22 de julio de 2014

Irlanda - Dublín - Phoenix Park

El jardín del Fénix



Salimos del Memorial Park, y como no estamos muy lejos de otro parque, Phoenix Park, pero ya no tipo memorial o conmemorativo sino de los normales, para allá nos vamos por Conyngham Road, en la orilla norte del río Liffey, que hasta el momento todo lo que hemos visitado se encuentra en su orilla sur. Está claro que hoy tenemos un día campestre. 
Phoenix Park parece que es el parque urbano más grande de Europa, y a fe que era grande y eso que no lo andamos entero, con una extensión de más de 700 ha. El parque fue creado por el duque de Ormond, un virrey de Irlanda, en 1662 como reserva de ciervos y en 1745 se abrió al público. 

Antes de entrar en el parque, desde fuera vemos el Magazine Fort, un antiguo fuerte convertido en arsenal, donde el IRA robó más de un millón de proyectiles en 1939. 

El parque guarda una historia de asesinatos: en 1882 un ministro, Lord Cavendish, y un viceministro fueron apuñalados hasta la muerte en él por miembros de un grupo nacionalista, The invencibles, que luego fueron ejecutados en la cercana Kilmainham Gaol

Según entramos seguimos en dirección al obelisco grande que vemos -seguimos la tónica y pauta marcadas durante nuestra visita por el Memorial Park de guiarnos por los monumentos-, el Wellington Monument, un obelisco de 63 m de altura -ahora me entero que Wellington era dublinés y eso que estuve en su casa en Londres pero no recuerdo el dato, aunque será que no le hice el suficiente caso-.     
El monumento tiene unas escaleras muy inclinadas por las que se puede subir con dificultad y precaución, aunque creo que no se debe hacer, no creo que fueran concebidas para la escalada, aunque esta subida sirve para ver de cerca los paneles de bronce realizados con los cañones que se capturaron a los franceses relativos a las batallas de Wellington, donde no falta por supuesto una de las más famosas, Waterloo. 


Salimos al camino principal del parque, con una calzada central por la que circulan los coches, nosotros caminamos y caminamos por el carril de las bicicletas, menos mal que este día no había mucha circulación de ellas y no molestábamos mutuamente. El sol ayudaba a iluminar el parque y a calentarnos a nosotros, pero poco, que seguíamos con una sensación de frío y humedad para ir en busca de una chimenea y unas pintas con urgencia. 

Pasamos al lado del Zoo, el tercero más antiguo del mundo, que fue pionero en la cría de leones en cautividad, y del que salió uno de los leones más famosos y conocidos, el león de la Metro, que se llamaba Cairbre, pero no entramos.

Llegamos a las inmediaciones de Áras an Uachtaráin (una pronunciación gaélica de las fáciles), residencia oficial del presidente de Irlanda desde 1938. El edificio data de 1750 y fue construido por el guarda forestal Nathaniel Clementes, siendo comprada en 1782 para ser utilizada por los virreyes británicos, utilizándose con este fin hasta 1922. 

A lo lejos distinguimos la Cruz Papal, que marca el lugar donde el papa Juan Pablo II celebró una misa en 1979, ante una congregación multitudinaria, más de un millón de personas -hay que tener en cuenta que Irlanda es mayoritariamente católica- pero no hicimos ni el intento de ir hacia ella por una cuestión de tiempo. 

Continuamos caminando por el paseo central y alcanzamos la rotonda donde se ubica el Phoenix Monument, que nos deja algo indiferentes ante tan imponente nombre de Fénix, ya que en teoría el pájaro en la parte superior de la columna es un Ave Fénix pero parece cualquier animal o animalucho, ya el Fénix me lo imagino majestuoso y no esta “cosilla”. El monumento fue ordenado construir en 1744 por Lord Chesterfield. 

Seguimos caminando por ese camino que parecía infinito, donde pequeños carteles avisaban de lo bueno que es andar para la salud y para el corazón.

Por un desvío alcanzamos el castillo de Ashtown, un pequeño torreón del siglo XVII que se dice perteneció a un antepasado de Daniel O'Connell, que en su interior cuenta con elementos curiosos como el escalón peligroso o el agujero asesino junto a la puerta (pero nosotros no entramos a conocerlos porque para no variar la tónica marcada durante este viaje, la puerta estaba cerrada). 




Al lado del castillo se encuentra el Centro de Interpretación del Parque, y a su alrededor un huerto con un divertido habitante muy útil. 

En el huerto había plantado mucho brécol, alcachofas y algunas flores.

La caminata y el frío han sido considerables, sensación de frío aumentada por la humedad, así que hasta aquí hemos llegado en nuestro paseo por el parque, aunque nos queda más parque y lugares por descubrir pero nos damos media vuelta, y justo enfrente de la casa del presidente irlandés, al otro lado, se encuentra Deerfield, domicilio (que no sé si embajada como tal) del embajador de los EEUU, instalada en un edificio de 1744 que originalmente era el Lodge del Chief Secretary de la Irlanda británica. 

El parque tiene un shuttle que va parando en los lugares mencionados, así como en otros más alejados a los que nos llegamos y que pudieran ser interesantes, como un recinto abierto con ciervos, Fifteen Acres, que en ocasiones salen a pasear por todo el parque y hay cárteles que avisaban sobre su posible presencia. El camino de vuelta lo hacemos por la senda destinada a los peatones.



Salimos por una de las entradas principales del parque, habíamos entrado por un lateral por comodidad y atajo, donde hay una gran explanada con hay un jardín victoriano de 9 Ha, People’s Garden, pero el tiempo no está para que crezcan las flores, aunque nos han sorprendido en algún momento, y lo más curioso es que dentro del parque, junto a la puerta de salida hay una casa, donde entra una persona, lo que no sé es si será de un guardia de seguridad, de un guardia forestal....o de un simple ciudadano.
Situación del parque en la ciudad y respecto al Memorial Park.