13 de diciembre de 2018

Myanmar - Lago Inle - Comida en Paramount Inle Resort

Comiendo frente al lago

Desde la fábrica de cigarrillos o cheroots continuamos la navegación por el lago Inle, que nos sigue ofreciendo postales visuales del trabajo que realizan en él, así como del paisaje que lo rodea. 




Paramos en el hotel Paramount Inle Resort para comer, hotel que está situado en un canal del lago. 



Cotilleamos un poco el hotel, viendo que las habitaciones se reparten en dos filas de bungalows continuos que tienen terrazas. 



Hay un bonito y cuidado jardín en las instalaciones, para dar un agradable paseo. 


Nuestro menú hoy va a tener algunos platos diferentes, que es de agradecer. Una tempura de verduras con salsa agridulce. 


Hoy la sopa es de tomate, con un gusto ligeramente picante. Muy rica.


Una ensalada de vermicelli (los fideos finos transparentes). 


Verduras salteadas kun pao, que incluyen patatas. 


Pescado rebozado, no sabemos cuál, que se puede acompañar con salsa picante, que Myo se encarga de pedir ya que sabe que a mi pareja le gusta. 



Seguimos con la dieta del curry, de cerdo y de pollo, acompañados por el clásico arroz. 



De postre también tenemos una variación, pasamos del plátano a la fruta con leche evaporada y hielo para que esté fresca; pues nada, sin miedo al hielo, que suponemos elaborado con agua mineral ya que se trata de un hotel para turistas. 


El precio de la comida fue más alto en comparación con los restaurantes más caseros y no tan pensados para los turistas en los que hemos comido en otras ocasiones, pero la calidad ha sido estupenda, suponemos que el trato de conservación y elaboración de los productos ha sido más higiénica, y todo tiene su precio; hoy ha costado 23$, en comparación a los 12-15$ a los que estamos habituados.

El hotel tiene buena pinta, y como hemos comprobado buena gastronomía, pero tiene un inconveniente, y es que dada su situación, el tráfico de embarcaciones durante el día es tremendo, y vale con las barcas a remo, pero lo que proliferan con su ruido son las barcas con motor diesel, que durante toda la comida nos dieron un concierto continuo, ya que comimos en la terraza y no en el comedor interior.



En el hotel hay una torre de observación, y después de comer subimos para tener bonitas vistas del entorno que nos rodea.