27 de enero de 2011

Vietnam - Saigón (2) Catedral de Notre Dame - Oficina Central de Correos - Mercado de Binh Tay - Templo de Thien Hau - Dong Khoi

Bonjour Saigón

Saigón es una ciudad joven, con algo más de trescientos años, pero que ha crecido y se ha desarrollado más que ninguna otra ciudad del país, llegando a ser una ciudad moderna y cosmopolita, con sus reductos vietnamitas o chinos. No en vano fue la ciudad que nació en la Indochina francesa.

En sus orígenes dependía del Imperio Jemer de Camboya, como una pequeña aldea portuaria, que comenzó a extenderse y poblarse con la llegada de chinos cantoneses perseguidos por la dinastía Manchú, que fueron apoyados por los señores de Nguyen para que colonizaran la parte norte del río Mekong. 

En 1698 se funda oficialmente Saigón, echando en 1830 a la guarnición jemer que permanecía en la ciudad. 

Al no disponer de bastiones de defensa, los franceses tomaron la ciudad en 1859, que ya estaban establecidos en Danang desde una década antes, cuando atacaron esta ciudad en defensa de los misioneros católicos que eran perseguidos. Saigón se convierte en la capital colonial  y se construyen multitud de edificios y amplios paseos. 

En 1954 el país queda dividido entre Vietnam del Sur, comunista, y Vietnam del Norte, con Dinh Diem de emperador, que con un régimen brutal dio lugar a la formación del Viet Cong. Después llegaron los americanos y la guerra. En 1976 se proclama la República Socialista de Vietnam y a Hanoi como su capital. 

A Saigón se la llama Ho Chi Minh City (para los trámites oficiales y burocráticos principalmente) y los nombres de sus calles con reminiscencia francesa o inglesa son cambiados, dejando solo algunos, como por ejemplo las dedicadas a Marie Curie o Louis Pasteur. 

Con el coche vamos al centro de la ciudad, donde comenzó Saigón a ser Saigón, paramos al lado de la Catedral de Notre Dame, pero no la visitamos aunque deberíamos porque su visita está incluida en el tour supuestamente. En el exterior de la catedral una pareja de novios se está haciendo las típicas fotos de la boda antes de la boda, ahora todo es más moderno y occidental que cuando vimos a la otra pareja en el camino hacia la tumba japonesa en ruta hacia Hoi An

Se construyó entre 1887 y 1883 con ladrillos importados de Marsella, y sus torres campanario miden 56 m (supuestamente abiertas los domingos para poder subir).


De nuevo la teoría es que se parece a la original de París pero es que….esta semejanza en esta ocasión es imposible de encontrar, Notre Dame solo hay una. 

Lo que si vamos a visitar es el bonito edificio la Oficina Central de Correos, diseñado por la empresa de Eiffel y construida entre 1886 y 1891. En la fachada destacan unos nombres, un homenaje a hombres ilustres sencillamente: Franklin, Descartes, Volta…


Su interior abovedado y con pilares de hierro pintados en verde se asemeja a una estación de tren europea del siglo XIX. Al fondo destaca el retrato del Tío Ho, no podía faltar. 

 
En coche vamos al distrito 5, Cho Lon, el barrio chino de Saigón, y donde Marguerite Duras situó la historia de El amante, aunque al no andar por él no notamos nada del ambiente melancólico e incluso peligroso que tuvo, fue un nido de ladrones, con fumaderos de opio, salas de juego y burdeles. Los tiempos han cambiado para bien y para mal. 

Nuestra primera visita en el barrio es el mercado de Binh Tay, con aires a pagoda, en su tejado, destacando la torre del reloj en la fachada. 


En el interior del mercado hay un patio, donde hay una fuente con esculturas y un monumento dedicado al chino que fundó este mercado en 1930, aunque ya en 1826 un comerciante chino construyó una estructura permanente para albergar puestos al aire libre de la zona.

¡¡Coge tu sombrero y póntelo….!! Si lo encuentras claro.



De nuevo un sinfín de puestos con artículos de todo tipo, desde ropa a objetos domésticos, pasando por supuesto por la comida con su infinita variedad de todo, más desconocido que conocido. 

Llaman nuestra atención unos huevos negros, nuestra guía dice que son de pato, y esa capa negra se consigue con ceniza de arroz mezclada con sal y sirve para conservarlos tiempo y se sirven luego en sopa. Además sirven para purificar y se suelen comer en las dietas. 



 En la mitad de un pasillo una fila de “restaurantes”, de los que sinceramente salía buen olor y buenos platos, por mí me hubiera quedado a comer allí tan ricamente, aunque hubiera sido la sopa caliente de pollo, porque para lo que comimos luego…mejor lo malo desconocido que lo no tan malo conocido por comer. 


Cerca del mercado un lugar de comidas curioso, KFC, que en realidad es Ga Ran Kentucky. En principio es la imitación vietnamita de la cadena norteamericana, pero con las siglas americanas y el cocinero tan igualito me da que a estas alturas no permitirían pirateos tan brutales para no entorpecer las relaciones comerciales, y puede que ahora sea el auténtico pollo Kentucky, aunque en el pasado, cuando los capitales no llegaban, se permitiera todo y esta cadena era imitación total, aunque es posible que el pollo no sea tan rebozado (el modo de comprobarlo era entrar y comer pero no estábamos por la labor).


Seguimos en el barrio y nuevamente en coche, con lo que bueno que sería habernos dado un paseo por él andando, nos acercan al Templo de Thien Hau o Pagoda de la Dama. A Thien Hau, la diosa protectora del mar y de los marineros, ya la conocimos en Hoi An.


Fue construido por la comunidad cantonesa de la ciudad a finales del siglo XIX y lo que sorprende, y parece mentira que lo consiga, es su elaborada decoración, en cerámica, todos bien apiñaditos para que ninguno se caiga. 

 
No faltan los guardianes del templo a cada lado, donde aparte de las figuras doradas y coloristas destaca el labrado de la madera, y los caracteres chinos pintados en ella. 

Se entra al patio y los ojos no pueden dar abasto a tanta figurita de cerámica, con unos buenos prismáticos no se escaparía ni un detalle y se puede pasar uno el día allí. Las figuras representan leyendas chinas, y con un buen chino que se las sepa debe ser entretenido ir descubriendo cada una de ellas.


Del patio al santuario, con su incienso circular dando ambiente, aunque ya está casi todo consumido.




En el altar una triple Thien Hau, tres tamaños diferentes para la diosa, si esto no es protección. 

En la salida me retraso, busco un detalle, uno de esos tan míos y tan raros, y hago que mi marido me acompañe, Tram se queda alucinada con lo que estoy buscando y no lo entiende, ella se queda más con las figuras labradas, con los dibujos intrincados, pero a mí me llamaba la atención encontrar unos bastones metálicos que corresponden a las boquillas de las mangueras utilizadas para extinguir el incendio del templo en 1898. Supongo que figuras ya hemos visto muchas y boquillas ninguna, y lo que hace diferente un templo a otro, una pagoda a otra, aparte de su arquitectura y decoración, en muchas ocasiones son estos pequeños detalles. 

Salimos del templo por un callejón, y es que en la calle principal no se puede aparcar, y por este callejón nuestro coche nos espera sin problemas, pero es raro hacerlo así. 

En todos los coches que nos han llevado los conductores llevaban sus amuletos, que si uno de campanillas, que si un Buda, pero lo de este nos hizo mucha gracia, y aunque alguna vez intenté arrancarme para preguntar el significado me parecía de mala educación y al final no lo hice, con lo que me he quedado (y ahora vosotros) con las ganas. Según una amiga es una botella pequeña de ¡¡cognac!!, Napoleon Courvoisier para ser exactos, así que como amuleto me parece raro y como animal de compañía para un conductor más todavía.



De camino al hotel nos topamos con un pequeño atasco, Tram se pone nerviosa y habla con el conductor para que de media vuelta y busque otro camino, pues tan pancho va y desde la derecha de la calzada atraviesa el atasco poniéndose casi perpendicular a los coches para salir de allí y cambiar la dirección…alucinante…y sin un solo pitido. 

Vamos al hotel, donde hacemos el registro y dejamos las maletas. Y a comer, al preguntarle a Tram donde nos llevaría, ponemos los dos cara de susto, ¡¡al Pacharán!!, ¡¡oño el Pedro de Vietnam!!, dueño al que habíamos visto en un reportaje de Españoles por el mundo, en el restaurante que también tiene en Camboya y no nos cayó en gracia…Dios los cría y ellos se juntan por el mundo. Tram extrañada por nuestras caras pregunta si no nos apetece, y le contestamos la verdad, que preferimos comida vietnamita, que ya que estamos allí, y ella se sigue sorprendiendo, pues todos los que vienen agradecen que le lleven aquí….si al final somos bichos turísticos raros, pero es que para las cenas en los hoteles siempre se puede optar por la comida occidental con lo que a mediodía se puede experimentar y probar de todo un poco ¿o no? 

 Lo que sí hice fue mirar y remirar la pata de jamón que tenían, por aquello de un sabor ¡¡español español español!!, pero no era cinco jotas sino dos y media, con lo que no pedimos una ración. Adios Pacharán. Para los que extrañen los sabores nacionales no es una mala elección, aunque para esto como en casa en ningún sitio.

Ni hotel ni maletas ni descanso, si paramos lo más seguro es que entremos en sueño profundo por el madrugón, así que  directamente a conocer algo de Saigón. En la plaza Lam Son, enfrente del hotel, al lado de la calle comercial Dong Khoi, situado en la zona más francesa de la ciudad, se encuentra el Teatro Municipal de la Ópera, que pensábamos que se podía visitar y nuevamente nos es imposible como en Hanoi, supongo que en este caso porque por las noches había actuaciones, con lo que pasamos de largo (y lo haremos en varias ocasiones).

En una esquina enfrente el Café Givral, una pastelería-restaurante de gran fama, que incluso inspiró a Graham Greene para El americano impasible, pero los tiempos corren y el edificio está clausurado por una posible demolición, así que un histórico menos en la ciudad.

Enfrente de la cafetería el Hotel Continental, construido durante la dominación francesa, y donde los corresponsales de prensa pasaban horas en la terraza, a la que llamaban Plataforma Continental. En novelas de Graham Greene y Somerset Maughan es mencionado, incluso en El americano impasible del primero los dos personajes principales se conocen en él, cuando un atentado tiene lugar en la plaza.


Llegamos hasta la Catedral de Notre Dame, y ahora si podemos visitar su interior, en el que yo esperaba encontrar algo diferente, curioso y llamativo, pero que no sé si por la hora o porque solo lo encienden en días especiales no lo encontramos. Supuestamente en las columnas y detrás de algunos santos hay tubos de neón, incluso un letrero que reza “Ave Maria”, pero allí solo había una gran nave y una gran sobriedad elegante por el toque de la madera.


En el jardín delante de la catedral la estatua de la Virgen María, que fue realizada en Roma y traída aquí en 1959, lleva el nombre de Santa María Reina de la Paz y si este nombre viene de este fecha como que no fue “mano de santa” para el país. En el 2005 muchos vietnamitas estaban convencidos de que la Virgen derramaba lágrimas milagrosas y hubo peregrinaciones hasta ella.

Sobre ella no faltan los animalitos símbolos de la paz. 

 
Damos la vuelta a la iglesia, no solo por el placer de verla sino porque es el camino más directo hacia nuestro destino, Y aquí con imaginación es más Notre Dame que en la fachada, que diferencias sigue habiendo y muchas.


En una de las calles laterales de la catedral sobresale un nuevo edificio, de los que imponen los nuevos tiempos comunistas, y es que esto es Vietnam pero no lo parece  o no es lo que te esperas.