12 de febrero de 2013

Corea del Sur - Busan - Cementerio de las Naciones Unidas



Un cementerio universal

Tras la visita al Museo de Busan seguimos bien de tiempo con el tour programado según Sonia, con lo que nos pregunta si queremos hacer una visita no programada antes de comer, un lugar que se encuentra frente al museo, el Cementerio de las Naciones Unidas (entrada gratuita; mirar mapa), y de nuevo nuestra respuesta es afirmativa, hemos venido para conocer el país, su cultura, y su historia, y parte importante de esta historia es la Guerra de Corea.

En la rotonda de circulación frente al cementerio hay un monumento a esta organización internacional y a los países que han ayudado en el país, durante la guerra y tras ella.


Este cementerio es el único del mundo dedicado a los soldados de Naciones Unidas, en este caso a los que perdieron la vida en Corea del Sur. Está localizado en un terreno donado por el gobierno a la organización sin costo y a perpetuidad. Desde 1974 está gestionado por una comisión de la ONU en Corea del Sur, compuesta por representantes de los once países cuyos caídos permanecen en él y no han sido repatriados a sus países de origen. 

En la puerta de entrada, diseñada por Kim Chun-gup, destacan varios elementos: la línea del techo simboliza el cielo, las columnas en forma de árboles, la vida en la tierra, que crece en dirección al cielo, y la luz entra a través del tejado, iluminando las columnas y por lo tanto dando vida a los árboles. 



El cementerio se construyó el 18 de enero de 1951, ocupando un terreno de 35 ha, trasladándose los restos de los combatientes que se encontraban en otros cementerios del país. Se inauguró el 5 de abril de 1951. 



Hay enterrados 2.300 hombres de Australia, Canadá, Francia, Países Bajos, Nueva Zelanda, Noruega, Sudáfrica, Turquía, Reino Unido, Estados Unidos y Corea del Sur. Entre 1951 y 1954 había unos 11.000 hombres de las Naciones Unidas enterrados en el país, siendo repatriados a sus países los de Bélgica, Colombia, Etiopía, Grecia, India, Filipinas y Tailandia, y una gran mayoría de Francia, Estados Unidos y Noruega.

El cementerio está impecablemente cuidado, tanto en las propias tumbas como en los monumentos conmemorativos y principalmente en el aspecto paisajístico de árboles, flores y césped, muchos de estos elementos verdes han sido donados por gobiernos, organizaciones e incluso particulares.

Está dividido en dos partes: en una se encuentran las tumbas, en secciones por países, con placas conmemorativas o con elementos escultóricos. Una de las delegaciones más grandes es la turca, con 462 caídos.



El lugar proporciona imágenes que podrían ser tomadas en cualquier parque de cualquier ciudad, pero el lugar es el que es, un cementerio al tiempo que un tributo a los soldados que lucharon y murieron en y por el país. 



Las banderas de todos los países que han colaborado en Corea del Sur ondean en el cementerio. 


En el caso de los países que han repatriado a sus caídos, como es el caso de Tailandia, se ha mantenido el terreno que ocupaban y su placa en recuerdo. 

Los caídos británicos, con el mayor número de caídos en el país, 885, se encuentran muy bien custodiados por el león de su escudo.


Los soldados desconocidos también tienen su espacio y su reconocimiento; creo que es de las placas y lápidas que más duelen, pensando en esos familiares que han perdido un ser querido y parece que es anónimo, aunque supongo que algo les reconfortara el tener su espacio. Supongo que nunca pensamos con profundidad lo que hay detrás de estas lápidas y reconocimientos que existen en muchas ciudades.


Hay una placa memorial conjunta para los soldados de Gran Bretaña, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica. 


Emotiva es la imagen elegida para los caídos de Canadá; un soldado sí, pero un padre de familia, y esto es aplicable a todos los bandos de cualquier guerra.


Algo frío me parece el elegido para los australianos, esa semejanza con un ataúd en esta ocasión no me parece adecuada, sobre todo porque no hay salida, es como el fin y la oscuridad (percepción y sensaciones totalmente personales).


Se siente el respeto en un absoluto silencio, aparte de las pocas personas que estamos en el cementerio, se nota que los que estamos somos conscientes del lugar que es, que si no fuera por la lápidas pasaría por un cuidado parque con setos, pero claro, esos setos son tumbas. 


En un lateral del terreno que alberga las tumbas se encuentra un Memorabilia Hall, que al entrar muestra un mapa de las ofensivas/defensivas, así como el número de muertos y heridos durante la Guerra de Corea en el ejército nacional y en el de las Naciones Unidas. 


En su interior también hay fotografías realizadas durante la guerra, algunas de ellas con otra fotografía más actual, la del combatiente que sobrevivió y ha visitado este lugar. 


Se exhibe una colección de metopas de los países y las divisiones o batallones o destacamentos o de las ciudades que actuaron en el país, así como otras fotografías con personajes políticos importantes, como primeros ministros o jefes de estado, que han visitado el cementerio. 

Una placa de agradecimiento del pueblo y el gobierno de la República de Corea a los heroicos soldados que perdieron su vida en la contienda, defendiendo los principios de las Naciones Unidas (traducción de la placa).


En una pared hay una colección de fotografías con memoriales y monumentos a los soldados caídos en la Guerra de Corea, que se encuentran tanto en Corea del Sur como en cualquier país del mundo; nosotros hemos visto el que se sitúa en Battery Park, en Nueva York.


De nuevo en el exterior, un canal de agua separa la zona donde se localizan las tumbas de una gran zona verde en la que existen varios monumentos, el canal simboliza la frontera entre la vida y la muerte y recibe el nombre de Daunt por el más joven de los caídos en la guerra, un soldado australiano de 17 años.

Tras el canal y por un paseo central se accede al Monumento a las Fuerzas de las Naciones Unidas. 


Pero antes de llegar a este monumento, un camino a la izquierda llega hasta el Muro del Recuerdo, un monumento financiado por el gobierno de Corea dedicado a los que dieron su vida en la defensa del país contra la agresión comunista (palabras textuales traducidas).


Delante del muro un estanque con muchos elementos simbólicos. El estanque redondo (yin) simboliza el universo, el reflejo del muro en el estanque representa el cielo, enlazando a los caídos en la guerra con los visitantes de este lugar en una unidad. El casco en el estanque simboliza la guerra y la muerte (la parte que sobresale del casco es el yang). A su lado hay una columna que porta la llama eterna (yang), como un tributo a los caídos que además expresa el deseo de un mundo en paz. Hacia el otro lado del estanque, frente al casco, unas  flores que simbolizan la paz y la vida (yin), que ganan a la guerra y la muerte. En el estanque, sin funcionar durante nuestra visita, hay 21 surtidores de agua, representando a los 21 países que participaron en la Guerra de Corea. 


En el muro se han grabado los nombres de todos los caídos durante la guerra de Corea, desde el 25 de junio de 1950 al 27 de julio de 1953: 40.895, más una inscripción dedicada a los soldados desconocidos, de 17 países, marcando aquellos que se encuentran enterrados en este cementerio. 

Y una dedicatoria my especial: Nosotros grabamos vuestros nombres en nuestros corazones con amor. Nosotros inscribimos vuestros nombres en nuestra tierra con aprecio. 


Hacia el otro lado de este muro del recuerdo hay un pequeño paseo que conduce a un lugar de tranquilidad para los visitantes, demasiadas emociones tienen que sentir los familiares y en algún momento hay que parar para dejarlas fluir libremente.


Continuamos el paseo hasta el Monumento a las Fuerzas de las Naciones Unidas, construido en 1978 y reformado en 2007. En la pared frontal hay esculpidas dos palomas, que representan la paz por supuesto, y una inscripción escrita en coreano por el ex presidente H.E. Chung-hee Park (no tengo muy claro que signifique Paz, muchas letras para tan poca y gran palabra, supongo que será un deseo de Paz). 


En la parte de detrás del monumento unas placas de cobre con las tropas de las Naciones Unidas y sus caídos durante la guerra. Dentro del monumento hay otro Memorabilia Hall, con objetos y fotografías donadas por los familiares de los héroes enterrados en el cementerio. 


Detrás del monumento se encuentra el Camino de los Soldados Desconocidos, que consta a cada lado de once fuentes, once cascadas y once pinos, en representación de los once países que tienen soldados enterrados en el cementerio.


El cementerio continúa con más zona estilo parque y otros dos estanques, pero no llegamos hasta ellos, en su lugar volvimos hacia la entrada, pero antes de salir accedemos al Memorial Service Hall, situado a la derecha de la puerta principal de entrada. Fue diseñado por el arquitecto coreano Joong-up Kim y se construyó en 1964. Su forma triangular representa la eternidad al tiempo que las diferentes religiones que practicaban los soldados enterrados en el cementerio.


En el exterior del edificio hay seis vigas de concreto (material de construcción) a modo de columnas triangulares que parecen sostener el edificio y que simbolizan un tributo eterno a los caídos. Las vidrieras simbolizan la paz, la tragedia de la guerra y el amor.


En el interior se proyecta un vídeo de quince minutos, en coreano y en inglés, sobre la Guerra de Corea y la participación de las Naciones Unidas en el conflicto. El señor que atiende en este edificio a los visitantes me pareció que era un excombatiente, que además sintió curiosidad por nuestra procedencia, si en Corea se ven pocos turistas españoles, en ciertos lugares menos todavía.

Sin lugar a dudas este cementerio está tan bien cuidado en todos sus detalles que es una preciosidad, y sí, es así, precioso, aunque no deja de ser lo que es; pero sobre todo es un homenaje del pueblo coreano a través de sus gobernantes, y de alguna manera de ellos mismos, hacia las personas que lucharon por su libertad, llegando a dar su vida por ellos y por ella (palabras tan siempre oídas antes de una guerra que aunque quieran sonar bien no terminan de hacerlo, aunque creo que el agradecimiento es necesario).


No es que busquemos los cementerios del país, ya que en Gwangju visitamos el 18th May National Cemetery , es que desgraciadamente la historia de los países está escrita con sangre y por desgracia se seguirá escribiendo del mismo modo en el futuro (y en el presente lo hace, solo basta con leer las noticias del mundo), porque los humanos son los animales que tropezamos con las mismas piedras, que no aprendemos de nuestros errores, de nuestra crueldad, de sentirnos los amos de la verdad absoluta y aplicable para todos...pero no debemos desfallecer, tenemos que tener esperanzas que un mundo mejor es posible, que tenemos cerebro y corazón, y que con ambos podemos ser gente de bien, gente de paz, de solidaridad.