3 de junio de 2013

España - Torija (Guadalajara)

Viaje a la Alcarria

Seguimos en ruta alcarreña, desde Trijueque vamos a la cercana localidad de Torija:




De los innumerables viajes que hemos hecho por la N-II siempre nos había llamado la atención su altivo castillo dominando la carretera, y una de las asignaturas pendientes era acercarnos un día a visitarlo, y por fin ese día llegó. 


 Desde la carretera sólo se ve, ¡pero cómo se ve!, la torre del homenaje. 




Las primeras reseñas escritas de la localidad datan de la Reconquista, aunque nadie duda de que su origen fue anterior. Su valor estratégico, al final de un amplio valle, hizo que desde muy tempranas fechas se construyera una atalaya de vigilancia alrededor de la cual se levantaron, una a una, el resto de las edificaciones del municipio. La historia de Torija corre pues paralela a la de su castillo, construido en el siglo XV por la familia Mendoza, donde los caballeros del Temple tuvieron su fortaleza-convento durante la Reconquista.




El castillo tiene una historia de asedios y guerras: de aquí salió el rey navarro Don Juan en 1444 con 400 caballeros y 600 soldados para atacar a la cercana villa de Brihuega; tres años después, la fortaleza fue atacada por el arzobispo de Toledo, pero no consiguió tomarla; en 1452 y tras el asedio durante un año fue conquistada finalmente por el arzobispo con la ayuda del Marqués de Santillana.


La fortaleza fue parcialmente destruida en 1811 por El Empecinado con el fin de impedir que los franceses se atrincheraran en él. 

La planta del castillo es cuadrada y su muralla tiene un adarve con matacanes, y este paseo une las tres torres del perímetro amurallado. 


Para contemplar su arquitectura damos la vuelta al castillo, siguiendo el camino de piedras, de modo que vemos con claridad el adarve. 



Desde aquí se puede ver la iglesia, pero en esta ocasión no nos quedará tiempo para visitarla, ni siquiera para acercarnos a su plaza.


El castillo es visitable, albergando el Centro de Interpretación turística de la provincia de Guadalajara (2€), y como era horario de visita aprovechamos para entrar. 


En el arco de entrada al castillo están escritos (en rojo, como las "pintadas" antiguas medievales, con sangre de toro entre otros ingredientes) unos párrafos de Viaje a la Alcarria, de Don Camilo José Cela: 

"Torija es un pueblo subido sobre una loma. Desde esta entrada tiene un gran aspecto, con su castillo y la torre cuadrada de la iglesia... 
- ¡Buen castillo tienen ustedes ahí!.
La mujer mira a los ojos del viajero.
-Si, es muy antiguo, dicen, está ahí desde los moros"


Como el castillo fue volado por El Empecinado, se han reconstruido sus muros exteriores, pero el interior es completamente nuevo y de aspecto moderno. El centro versa sobre diversos aspectos de la provincia, como su fauna.


Hay una interesante exposición sobre la arquitectura negra de Guadalajara, zona de pueblos que limita con la Sierra Norte de Madrid, y de la que en nuestra primera visita a Montejo de la Sierra para conocer su hayedo, tuvimos la oportunidad de disfrutar, tanto de la soledad y abandono de sus pueblos, como de sus increíbles paisajes y sus casas. 




En uno de estos pueblos, Majaelrayo, se grabó uno de los anuncios que para muchos es un clásico: ¿Y el Madrid, otra vez campeón de Europa? (para no parar de reír). Grande el abuelo Jesús, que falleció en el 2010.


Se puede entrar en una de las torres, para en mi caso llevarme un sustito, por la presencia de una figura representando a un caballero y sobre todo porque al detectar movimiento salta la música, con lo que los dos elementos provocaron un "ayyyy" de mi persona. 


En el centro se puede tomar nota sobre lugares a visitar, porque hay una muestra de fotografías de arquitectura de iglesias, monasterios, y de rutas por el campo, con bonitos paisajes, cascadas...

 
La torre del homenaje se ha acondicionado para una exposición sobre la Alcarria. 


La Alcarria a través del texto del libro de Don Camilo, acompañada de instrumentos de labranza, de uso cotidiano, de fotografías... Una muy interesante exposición que hubiera necesitado de más tiempo para disfrutar plenamente de ella.




Nosotros vamos con el tiempo justo, tenemos mesa reservada en un restaurante en Brihuega, y ya vamos mirando las manecillas del reloj, pero posiblemente intentemos volver a Torija para visitar el centro con mayor tranquilidad y tomar esas notas para posibles viajes futuros. 



Damos una última mirada al impresionante castillo, con la satisfacción de haber parado por fin en Torija.