¡Coge tu sombrero y póntelo, vamos a la playa, calienta el sol chiribiribi...!
Con el coche dejamos la zona del mercado de Gukje y del mercado de Jalgachi y sus alrededores bajo la atenta mirada de la
Torre Busan.
Tenemos que atravesar la ciudad, de oeste a este, y creo que lo hacemos
por el increíble puente de Gwangan o Gwangan
Daegyo, de peaje, pero claro, desde el interior es difícil reconocer si
además todavía no hemos visto su exterior.
Del caos urbanístico de la zona portuaria nos adentramos en lo que será
a no tardar demasiado uno de los skylines asiáticos con más potencia, o eso me
pareció intuir. A nuestra izquierda se encuentra la playa de Gwangalli, a la que es imposible tomar una fotografía
desde el coche.
A nuestra izquierda, como en todas las ciudades por las hemos pasado durante el viaje, edificios de viviendas en repetición arquitectónica, uno
detrás de otro.
A la derecha nuevos
rascacielos en construcción, entre ellos un Hotel Park Hyatt. Se ve bonita esta composición acristalada.
Bajo estos edificios hay un
pequeño puerto, Busan Yatching Center, que precisamente yates ahora no acoge, supongo que alguno importante llegará y de esos de impresión llegará; en él pueden atracar más de
1.300 embarcaciones, hoy más de pesca que recreativas. Fue conocido
mundialmente por los Juegos Asiáticos de 1986 y los Juegos Olímpicos de 1988,
¿falta algo por celebrarse en Corea?.
Bordeamos la zona del
puerto y los edificios de nueva construcción.
Para llegar a la zona donde se localiza el hotel en el que pasaremos dos noches, donde también se están construyendo nuevos edificios, por eso mi sensación de que en unos años habrá en el área un skyline interesante, ya veremos si impactante o no.
El hotel que elegimos,
cambiando el incluido originalmente en el tour que era más céntrico, fue el Chosun Westin Busan, y la
elección se basó en su localización, al lado de la playa de Haeundae, con la fortuna de que nuestra habitación tiene
vistas hacia ella.
La visión de la playa nos produce una gran sonrisa, y es que sus
sombrillas están perfectamente alineadas, pero el mar es el auténtico "mar
amarillo" con esos flotadores gigantes que la gente utiliza. Lástima que son las
seis de la tarde y no se encuentra en su mayor efervescencia, y que como por
las mañanas saldremos temprano para hacer excursiones tampoco la veremos a
plena utilización, pero a las doce-una de la tarde tiene que ser un espectáculo
digno de verse…si es que se puede ver el mar entre tanto flotador y tanta
gente.
A mí los flotadores me recuerdan a aquellos gigantes de color negro, que
yo creo que eran neumáticos, que veía en mi niñez en las Lagunas de Villafranca de los Caballeros, donde lo peligroso para mí no era el agua sino
pisar el cieno bajo ella, que parecía que te iba a engullir cual arenas
movedizas.
Nos duchamos para salir a dar una vuelta y en este tiempo la playa
para su actividad y todo se recoge, las sombrillas se pliegan, los flotadores
se apilan, y los bañistas se marchan.
La playa de Haeundae es la más famosa de Corea, dato cierto por la
cantidad de aparejos que se despliegan en ella, tiene una longitud de 1,5 km y durante
todo el año se celebran festivales y eventos culturales, pero nosotros en estos
dos días no pillamos ninguno. Al año la visitan aproximadamente ¡8 millones!.
Desde la cercana isla de Dongbaek se tiene una buena visión de la playa desde una zona rocosa, aunque nosotros esta visión la tenemos nocturna.
Desde la playa se puede
acceder a la isla de Dongbaek o viceversa, que es lo que nosotros hicimos.
Bañistas en el mar no
había, pero paseantes en la arena y a la orilla unos cuantos, entre los que nos mezclamos.
Por la mañana temprano la playa comienza su actividad, sobre las siete de la mañana comienza el despliegue de sombrillas en perfecto orden de
colocación.
Música coreana pop para terminar, Mighty Mouth and Soya, ¡¡Fiesta!!, donde nos hacen un guiño a los españoles. Y es que PSY es el que se ha hecho más famoso allá de las fronteras, pero la música en Corea, y en Asia, es otro mundo, es otra cosa.