27 de noviembre de 2017

España - Asturias - Valle de Valdediós - Iglesia de San Salvador de Valdediós (El Conventín)


¡Qué iglesia más bonita!

En este viaje estamos rememorando nuestros pasos anteriores por la zona, los gratos recuerdos es lo que tienen, que apetece volver a pasear por ellos, y al tiempo estamos saldando viejas cuentas pendientes de visita. Hoy nos toca comenzar con el conjunto de monasterio e iglesia de Valdediós, situados en el valle de Valdediós, en la parroquia de Puelles del concejo de Villaviciosa.


Lo primero es comprar las entradas, 4€, y luego nos toca esperar a que el grupo que ha entrado termine su visita para comenzar la nuestra en el grupo que poco a poco se va formando con la llegada de nuevos visitantes. El conjunto cuenta con una hospedería, atendida por carmelitas samaritanas. 


La iglesia de San Salvador fue consagrada en el 893, durante el reinado de Alfonso III, y en 1931 fue declarada Monumento Histórico Artístico. Es de estilo prerrománico con bastantes influencias mozárabes; está considerado como uno de los más hermosos monumentos asturianos y es conocido como El Conventín. La orden del Cister llegó en 1200 y respetó la iglesia, por lo que no la derribó para construir otra en su lugar -que parece ser que era su modo de operar-.



Detalles del exterior: el pequeño campanario, una ventana con decoración labrada (a la derecha en la fotografía) y una ventana con columnas (bajo el campanario). 




Damos la vuelta por el exterior, primero por su lateral derecho, donde está la piedra del obispo, una piedra de mármol blanco en la que hay una inscripción visigótica (en la segunda arcada, que la primera da acceso a un pórtico añadido con posterioridad) en la que se cuenta que la iglesia fue bendecida por siete obispos. 



En el ábside de la iglesia destacan  las ventanas, la inferior presenta unas columnas de mármol, posiblemente expoliadas de algún otro lugar. 







El lateral izquierdo no presenta pórtico, es el original, y en él se cerró la puerta de entrada llamada del Evangelio. En el tejado destacan unas bolas de piedra. 


A los lados de la puerta de entrada hay dos columnas desniveladas, una es más alta que la otra, y su decoración desgraciadamente fue dañada al colocar un cierre. 




Se entra a un pequeño vestíbulo, en el que hay una especie de nicho a cada lado, pero no hay lápidas ni tumbas en ellos. 


Una nueva puerta, sobre la que hay un texto grabado en piedra sobre la construcción de la iglesia. 


Su interior tiene tres naves, siendo más ancha la central, y a pesar de su pequeñez, de la falta de decoración, resulta muy coqueta, muy íntima. 


Quedan algunos retazos  de sus pinturas, que tenían influencias mozárabes como su arquitectura, y además sobre ellas se pintaron otras, unos angelotes por ejemplo -que pena no pensar antes de actuar-. 





A cada lado del altar principal hay una pequeña capilla, y en los laterales de las naves, una pequeña sacristía. 



Finalmente accedemos al interior del pórtico añadido. 


Sin lugar a dudas esta iglesia es una preciosa joya del románico (en realidad prerrománico pero esto es demasiado preciso para los profanos arquitectónicos como nosotros) asturiano.