6 de septiembre de 2012

Corea del Sur - Seúl - COEX


Annyeong haseyo!


Es decir, ¡hola!, aunque su traducción literal se asemeja más a ¿estás en paz?. Esta ha sido una de las frases más escuchadas durante todo el viaje, y también  de las que más hemos dicho, aunque claro, la pronunciación no ha sido ni medianamente correcta a pesar de la práctica casi continua. 

En 1392 Seúl como nueva capital de Corea tenía una población de 100.000 habitantes, hoy supera los diez millones de personas, o los veinticinco si se tiene en cuenta todo el área metropolitana, siendo sólo superada en Asia por Tokio. Uno de cuatro surcoreanos vive en la ciudad.  

Después de sufrir a comienzos del siglo XX el dominio colonial japonés y posteriormente la Guerra de Corea, Seúl era una ciudad totalmente destruida, que a partir de 1960 comienza a ser reconstruida y levantada como el ave fénix (estos reyes parecen que no terminan de abandonar la ciudad y su espíritu pulula por el país en las buenas vibraciones). 

Seúl fue nombrada con el nombre de Hanyang como capital por el rey Taejo, fundador de la dinastía Joseon, a las faldas del monte Bugaksan (san significa montaña), siendo renombrada con el nombre actual en 1945, tras la liberación de los japoneses, significando Seúl en coreano “capital”. 

Seúl se divide en 25 distritos administrativos (gu), que a su vez se dividen en barrios (dong) y es fácil recorrerlos utilizando el buen sistema de metro que tienen, y  que es aconsejable usarlo porque la ciudad es grande. 

 
Para esta primera estancia en Seúl, ya que terminado el tour pasaremos tres días más en la ciudad, el hotel elegido está en una zona más empresarial y comercial que turística, en el distrito de Gangnam o Gangnam-gu, más concretamente en el área de Samseong-dong. La elección puede parecer curiosa, pero como estaremos tres días ahora, de los cuales dos estarán ocupados por el tour, y solo nos quedará uno libre, ya que el hotel nos gustaba y a esta zona no llegaríamos si no tuviéramos el hotel en ella porque la zona céntrica y más turística, situada al norte del río Han, nos atraparía, tras un debate conmigo misma fue el elegido, y realmente ha sido uno de los mejores en cuanto a servicios, excepto en gastronomía, el Park Hyatt


El tráfico en Seúl puede resultar un auténtico caos, son miles de coches circulando por ambas orillas del río, además estamos entrando en la ciudad a la hora punta del trabajo y es día laborable, viernes 3 de agosto, así que cerca de las ocho de la mañana nuestro conductor nos deja en el hotel, pero la habitación no estará disponible hasta las tres de la tarde. Podríamos haber pagado un check-in para hacer uso de ella, pero el precio era como pagar una noche más y si el avión se retrasaba no tenía sentido este alto coste. Afortunadamente como el hotel dispone de una zona de spa, nos permiten hacer uso de ella para darnos un baño caliente con impresionantes vistas de la ciudad y sobre todo de una buena y refrescante ducha, que era necesaria y conveniente.

Desde el hotel, no desde la ventana de nuestra habitación, que no hemos sido afortunados con las vistas, se contempla parte de esta nueva zona, amplia, verde, moderna, y sin caos circulatorio. Podemos ver dos de sus edificios importantes: la Trade Tower y la Asem Tower.  


Desde aquí para llegar a la orilla norte donde se encuentra el casco histórico, el metro, como ya nos sucedió en Tokio, tendrá que ser nuestro gran aliado.

El edificio de la japonesa Canon creo que dice mucho del restablecimiento de relaciones entre estos dos países, pero no significa un perdón coreano a las tropelías japonesas durante la colonización, más bien es una cuestión práctica de comercio y beneficios para ambos. 


Por cierto, he comenzado a leer el libro Las orquídeas rojas de Shanghái y muestra muy bien el sentimiento anticolonial o partidista que se produjo en Corea con la llegada de los japoneses. 

Esta zona es la del World Trade Center Seoul, en el que a su vez se encuentra el llamado COEX (estación Samseong), con edificios de oficinas, centros comerciales, centro de exposiciones y congresos, grandes hoteles, un acuario.

Ahora nuestra vista se concentra en una de las grandes empresas surcoreanas, con una gran diversificación de productos, no solo de automóviles que es por la que principalmente se la suele conocer, Hyundai, que también tiene centros comerciales. 


En la foto destacan dos carteles anunciadores en dos lados del edificio, que realmente no sé a que corresponden, pero que me llevan a escribir sobre la llamada Hallyu, la ola coreana, que yo desconocía de su existencia hasta la preparación de este viaje. La ola coreana se refiere al fenómeno de la cultura pop coreana que tiene gran popularidad en el extranjero (me estoy quedando atrasada en noticias y en música moderna), incluyendo tanto películas (que de estas si conozco más pero aún me queda un largo camino porque solo me he visto una con conocimiento de causa), dramas coreanos y sobre todo música (al estilo de lo que fueron las Spice Girls o los Backstreet Boys). Esta expansión no sólo se refiere al sudeste asiático, donde hace auténtico furor, y creo que de esto viene el cd de una pareja musical que nos regaló nuestro guía en la parte central de Vietnam, en Hué, sino que también  ha llegado a Europa y USA con fuerza.

En películas se pueden mencionar: Old Boy (premio en el Festival de Cannes en 2004), Spring, Summer, Fall, Winter and Spring (premio en el Festival de Locarno en 2003), Chwihwaseon, Secret Sunshine, y muchas más. Yo sólo me he visto una protagonizada por el actor de Old Boy y el guaperas llamado Lee Byeong-heon, Encontré al diablo, que es de una violencia tremenda, y me parece que todas andan por el tema de la violencia a diestro y siniestro, de ajustes de cuentas, de locos malos, de malos sin estar locos, o de amor, mucho amor. 


En música aunque he intentado ponerme las pilas, no me ha captado demasiado y es que parece que los años no pasan en balde, y siendo una hortera declarada, el pop coreano o K-pop no está hecho para mí ni para mis oídos. Una selección de algunos y algunas: Super Junior, Wonder Girls, Hyuna, G.Na & Wheesung, Missa, IU, Big Band, Girls Generation...Esta canción de los Big Band, Blue, si me gustó aunque un álbum completo creo que me parecerá demasiado.


Después de este paréntesis, una vista más amplia de la zona norte del río, de la que sólo destacan los nuevos edificios, pero no se intuyen sus grandes construcciones del pasado, la mayor parte de ellas reconstruidas tras su destrucción por los japonese o durante la Guerra de Corea. Ahora sí se puede ver uno de los innumerables puentes que cruzan el río Han. 


Decidimos salir a dar una vuelta por la zona, pero en lugar de caminar por el exterior lo hacemos por el interior. Frente a la puerta del hotel se encuentra una de las salidas de la estación de metro Samseong (el metro tendrá su propia explicación en la siguiente entrada) decidimos entrar en ella para cruzar la amplia calle, en principio sólo queríamos evitar rodeos bajo el sol dado el desconocimiento de la zona y la falta visual de semáforos cercanos. Al hacerlo descubrimos bajo tierra un nuevo mundo, el de los centros comerciales subterráneos, en esta ocasión pertenecen al COEX, que también tiene su centro comercial normal hacia arriba de pisos. 


Este mundo subterráneo nos sorprendió tal y como nos ocurrió en Tokio, es increíble los largos pasillos que hay debajo de estas dos ciudades.

Unos bancos para sentarse anuncian una de las cadenas de centros comerciales más famosos del país, que también posee hoteles y no sé cuántas empresas más (la diversificación empresarial en este país es un hecho constatable), Lotte. Un homenaje y una incitación al consumismo.


Caminamos por los extensos y bifurcados corredores llenos de establecimientos del COEX subterráneo, donde los comercios comienzan a abrir sus puertas, entramos demasiado temprano y ahora están despertando, encontrando un centro de ocio de videojuegos. 

 

Donde me quedo parada, y casi atrapada es en el escaparate de una pastelería, tremendamente atractivo, no solo por sus dulces que ya apetecen sino por las formas en los que éstos se han elaborado. ¿No os comeríais este osito panda a bocaditos?


De nuevo la ola coreana nos inunda los ojos, ahora sobre una serie de televisión histórica, que son muy aficionados a realizar como comprobaremos por las mañanas antes de salir a ejercer de turistas. 


También nos reencontramos con uno de los clásicos de los restaurantes japoneses, la presentación de los platos de comida en figuras de plástico para saber con seguridad lo que se pide, el restaurante es de fusión coreano-japonesa y además basado en las tortillas, la verdad es que no tenía mala pinta pero no llegamos a probarlo. 



Salimos al exterior al lado del ya mencionado edificio de la Trade Tower, construido en 1998, de 54 pisos y 228 m de altura, que aloja principalmente organizaciones y empresas relacionadas con el comercio y la exportación. Nos gusta arquitectónicamente la torre, desde las alturas o desde abajo.


Junto a esta torre se encuentra la Asem Tower, que no nos parece tan llamativo su diseño como la anterior, de 42 pisos y de 176 m de altura. La foto no es representativa del edificio en sí mismo, pero me gusta porque ante ella aparece una escultura, y es uno de estos detalles, como ocurre en New York, que nos gusta de las ciudades, el arte integrado en la urbanidad y la arquitectura. 


Frente a ambas torres un edificio sumamente original, que en su exterior pareciera asemejarse a un gran reloj, pero cuyo simbolismo real desconocemos si es que lo tiene y no sólo es un capricho estético de su arquitecto. Creo que es edificio de oficinas perteneciente al grupo Hyundai.


Como ya he comentado, un detalle que nos gusta de la zona son las esculturas al aire libre con las que nos vamos encontrando, algunas de ellas incitan a los clásicos juegos de fotografía. 


Otra, ahora tras el viaje nos recuerda a las cientos de setas pequeñas y riquísimas que nos hemos comido en los platos de verduras, sopas, carnes…que en escultura han crecido como las judías mágicas de Jack


En este caso sería como un anillo de compromiso gigante, o quizás que alguien se quedó un aro olímpico en 1988. 


La que más me gustó por ser estática pero parecer en movimiento fue la de este señor encerrado en un círculo, daba la sensación de ser un participante del Cirque du Soleil a punto de realizar un número acrobático. 


En esta zona del COEX se encuentra uno de los museos al que nos hubiera gustado ir pero hubiera sido mejor al final del viaje y no al comienzo, una vez que sabíamos de su existencia y sabor, pero al final fue imposible como a muchos lugares que nos han quedado pendientes, el Museo del Kimchi. 

Un vídeo musical de un rapero surcoreano que habla sobre la zona de Gangnam, una zona elitista de compras, principalmente moda. Fijáros en la decoración del autobús, que no es que esté decorado así para el videoclip sino que es así como los decoran...This is Gangnam Style.