16 de marzo de 2011

España - Hoces del Duratón (Segovia) - Ermita de San Frutos

Tres santos y un patrón

Una vez terminada la visita al Monasterio de la Hoz volvemos al coche para continuar motorizados hasta nuestro próximo lugar, tenemos que volver a Sebúlcor y seguir las indicaciones hacia la Ermita de San Frutos. Primero por carretera en dirección a Villaseca y después de nuevo por un camino de tierra, que es una auténtica romería de coches de ida y de vuelta hasta llegar al parking habilitado, donde nos reciben los buitres sobrevolando en el cielo amenazador de lluvia. 


El trayecto andando será de nuevo más o menos de 1 km. A lo lejos se divisa la ermita y como hormiguitas la gente que se dirige a ella, muchas familias con carritos de niños a los que llevan en un continuo traqueteo.


Las hoces hacen una bonita curva con una pequeña isla en el río. 


La ermita está situada sobre una península rocosa asomada a uno de los meandros del Duratón, y se cruza un pequeño puente de piedra. 


Y por fin la ermita, levantada en honor de San Frutos, patrón de Segovia, que en el siglo VII se retiró a estas tierras junto con sus hermanos mártires Valentín y Engracia, para hacer vida eremita.


Los monjes de Silos se hicieron cargo del lugar en el siglo XI, construyéndose la iglesia románica y un monasterio. A la entrada las tumbas en piedra de los monjes. 


La entrada a la ermita está cerrada pero se puede pasear por su recinto, donde hay un lápida que recuerda la donación de bienes hecha al santuario por una mujer que fue despeñada por su marido y no murió. 


Se nota que está muy restaurado el conjunto pero es bello, ya no solo por el paraje donde se levanta sino por la sencillez del propio lugar. 


Saliendo hacia el otro lado de la ermita la hoz rodea la península, además hay un cementerio más nuevo y vallado, así como las tumbas de los santos, Frutos, Valentín y Engracia. 


Cada 25 de octubre se celebra una romería en conmemoración de los milagros del santo, siendo el más popular, "el de la cuchillada": con su báculo trazó una raya sobre el suelo en el extremo más extrecho de la península para impedir el paso de los moros y, al intentar éstos atravesarla, se abrió en la roca un tajo profundo , conocido como "la cuchillada", por el que algunos de los infieles cayeron.

Y nos volvemos hacia el coche, disfrutando del paisaje de las hoces.

España - Hoces del Duratón (Segovia) - Monasterio de la Hoz

La hoz y el monasterio

Las hoces del Río Duratón fueron declaradas Parque Natural el 27 de junio de 1989, y en octubre de 1990 fue declarada Zona Especial Protección para las Aves (ZEPA). El eje del parque comprende el tramo medio del río Duratón, desde Sepúlveda hasta que sus aguas son retenidas en el embalse de Burgomillodo, un tramo de 25 km. Posee una extensión de 5.037 hectáreas que se distribuyen entre los términos municipales de Carrascal del Río, Sebúlcor y Sepúlveda. 

Teniendo tan cerca este parque natural de Madrid no lo conocíamos, así que en un pequeño puente hicimos una escapada para subsanar este lapsus.  Nos alojamos en Sebúlcor, en La Posada del Duratón, un hotelito con encanto en el que estuvimos bien dormidos, desayunados y cenados. 


Sin tener muy claro la ruta del día, ya que el cielo amenazaba lluvia y no apetecía entrar a caminar por las hoces, compramos víveres en la pequeña tienda del pueblo por si acaso decidimos entrar en alguna ruta. Desde Sebúlcor seguimos las indicaciones que llevan al Monasterio de la Hoz. 

Primero por carretera asfaltada y luego por una pista forestal hasta que el camino se bifurca y además las piedras hacen intransitable continuar en coche. Desde aquí continuamos caminando con el cañón del Duratón a nuestra derecha. 


En un kilómetro más o menos aparece ante nuestros ojos las ruinas del monasterio. 


El origen del monasterio se pierde en el tiempo, aunque al parecer en el siglo VIII ya existía en el lugar un pequeño centro de culto y eremitas, donde se veneraba a la Virgen y a San Pantaleón de la Hoz. 

En el año 1231, con Alfonso XI de rey de Castilla, y después de la aparición de la Virgen a un pastor, los Benedictinos hacen donación del lugar a la Orden de los Franciscanos, que fundan el Monasterio. 

En el año 1495 sufrió un derrumbe, donde ningún monje fue dañado porque se encontraban en la iglesia rezando y esta resultó intacta. Los franciscanos acudieron a Isabel la Católica para que les costeara la rehabilitación, cosa que hizo al ser devota de esta virgen.

En el siglo XVII el monasterio fue el primer Colegio de Misioneros de España, y más tarde perdería esta misión. 

Tras la desamortización de Mendizábal en 1836, el monasterio fue abandonado por los religiosos, que vivían de los recursos de la zona: huerta, ganadería, caza y pesca. 


Al monasterio solo se puede acceder por el río, en piragua, aunque tengo la duda de si existe un camino cuesta abajo, con el peligro de caerse que llevaría este intento. 

Las vistas de las hoces del Duratón son magníficas y realmente preciosas. Hacia la derecha en este caso.


Hacia la izquierda hay una zona de buitreras. 


Que gracias a los prismáticos que llevamos podemos verlos con claridad, o a través del zoom de la cámara de fotos. 


Algún buitre nos ofrece su vuelo, mezclándose con los típicos colores del otoño.