29 de junio de 2011

Austria - Viena - Musikverein

¡Que concierto el de aquella noche!


Cuando nuestro transporte-acompañante nos llevaba al hotel  desde el aeropuerto nos ofreció asistir a un concierto de Mozart en el Musikverein, construido en 1870 para la Sociedad de Amigos de la Música por Theophil Hansel,  que actualmente es la Sede de Orquesta Filarmónica de Viena.

Una anécdota: cuando Haydn murió en Viena, primero fue enterrado en la ciudad, y cuando se le quiso trasladar al panteón que la familia protectora, Esterházy, había construido para él, al levantar el cadáver salió a la luz que le faltaba la cabeza; los médicos se la habían cortado para estudiarla ya que querían analizar su cerebro por su capacidad musical. La cabeza fue expuesta en el edificio durante 50 años. 

 
Además el concierto será en la Goldener Saal o Sala Dorada, donde se celebra todos los años el concierto de Año Nuevo, y no nos pudimos negar, no somos grandes musicólogos de música clásica, pero las oportunidades hay que aprovecharlas.

La sonoridad de la sala se debe a diversos factores: al artesonado de casetas; al techo, que no es firme sino que cuelga sujetado por cuerdas; al hueco que hay bajo el parqué de 2 m; y a las cariátides de terracota hueca que sostienen las galerías de columnas. Todo ello crea una resonancia con la sala llena de 2,05 segundos, que lo dejo como dato porque seguro que alguno lo entenderá mejor que yo. 



El concierto será a cargo de la Orquesta Mozart de Viena, con músicos vestidos con trajes y pelucas de la época del compositor, creando ya un ambiente muy especial en la sala, aunque las sonrisas también las tienes. 

 
En el siglo XVIII era usual tocar solo fragmentos de sinfonías y conciertos interponiendo arias o dúos de óperas conocidas, estos conciertos eran llamados “Academias Musicales”, y esto es lo que escucharemos nosotros. 

En el intermedio el público salió a tomar un refrigerio y a las colas típicas, y enormes, de los baños, nosotros aprovechamos para incursionar por la sala y por sus aledaños, como el pasillo que conduce a los palcos.


Y por el pasillo por donde entraban los carruajes. 



Este es nuestro programa:

Aus der Oper – Don Giovanni KV 527

Ouvertüre

Duettino Zerlina-Don Giovanni : Là ci darem la mano

Arie des Don Giovanni: Finch’ han dal vino




Symphonie Nr.40, g-moll, KV 550

Satz: Molto Allegro



Requiem, KV 626

Introitus, Adagio
 


Kyrie, Allegro

Diesi rae, Allegro assai

Rex tremendae (Grave)

Confutatis, Andante

Lacrimosa (Larghetto)

Dominu Jesu, Andante con moto

Hostias, Andante

Communio, Adagio-Allegro

Intermedio

Aus der Oper “Le nozze di Figaro” KV 492

Ouvertüre

Arie des Figaro: Non più andrai


Aus der Oper “Die Entführung aus dem Serail” KV 384

Arie der Constanze: Martern aller Arten

Eine kleine Nachtmusik KV 525

Satz: Allegro


Aus der Oper “Die Zauberflöte” KV 620

Arie des Papageno: Der Vogelfänger bin ich ja

Duett Papageno-Papagena: Pa-pa


Klaviersonate Nr. 11 (Mozart)

Rondo "Alla Turca": Allegretto

Como bis y final



Este fue el elenco:

Director: Siegfried Andraschek

Soprano: Lydia Rathkolb

Barítono: Sebastian Holecek

Coro: Ensemble Koinonía

El precio del programa son 5€.

Yo solo puedo decir impresionante todo, la música, el espectáculo, la sala, el momento. Con Don Giavonni y Fígaro te ríes, el barítono era muy buen actor, muy expresivo, con el Requiem a cargo del coro se ponen los pelos de punta, y con el Mozart más melódico se disfruta, canturreando y moviendo los pies (ya dije que la música clásica nos gusta con reparos y sin abusos, con lo que esta licencia nos la permitimos).

Durante el concierto en ningún momento tuve un bajón, como me ocurrió anteriormente con El Mesías de Haendel o La Bohéme de Puccini, que se me cerraban los ojos, y no creo que solo fuera por la edad, porque mi compañera de asiento se metió una siesta impresionante, solo se despertaba para aplaudir y luego era como hipnosis, entraba en sueño comatoso. 

La entrada al concierto puede ser de diferentes tipos, se puede llegar incluso en el coche de caballos o fiaker típico vienés, tener derecho a copa en el intermedio, a conversar con los músicos y los cantantes, e incluir la cena. Nosotros solo ponemos el extra de cena incluida, ya que saldríamos tarde y no nos apetecería buscar ningún lugar para cenar, que podríamos haberlo hecho en nuestro hotel que está a la vuelta de la esquina del Musikverein, pero la opción no me pareció mala, el restaurante Korso del Hotel Bristol, también en Kärntner Ring. Concierto y cena por 79€.

La decoración es moderna en el mobiliario, pero las paredes están forradas de madera en estilo clásico y las lámparas de techo son de araña.

Es un menú fijo, en el que se puede elegir el segundo plato. De primero, una sopa de ajo muy fina, con un sabor a mantequilla más que a ajo, no tengo idea si lleva una verdura o es perejil lo que le da el color verde; en su interior un huevo de codorniz partido por la mitad. Bärlauchveloute mit Wachtelei.


De segundo, para mi marido, supuestamente cordero al horno con puré de patatas y verduras, pero la traducción al inglés era Young goat y no lamb, aunque según mi marido sí sabía a cordero; además estaba rebozado. Gebackenes Kitz mit Schnittlauchpürre und Wurzelgemüse.


Para mí, un filete sencillo de salmón, había que aprovechar la oportunidad de comer pez. Filet vom Bio Lachs auf Spargelrisotto mit Schmortomaten.



Con el postre nos hicieron un cambio por el programado, en lugar de una mousse de yogurt fue un festival de manzana: una mousse de manzana con rodajas de manzana asadas y chips de manzana. Y no, no puedo escribiros el nombre en austriaco, no tome notas cuando nos lo explicó el camarero (aunque hubiera querido no hubiera podido hacerlo claro). 


Para beber nos dejamos asesorar por el camarero y pedimos un vino tinto, en esta ocasión de celebración una botella, nada de copas. Nos sirve un 1797 SL Heinrich, que para mí gusto no estaba a la altura a los de la noche anterior en el Café Landtmann, que me gustaron más, pero no estaba malo porque que no dejamos nada.

Felices y contentos, a ritmo de Mozart volvemos al hotel para descansar y dormir plácidamente.