10 de enero de 2012

Australia - Melbourne - St Michael's Uniting Church - Scot's Church - Regent Theatre - Athenaeum Theatre - Town Hall


British, pure british

Melbourne es la capital del estado de Victoria, un estado que data de la época de la fiebre del oro en la década de 1850 y que es uno de los estados más industrializados al tiempo que el más diverso, con puertos fluviales, viñedos, bosques, costas y montañas alpinas. Victoria es el estado más pequeño y verde de Australia, llamándole el Garden State, y el único escaso en Outback auténtico. 

Los aborígenes vivían en Victoria desde hace unos cuarenta mil años, eran unos treinta y ocho grupos dialectales diferentes, que se dividieron en clanes y subclanes. En la región del río Yarra, donde se asienta Melbourne, vivían miembros del clan wolworung de la nación kulin, llamados wurundjeri (de este clan eran los aborígenes del libro Las voces del desierto). Antes de que llegaran los colonos vivían cien mil aborígenes; en 1860 solo quedaban dos mil, dato que habla por sí solo del acoso de los unos sobre los otros.

En 1803 un grupo de convictos, soldados y colonos llegaron a Sorrento (si, hay  uno en Australia, y es que italianos llegaron muchos a la zona) pero pronto abandonaron el asentamiento; el primero permanente fue creado en 1834 en Portland por la familia Henty de la Tierra de Van Diemen, de Tasmania, cuarenta y seis años después de que se colonizara Sydney.

En 1851 Victoria consiguió la separación de Nueva Gales del Sur y se descubrieron yacimientos de oro que atrajeron a inmigrantes de todo el mundo. 

La excitante mezcla decimonónica de auge económico y orgullo cívico confirió a Victoria una magnífica arquitectura civil y elegantes mansiones coloniales. En una ciudad rural del estado es normal ver un ayuntamiento italianizante tan grande como una ópera europea, si es así, hay que buscar la placa donde se explica la fiebre del oro en la localidad. 

Victoria posee 39 parques nacionales, 30 parques estatales, tres parques naturales y decenas de parques marinos y metropolitanos, en total unos 4,1 millones de Ha, el 17% de la superficie total del estado. 

Melbourne fue fundada en 1835, John Batman, el hijo de un convicto de Sydney compró las tierras  de lo que ahora se conoce como el distrito de Port Phillip, unas 200.000 Ha, a los aborígenes kulin, por herramientas, harina y ropa, ya que los aborígenes no pensaban que la tierra era propiedad de nadie, con lo que ellos no creo que se enteraran del supuesto trato que estaban realizando, lo verían más como un regalo. Esta compra ilegal molestó en la Oficina Colonial de Londres pero no la desautorizó. 

A finales del siglo XIX Melbourne era la capital industrial y financiera de Australia, además de la sede del Parlamento Nacional hasta 1927, año en que se trasladó a la nueva capital Canberra.

Entre 1950 y 1960 se calcula que llegaron a la ciudad cada año 100.000 inmigrantes, siendo los italianos los más numerosos; ello la hace una de las ciudades más multiculturales del país, con más de 135 nacionalidades. 

Melbourne fue sede de los Juegos Olímpicos en 1956; y es una ciudad ligada al deporte, contando con nueve equipos profesionales de fútbol australiano, es la sede del Open de Tenis de Australia, de la Melbourne Cup, la mayor carrera hípica australiana, y se celebra un Gran Premio urbano de F1. 

Una anécdota de cine: cuando Ava Gardner fue a Melbourne para rodar en 1959 La hora final, dicen que comentó que la película trataba sobre el fin del mundo y que Melbourne era el lugar ideal para rodarla, y posiblemente algo de razón tendría en aquel año, pero hoy la ciudad es cosmopolita, con festivales artísticos y vibrante (a nosotros nos ha parecido que es todo esto). 

Aparte de haber sido considerada la mejor ciudad del mundo para vivir, y no seré yo la que digo lo contrario, porque a pesar de su tiempo, mucho más lluvioso que en Sydney, de hecho solo tienen 49 días soleados al año, y que ocurre como en Irlanda que en un mismo día puedes tener todas las estaciones, me pareció una ciudad preciosa y sobre todo llena de vida. 

Cinco de las diez ciudades son de Oceanía, supongo que el índice poblacional es un factor decisivo, así como la renta per cápita. 

Un dato importante para visitar esta ciudad es que aparte de concentrada, el gobierno de Victoria gestiona una línea de tranvía gratuita que da la vuelta al centro urbano, de color crema y burdeos; pero nosotros no tuvimos tiempo de utilizarlo, ya sabéis que lo nuestro es andar y los transportes son para cuando no se puede más o porque tenemos tiempo de hacerlo, pero no subir a él ha sido una de esas espinas clavadas del viaje. 

También hay un shuttle gratuito que recorre la ciudad, pero a este no le seguimos la pista como al tranvía, que tenía su encanto. 

Desde luego, ganas y empeño en que se conozca la ciudad tienen, y ponen los medios para que lo hagamos. 


Comencemos a pasear por la ciudad con algo de música, de una natural de la ciudad.


Frente a la entrada del hotel en que nos alojamos, en Collins St se sitúa St Michael’s Uniting Church, iglesia construida en estilo románico lombardo.


Tengo dudas si sigue funcionando como iglesia tal y como la entendemos, porque dedicada a la religión si que está, a La Nueva Fe; no pudimos visitarla a ninguna hora, se debe hacer en un tour guiado pero a pesar de la amplitud de horario, de 10.30 h a 13 h, y de nuestra buena situación, nunca nos cuadró bien, o demasiado temprano o demasiado tarde. Otro detalle curioso es que en los soportales del lado que da a Russell St hay instalado una especie de taller-gimnasio de yoga o algo parecido porque la salud y el bienestar físico es importante…todo suena raro en St Michael's. 

Para completar el rizo de mezcla, los despachos de la iglesia de estilo federación han sido incorporados al nuevo edificio que se construyó en 1991, 120 Collins St, que mantiene la fachada y por detrás se levanta un rascacielos de 265 m. 



Esta es la vista de la iglesia desde el hotel, con la pequeña plaza del rascacielos. Sorprendente y curioso  los recursos arquitectónicos por todos los lados. 


Siempre que se pueda hay que buscar los detalles, en este caso la calle lateral por la que se entra a la plaza del rascacielos tiene su propio nombre y su placa.




Lo malo del día es que está comenzando a llover, es de esa lluvia fina que empapa, y así es más incómodo manejar la guía, los mapas y la cámara fotográfica (cada uno de nosotros con su propia tarea).

Frente a esta iglesia se encuentra otra, Scot’s Church (99 Russell St-140 Collins St), diseñada en 1874 por Joseph Reed en estilo primitivo británico, utilizando piedra basáltica en los cimientos y arenisca de Barrabool en la estructura. Tampoco pudimos visitarla, las iglesias nos daban con las puertas en el rostro, parecía que solo abría en horario de misa y este no es horario de visitas. La primera foto nuevamente desde el hotel.




Al lado de la iglesia un edificio que parece ser que era la vicaría de la iglesia (algo relacionado con la iglesia todavía aloja pero parecía que tenía otros usos también). 


En un local de la planta baja de este edificio se halla una tienda de libros antiguos y raros (un poco Harry Potter ¿no?)


Frente a la iglesia un edificio de los muchos que irán llamando nuestra atención a cada paso en esta ciudad. 


En la tercera esquina de este cruce de calles, Collins St y Russell St, el edificio acristalado del hotel, por detrás de otro edificio antiguo, la antigua consulta y clínica de un doctor, ya que en esta parte de la calle de Collins St establecieron sus consultas médicos, dentistas y ópticos; ahora lo ocupa la tienda de Louis Vuitton . Es bonito el contraste de color y materia aunque en su momento levantó polémica, pero yo no creo que quede mal, si en New York es posible ¿por qué aquí no?


Ahora toca fijarse en una señal de tráfico que es toda una identidad en la ciudad, Melbourne es la única ciudad australiana donde es obligatorio hacer esta maniobra de circulación: colocarse a la izquierda para girar a la derecha…esto se hace en España y los pitidos se oyen hasta en Melbourne, a partir de ahora podremos decir ¡pareces de Melbourne!


Continuamos bajando por Collins St y algo más adelante se encuentra el Regent Theatre, pero la lluvia nos hace desistir de cruzar para hacerle una foto a su fachada, con lo que tenemos una mala foto de su coqueta entrada. Nunca hay que porfiar la fotografía al ya volveré a pasar porque puede que no se vuelva a pasar o no se recuerde que hay que hacer un nuevo click. 


El teatro fue conocido como el “palacio de los sueños de Melbourne” y se inauguró en 1929, con una decoración interior que emulaba el glamor de los teatros de Hollywood. En 1945 sufrió un incendio, donde se quemó uno de los auditorios de los que constaba. Se puede echar una visual desde las puertas de entrada, que afortunadamente tienen cristales para ver su increíble vestíbulo. 


Frente a él se halla el Athenaeum Theatre, obra de 1886 en la que en la hornacina superior hay una estatua de Atenea, diosa griega de la sabiduría. 


En el cruce de Collins St con Swanston St destaca el grandioso edificio del Town Hall, el Ayuntamiento, construido en 1867 con fondos procedentes de la fiebre del oro. 


El pórtico, que da a Swanston St, fue añadido en 1887. 


En el frontón del pórtico destaca el escudo de armas de la ciudad con una ballena, un barco, un toro y una oveja, que representan las principales industrias de la ciudad (lo del toro no lo entiendo, si fuera una vaca…). Sobre el escudo lo que parece una cabeza de un canguro. 


Frente al Town Hall un edificio que parece que nos persigue por las ciudades del mundo que visitamos en su arquitectura, art déco con pequeños pináculos en su torre y en la parte superior de la fachada. 


En la esquina de Collins y Swanston según hemos bajado una escultura que no sabemos que representa, pero parece un perro entre agresivo y divertido.