23 de febrero de 2015

Canadá - Ville de Québec - Basilique Cathèdral de Notre Dame de Québec - Porte Saint Jean


De santa a santa

Desde el pasaje de Chaussée des Ècossais volvemos a la rue Sainte Anne para salir a la rue des Jardins, que es lo que hacemos, y menos mal que lo hicimos, porque si no el pequeño tramo de calle que nos faltaba por recorrer en ella nos lo hubiéramos perdido con total seguridad, y con ello no hubiéramos visto una simpática escultura colocada en un callejón, tal y como lo está la escultura L'Homme Riviere. Se trata de la obra Bienvenue, obra de Nicole Taillon como un homenaje al circo, y en particular, al Cirque de Soleil, que nació en el pueblo de Baie Saint Paul. Lástima del acompañamiento de cubos de basura.


Desde Rue des Jardins giramos a la derecha por Rue de Buade, donde encontramos otra tienda de artículos navideños como la de Montréal, una explosión de Navidad en pleno agosto, ¡elige tu cascanueces!. 


En la plaza que forman Rue des Jardins con Rue de Buade se sitúa la Basilique Cathèdral de Notre Dame de Québec, con una historia de destrucciones y reconstrucciones. La primera iglesia levantada fue construida en 1633 por los jesuitas y Samuel de Champlain en madera, para en 1647 sustituirla por una de piedra, que se convirtió en catedral en 1674. Durante el bombardeo británico de 1759 la catedral resultó muy dañada y comenzó a ser reconstruida durante un largo periodo de tiempo, casi dos siglos, por una dinastía de arquitectos, los Baillairgé. 


En 1922 sufrió un incendio y al año siguiente comenzó de nuevo su reconstrucción, en hormigón, acero y escayola, siendo declarada monumento histórico en 1966. La basílica es la sede principal del arzobispo romano católico de Québec, cuya diócesis llegaba en otro tiempo hasta México.

La basílica ha sido escenario de muchos funerales por los personajes importantes de la ciudad, desde el propio Samuel de Champlain hasta René Lévesque. Entre 1654 y 1898 más de 900 personas fueron enterradas en la cripta, entre ellas, obispos, arzobispos, cardenales y cuatro gobernadores de Nouvelle France (como Frontenac). 


El interior presenta una importante ornamentación, acorde a su título de catedral. 




Destaca el impresionante baldaquino dorado así como las estatuas, igualmente doradas, alrededor del altar. 


En la bóveda del techo hay pinturas que inducen a la tranquilidad, imitando un cielo azul claro con nubes, sin punto de comparación con el derroche visual de la Basilique Notre Dame de Montréal y las vidrieras fueron realizadas por la Casa Meyer de Múnich y la Casa Champigneulles de París, representando escenas de la vida de la Virgen María. 


En la nave izquierda está la capilla funeraria dedicada a Monseñor Laval, el fundador de la Iglesia en Canadá y primer obispo de Québec, que fue beatificado por Juan Pablo II el 22 de junio de 1980. Sus restos fueron trasladados a esta capilla en mayo de 1993. 


La basílica cuenta con una Puerta Santa, situada en la fachada lateral izquierda, que sólo debe ser utilizada de entrada -pero en realidad había tráfico humano en los dos sentidos-, y es el signo de una renovación interior que comienza con el deseo voluntario de estar en paz con Dios, de reconciliarse con el prójimo. La puerta recordará a los peregrinos todas las personas que vinieron de Francia para implantar la fe católica en Nouvelle France.

La Puerta Santa es la primera situada fuera de Europa, la primera en Norteamérica, y la séptima del mundo, siendo inaugurada el 8 de diciembre de 2013. 


Al lado de la basílica está el Musée de l’Amerique Française, considerado el museo más antiguo de Canadá, que describe la colonización de Nouvelle France y la historia de la cultura francesa en Norteamérica. 


Desde la rue de Buade tomamos la Côte de la Fabrique


En esta calle sucumbo a la tentación de entrar en una tienda de chucherías, elegante y con los artículos bien expuestos. Para ir de dispensador en dispensador y tener una bola de cada. 


Desde Côte de la Fabrique se tiene la visión de una torre del Hôtel de Villee, al estilo de un campanario o campanile italiano, que desde la rue Sainte Anne no se tiene; al fondo, el edificio Price


Desde la Côte de la Fabrique salimos a la rue Saint Jean



Aunque bien nos podíamos haber dejado seducir por la rue Couillard


En rue Saint Jean hay otra puerta de la muralla, porte Saint Jean, construida y reconstruida en varias ocasiones: la primera data de 1693, la segunda de 1745, la tercera de 1863, y la última en 1939. 


El acceso al Parc de l'Artilleire está bien custodiado por soldados… de madera. 


Mapa del recorrido: