en 1933, ocupando la friolera de 112.500 m2. Su altura es de 122 m, con lo que entra en la categoría de rascacielos, aunque a su alrededor asoman, de derecha a izquierda, los más modernos, el Place Ville Marie, la Tour KPMG  y el Bell Media Tower Building. Durante la Segunda Guerra Mundial, Sun Life Building alojó los valores del Gobierno Británico (según fuentes se refiere a las joyas de la corona pero este dato no lo tengo contrastado). 





A un lado de la catedral se sitúa el Hotel Fairmont The Queen Elizabeth, donde en 1969 John Lennon, durante su famosa sesión de bed-in-for peace junto a Yoko Ono (estuvieron en Montréal, ya que en New York no les dejaron por el uso de drogas de John, y en Ámsterdam). En la habitación 1742 compuso, cantó y grabó la canción Give Peace a Chance, como protesta a la Guerra de Vietnam (claramente viajar te aporta conocimientos desconocidos porque la canción la conocemos y la cantamos pero nosotros no sabíamos de su origen). Durante este periplo “camero” se grabó un documental. 




Esta tarde estamos de descubrimientos musicales, con dos canciones muy conocidas y cantadas; la de John Lennon por desgracia parece que será siempre una constante, una utopía.



Al otro lado de la calle se levanta el bonito edificio de Place Ville Marie, una torre con forma de cruz en cristal y aluminio de 188 m de altura, construido entre 1958 y 1962 por el arquitecto estadounidense Ieoh Ming Pei. Fue el edificio que comenzó la inauguración del centro de Montréal y que ya habíamos visto uno de sus laterales cuando pasamos por Rue University






En la plaza del edificio supongo que en horas de oficinas debe de estar atestada de trabajadores de un lado para otro y con sus tarteras a la hora de comer. El edificio impresiona y al ver las vistas aéreas del mismo en internet dan ganas de realizar un vuelo para tener las mismas. 





También hay una fuente, no podía faltar, divisándose parcialmente al fondo el Mount Royal




Aprovechamos para sentirnos ciudadanos en invierno y entramos en el centro comercial bajo la plaza, el núcleo de la famosa ciudad subterránea, terminado de construir en la década de 1960, momento en el que se comenzó a construir una red que alcanzaría los 33 km de pasillos a prueba de las temperaturas bajo cero del invierno, y que conecta estaciones de metro, centros comerciales, hoteles, oficinas, universidades, restaurantes, cines, teatros, hasta una biblioteca… un mundo dentro de otro mundo. 

El alcalde del momento fue Jean Drapeau, que dirigió la ciudad durante 29 años, presidiendo la Expo 67 y los Juegos Olímpicos de 1976 (sobre el alcalde mencionar una frase que dijo cuando los anglófonos, molestos por el auge del francés en la vida pública, abandonaron la ciudad: “Dejemos que Toronto se convierta en Milán, Montréal siempre será Roma”. 


Por algunos de los edificios o centros comerciales o estaciones de metro ya hemos pasado, como por la Place des Arts, el Complexe DesjardinsLes Promenades de la Cathédrale, el Palais des Congrés, el Centre de Commerce Mondial (WTC) o el edificio 1000 de la Gauchetière, pero hasta el momento no lo habíamos hecho “con conocimiento de causa”. 


La idea de la ciudad subterránea se inspiró en el Rockefeller Center de New York y es conocida como Reso (red o subterráneo en francés). Sus entradas se encuentran señaladas con un letrero en color azul con la inscripción Reso. Realmente no hay nada que ver, son pasillos por los que caminar pero no se puede decir que sin ver la luz porque el uso de los atrios acristalados parece una pauta arquitectónica para evitar el “vampirismo”, y en los que hay señales para saber por donde se está y por donde salir.




Mapas de esta ciudad subterránea los podéis encontrar en estas páginas: observatoire de la ville interieure, stm

Situación de los lugares mencionados: