13 de abril de 2016

Uzbekistán - Khiva - Polvon Darvoza - Restaurante Tea House Mirza Boshi


De puerta a puerta

Después de disfrutar de un momento mágico, con el tiempo detenido durante el ocaso, en la Torre del Vigía de la fortaleza Kunha Ark, con una vista maravillosa sobre la ciudad, todavía tenemos tiempo para darnos un paseo antes de acudir a la cita de la cena con Oyott. Y ahí está él, uno de los elementos importantes en la Ruta de la Seda, su majestad el camello, que ahora no soporta otra carga que los turistas ansiosos de tener una foto suya, ya sea en sus jorobas, ya sea desde lejos, como es nuestro caso. 


Hacia atrás dejamos el atardecer sobre la puerta Ota Darvoza, el minarete Kalta Minor y la cúpula de la mezquita Pakhlavan Mahmoud, que ahora aloja un restaurante. Parece un juego de sombras uzbekas.


Continuamos el camino, pasando junto al minarete de la mezquita Juma


Y aunque no nos desviamos del camino más recto, cualquier mirada encuentra su encuadre, y dan ganas de callejear sin ruta, sin destino, dejándose llevar.


A la izquierda, la madraza Allah Kuli Khan; a la derecha, la mezquita Ak; y al fondo la puerta este de la muralla, Polvon Darvoza, la puerta del Hombre Fuerte. El recorrido entre Ota Darvoza y Polvon Darvoza es de unos 400 m aproximadamente, con lo que el paseo es fácil, aunque uno se siente embriagado y parecen kilómetros de belleza. 


Entramos en el pasaje de la puerta, construido en el siglo XIX, donde además de instalarse puestos de venta se realizaba el mercado de esclavos, que eran exhibidos en los nichos de las paredes como una mercancía más. 



Y por esta puerta salimos de Itchan Qala; puerta que vemos en sus tonalidades de tarde y de día. 



La zona extramuros a Itchan Qala es conocida como Dichon Qala, que también estaba rodeada por una muralla de la que no queda casi nada, aunque se está reconstruyendo una parte de ella cerca del hotel donde estamos alojados. Frente a Polvon Darvoza el conjunto Seyid-biy, compuesto por una madraza, una mezquita y un minarete, construido por el comerciante Seyid Shelikier Biy durante el mandato de Allah Kuli Khan. Hacia el otro lado el bazar de la ciudad, Dekhon Bazaar, al que no entramos durante nuestros paseos. 


Volvemos a entrar en Itchan Qala y continuamos el paseo. A la derecha la madraza Allah Kuli Khan, reconvertida en restaurante, y al fondo a la izquierda, el palacio Tash Hauli, frente al que se encuentra un caravanserai.




Bordeamos los muros del palacio Tash Hauli, dejando atrás el mausoleo Uch Avliyo Bobo


Terminamos nuestro paseo saliendo de nuevo junto al minarete Kalta Minor y a las 20 h nos encontramos con Oyott en el restaurante Tea House Mirza Boshi, con una terraza cubierta agradable, pero hace un calor tremendo.


Al igual que durante la comida en el restaurante Zerafshon, los frutos secos hacen su aparición en la mesa, en esta ocasión un surtido de cacahuetes. 


Comienza el festival de ensaladas y verduras… esto es como vivir en un bucle vegetal, eso sí, servidas en una bonita vajilla.




Cerveza nacional fresquita, muy fresquita, para acompañar.


No faltó la sopa, que llevaba la consabida patata y zanahoria, así como una albóndiga de carne, pero no hay fotografía de ella. Para terminar con un rico pimiento rojo relleno de carne de ternera y arroz, que agradecimos enormemente, la variedad gastronómica en Uzbekistán, aunque no sea mucha, es un lujo a agradecer.


De postre, melón y sandía, que nos sirven ya troceados. 

Terminamos la cena y Oyott se ofrece a acompañarnos al hotel, pero no nos apetece ir todavía, queremos pasear por esta atractiva ciudad, queremos ver otras tonalidades, otra luces (si las hay…) pero para las fotografías de este paseo nocturno vamos a esperar y así juntamos el paseo de hoy con el de mañana.