4 de octubre de 2016

Uzbekistán - Samarcanda - Museo Afrosiab


Evocación histórica: Afrosiab, Maracanda, Samarqand

Tras nuestra pequeña aventura de exploración en el Mausoleo Ishrat Khana, volvemos al taxi, que nos ha esperado por la negociación realizada por nuestro guía, y ahora sí, comenzar con el resto de visitas programadas. Comenzamos por el Museo Afrosiab, situado en el recinto arqueológico Afrosiab, que corresponde a la antigua ciudad fundada en el siglo VII a.C. por la dinastía aqueménida, que en el año 329 a.C. fue conquistada por Alejandro Magno, recibiendo el nombre de Maracanda.


El museo es parte del recinto arqueológico, recinto que ocupa una extensión de 219 Ha, al que nosotros no accedimos, pero creo que a una parte de él se puede entrar.


El museo creo que  podría ser una de las primeras visitas a realizar en Samarcanda, y si es posible hacerlo con tiempo, ya que se expone cronológicamente la evolución de la ciudad, y así aprender más de ella antes de comenzar a conocerla.


Las conquistas de Alejandro Magno representadas en un mapa. 


En el museo se exhiben piezas encontradas en las excavaciones, principalmente piezas de cerámica y algunos utensilios.


Hay una reproducción de un horno del siglo V a.C. 


Restos humanos, algunos colocados en cajas; estos restos están relacionados con los ritos zoroástricos, en los que los cuerpos eran colocados en lugares altos para que fueran devorados por las aves, no por animales y alimañas, y luego los huesos se guardaban; por eso la colocación tipo puzle que se puede ver en algunas de estas cajas.



La pieza estrella del museo es el fresco del siglo VII descubierto en 1965 durante la construcción de una calle. Antes de entrar a la sala donde se exhibe, no el original, que está protegido, sino una reproducción, vemos un vídeo sobre la ciudad, sus hallazgos y sobre el fresco.

El fresco consta de tres partes, colocadas en forma de “U”, y en él se muestra al rey de Sogdiana, Varkhouman, recibiendo a un grupo de dignatarios extranjeros. Realmente espectacular el tamaño, los dibujos, sus detalles, que afortunadamente se puede seguir gracias a los dibujos que hacen una reconstrucción de las figuras incompletas.

Una de las partes es la escena de un cortejo: un elefante blanco, sobre el que va la esposa principal del rey, caballos, dos camellos y cuatro cisnes, además del rey montado en un caballo negro. 




En otra de las partes se puede ver una escena de la corte del rey, recibiendo a los embajadores extranjeros –de la imagen del rey en su trono no queda casi nada, retazos-: emisarios de principados vecinos portando seda y collares; enviados chinos con seda (capullos, en madeja y en rollos de tela); tres chambelanes -personas que acompañaban al rey- recibiendo a emisarios de los pueblos de la montaña.





La última parte del fresco representa al emperador de China y su corte: en una barca la emperatriz de China con músicos y concubinas; una escena de pájaros, que parecen estar alimentando a su prole –no sé si tendrá algún significado especial-;y  la escena de caza de seis panteras. 




Creo que es una visita que merece la pena hacer si se tiene curiosidad por la historia, y este fresco la merece por él mismo.