17 de septiembre de 2012

Corea del Sur - Seúl - Avenida Sejong



Maldito sol de los infiernos, que no de los cielos

Desde Seoul Plaza comenzamos a caminar por la amplia avenida Sejong (Sejong-daero; estación Gwanghwamun), con la visión al frente del monte Bugaksan, y con ello entramos en el distrito de Jongno-gu (mirar mapa). También se puede ir en metro para una parada, de la estación City Hall a la estación Gwanghwamun, pero decidimos que caminaríamos para ir conociendo la ciudad, y todo ello bajo un sol abrasador, con una temperatura de unos 38º (la máxima que se ha tenido en Seúl este verano y en muchos veranos, ya que según la guía no se recuerdan temperaturas en el país como las que se han tenido precisamente durante nuestro viaje) y una humedad del 95%.


Continuamos el paseo por la avenida hasta encontrar el “km.0”, que como en todos los países, marca la distancia entre Seúl y otras ciudades del país. 


En este punto cruzamos la avenida, mientras jugamos a ver los reflejos entre sí de los edificios, y es que una de esas manías que sin darnos cuenta se nos ha quedado de nuestras visitas a New York.


Nada más cruzar lo primero que destaca es una escultura a modo de pirulí gigante en colores alegres y llamativos, rosa y azul, se llama Spring, una obra de Coosje Van Bruggen y Claes Oldenburg situada en la Cheonggye Plaza


A los pies de la escultura se halla el comienzo del arroyo Cheonggyecheon, un arroyo que fluye 5,84 km a través del centro de Seúl desembocando originalmente en el río Hangang, pero sobre él hablaremos más adelante en la excursión a tramos y días que realizamos por él.

Frente a la plaza y la escultura, continuando por el lateral de la avenida Sejong, se halla el monumento al 40 aniversario del reinado del rey Gojong, de nombre tan fácil como Gojongjeukwisasimneonchinggyeongginnyeombi (dudo mucho que este nombre exista tal y como lo encontré y que se pueda pronunciar sin atragantarse). 


El monumento, en realidad es la estela en el interior del pabellón, se erigió en 1904. La barandilla que rodea el pabellón tiene cuatro dioses celestiales en las cuatro direcciones y doce dioses terrenales para custodiarlo; estos animales de piedra nos siguen pareciendo graciosos, no sé si custodios o no. Es una de las construcciones de madera que han sobrevivido a la invasión japonesa y a la Guerra de Corea. 


Es bonito el contraste entre el edificio del pasado y el del presente, aunque este es un presente lejano a tenor de los nuevos edificios que se van construyendo en Seúl. 


En el medio de la Avenida Sejong se halla la Gwanghwamun Square, de 557 m de largo y 43 m de ancho, realizada en 2009, para lo que se redujo la calzada de dieciséis carriles a diez. En esta plaza destacan dos estatuas, que son las que primeramente vamos a ver, custodiadas al inicio por las mascotas de la Expo de Yeosu, y al final por la puerta Gwanghwamun del Palacio Gyeonbokgung y por el monte Bugaksan. 



La primera estatua es la del Almirante Yi Sunshi que defendió Corea de las incursiones japonesas de la década de 1590, con grandes victorias como la de la batalla de Myeongnyang en 1597, en la que salió victorioso con 13 navíos mientras que los japoneses contaban al menos con 333, que además podían portar más cañones que las naves coreanas. En 1598, en la batalla de la bahía de Sachon una bala le alcanzó y le mató, llegando a pronunciar un último deseo: “ahora estamos en plena batalla así que no anunciéis a nadie sobre mi muerte”. Su hijo y su sobrino llevaron su cuerpo al camarote para que la tropa no le viera y se desmoralizara, tomando el sobrino la armadura del almirante para alentar al ejército coreano. 



Al almirante se le atribuye la invención del “barco tortuga” o geobukseon, aunque realmente este tipo de embarcación ya existía y él la perfeccionó. Bajo la estatua se encuentra una de estas embarcaciones, el primer navío acorazado del mundo, con un casco cubierto con placas de hierro y la proa en forma de cabeza de dragón, donde se hallaba colocado un cañón. 


En Corea es reconocido como un héroe y sus diarios son estudiados por militares, incluso la Academia Naval Británica considera la batalla de Hansan de 1592 como una de las cuatro grandes batallas de la historia naval mundial, además de las de Salamina, Calais y Trafalgar. 


La estatua del almirante está rodeada por delante y por detrás por la Music Fountain, cuyo nombre oficial es 12.23 Fountain, que indica la victoria en la batalla Myeongnyang de 12 barcos coreanos sobre 133 barcos japoneses, así como el récord del almirante de 23 victorias en otras tantas batallas. 



Por supuesto a cualquier hora del día estos chorros lúdicos de agua que se mueven al son más o menos de una música son literalmente tomados por niños, y por algunos no tan niños, que con la excusa de ayudarles también se dan su buen chapuzón. 



Al atardecer además de juego de agua hay juego de luces, y la escultura Spring también se ilumina con diferentes colores, rosa, azul, verde, violeta…es una tarde-noche iluminada. A estas luces también se le añaden las de las pantallas gigantes de los edificios de alrededor, que aunque están todo el día funcionando, a estas horas se les saca mejor partido.


Tras la estatua del almirante se encuentra la estatua del rey Sejong el Grande, custodiada por la puerta Gwanghwamun y el monte Bugaksan. 



Sejong accedió al trono en 1418 y durante su reinado se promulgó el coreano escrito llamado hangul. Además fue un rey alentador de la ciencia, la tecnología, la cultura, las artes, los asuntos militares, la diplomacia, la agricultura...un rey que gobernó un periodo de esplendor cultural en todos los aspectos.


Como una muestra de estos avances durante su reinado al tiempo que un homenaje a este rey, a los pies de la estatua algunos de los instrumentos desarrollados o mejorados o utilizados durante su mandato: un cheugugi o pluviómetro, un haesigye (anbu-ilgu) o reloj solar y un honcheonui o globo astronómico con la posición del sol, la luna y las estrellas. 


En la vestimenta del rey y en la parte posterior del trono se ven dibujos de dragones, la representación del poder real. 



Llegados a este lugar y a esta hora, casi las 14 h, intentamos acelerar el paso para intentar ver el cambio de guardia que se realiza ante la puerta Gwanghwamun del Palacio Gyeongbokgung, pero el sol cae a plomo por esta avenida central sin una sola sombra, con lo que a mí me entra en vertical desde mi cabeza a mis pies, y eso que llevaba sombrero; mi piel comienza a enrojecerse, y llevaba protección 50 anti rayos UVA; y mi cuerpo se planta, deja de funcionar, con lo que no llegamos al cambio, y sí a comprar dos botellas de agua congelada de dos ávidas jóvenes vendedoras, una para bebérmela y otra para echármela por el cuerpo para intentar recuperar fuerzas, ya que cuando con cara de alegría, desenfreno y lujuria me acercaba a los chorros de agua del almirante para bañarme en ellos se cortaron de golpe, dejándome con un par de narices y con un sofoco mayor del que tenía. 


Sólo queríamos ver el cambio de guardia, nuestra intención no era visitar el palacio a esta hora, ya que si la visita del Palacio Deoksugung nos había llevado tiempo y es un palacio un tercio o más inferior al de Gyeonbokgung lo normal es que hubiéramos perecido en el intento, pero en lugar de continuar la visita por el centro de Seúl nos vimos forzados a volver al hotel porque me quedé sin fuerzas completamente, al borde la extenuación. 

Un viejo proverbio coreano dice: “Incluso si tienes que arrastrarte sobre las rodillas, consigue a Seúl”, pero yo en este día sólo conseguí un conato de insolación. 

Para darle continuidad a los lugares por los que pasamos y visitamos, haré ahora una mención al centro cultural (entrada gratuita) que se encuentra por debajo de las estatuas del almirante y del rey y al que se entra por detrás de la estatua de este último. Por supuesto trata de estos personajes tan importantes en la historia coreana: Historias de Sejong e Historias de Chungmugong. La sorpresa nos la llevamos al encontrar el folleto explicativo en ¡castellano!

Nosotros visitamos este centro durante la espera para realizar un City Night Tour en autobús por la ciudad y no le dedicamos todo el tiempo necesario pero nos pareció interesante e instructiva, sobre todo para conocer sobre la historia de Corea y sus personajes más ilustres.

En la sección dedicada al rey se le presenta como hombre, como rey, como impulsor de las artes y la ciencia, como político militar: Sejong, un rey que amó a su pueblo. 

“Ciudadanos, actuemos correctamente. Si nosotros, los seres humanos, actuamos en contra de la humanidad, no seremos diferentes a caballos y bueyes vistiendo y comiendo como hombres”. Este es uno de los pensamientos de Sejong.

Entre ambas secciones un panel muy colorido realizado por niños, supongo que sobre la vida y cultura coreana, porque se pueden ver dibujos de Hello Kitty y de unas pelotas y bate de béisbol. 


En la sección dedicada al almirante Yi Sunshin se presenta su vida militar con la crónica de sus batallas navales durante siete años, así como una réplica en madera del barco tortuga o geobukseon a una escala del 55%. Por sus méritos recibió el título póstumo de Chungmugong.

“Si luchas hasta morir, vivirás y si huyes de la batalla para vivir, morirás”. Una contundente frase del almirante. 



En el lado izquierdo de la avenida en dirección a la puerta Gwanghwamun y a la altura de la estatua del rey Sejong se sitúa el Sejong Centre for the Perfoming Arts, donde se celebran eventos, actuaciones artísticas, exposiciones y conferencias, que es el centro cultural más grande de Seúl, dedicado principalmente a la preservación del arte coreano. 

 
La avenida Sejong tiene también su actividad e iluminación al atardecer y nocturna, que por supuesto se queda lejos de la increíble Tokio, que tuvo que parar su luz incesante por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo del 2011, en Shibuya, Ginza, Kabuki-cho o Akihabara  y de nuestra amada New York. No es una comparación a menos, es solo una sensación, y supongo que poco a poco las luces de Seúl irán llenando la noche.


Las pantallas de los anunciantes van tomando posiciones, cual Times Square. 


Vimos un cartel anunciador de una obra de teatro, que a estas ojos occidentales sorprende el elenco, pero en España tenemos a Manuel Banderas y en Corea a quién corresponda. 


La avenida Sejong es un paseo a disfrutar, con menos calor hubiera estado mejor, pero es un lugar a disfrutar por lo que se ve y por el paseo en sí mismo. Para aquellos que disfrutan con el StreetView de GoogleMaps, dado que aquí sólo se puede ver la vista satélite, en esta página tienen el street view en coreano, aunque las direcciones escritas en inglés las admite.