12 de septiembre de 2012

Corea del Sur - Seúl - Palacio Deoksugung



El oriental occidentalizado

En un lado de Seoul Plaza se encuentra el Palacio Deoksugung (estación City Hall; entrada 1.000W; mirar mapa), el palacio de la virtuosa longevidad (me siguen emocionando los nombres asiáticos para lugares o monumentos, tienen un halo muy especial y ya iremos conociendo más de estas traducciones). Es uno de los seis palacios que se conservan y se han restaurado en Seúl, incluyendo en esta relación Gyeonghuigung. Al estar al lado de Seoul Plaza, seguimos en el distrito de Jung-gu (mirar mapa).

Ya que estamos al lado del palacio decidimos que lo visitaremos aunque no es uno de los principales de la ciudad sí es uno de los más especiales por las construcciones diferentes que se encuentran en el complejo.

En 1593, tras la destrucción de los palacios reales durante la invasión japonesa del año anterior, el rey Sonjo eligió como residencia temporal, hasta la terminación del palacio de Changdeokgung en 1618, un palacete construido a finales del siglo XV para el príncipe Wolsan, pasando a llamarse Gyeongungung. En 1897 el rey Gojong (si la g se pronuncia k en español suena realmente feo, y si además la j se pronuncia ch pasamos a una mala pronunciación francesa) lo amplió y su hijo Sunjong  en 1907 le dio el nombre actual, Deoksugung, ya que deseaba una larga longevidad a su padre, depuesto por los japoneses a favor del hijo. Gojong murió en el palacio en 1919. Llegó a ser por lo menos tres veces más grande de lo que se ve en la actualidad y fue la última gran obra de la dinastía Joseon. 


La gran puerta de entrada al palacio, que da a Seoul Plaza, se llama Daehanmun (mun significa puerta) y era la puerta este Fue destruida por un incendio en 1904 y reconstruida dos años después, pasando a ser la puerta principal de acceso. En 1912 la calle fuera del palacio fue ampliada y el área del mismo fue reducida, quedando originalmente la puerta en mitad de la calle, siendo trasladada a su posición actual en 1971.

  
Tras cruzar la puerta se encuentra el puente Geumcheongyo que cruza un arroyo artificial creado para seguir las leyes geománticas y del feng shui; en este arroyo los funcionarios purificaban su mente para asegurar que trabajarían honestamente para el rey y los ciudadanos (un arroyo bien grande a la entrada del Congreso, Senado, Ayuntamientos, Diputaciones, Comunidades…nos vendría bien, aunque seguramente estos nuestros políticos se pasarían el arroyo, el feng shui y lo que hiciera falta por…). 

Seguimos recto por el camino que sale desde la puerta para encontrarnos a mano derecha primero con un pabellón destinado a los sirvientes y a continuación con la puerta Junghwamun, una puerta independiente que no está conectada a ningún corredor a los lados, con lo que se supone que éste fue destruido. La puerta da acceso a un patio donde, como vimos en la Ciudadela de Hué en Vietnam, en el suelo se pueden ver unas estelas de piedra que marcaban el lugar donde tenían que permanecer los funcionarios y oficiales durante las ceremonias. 


Tanto en las escaleras de acceso de la puerta y en el patio el pasillo central era de uso exclusivo del rey, y los dos laterales para los funcionarios. Estos pasillos en las escaleras están separados por barandillas terminadas en animales míticos llamados Haetae, cuya utilidad era “comerse” el fuego, más bien ahuyentarlo, pero parece que su efectividad dado los numerosos incendios, ya no provocados por invasiones y guerras, que se han producido en los palacios, no parece fiable. 

El patio conduce hasta el pabellón Junghwajeon, el salón del trono donde se realizaban las ceremonias oficiales de gobierno tales como las coronaciones y el recibimiento de enviados extranjeros, con el rey presidiendo la corte. Fue construido en 1902 con dos pisos, se incendió en 1904 y se reconstruyó en 1906 con un solo piso.


La importancia de este edificio se puede medir por el número de figuras wenshou del tejado, que son animales zoomorfos adoptados de la arquitectura china. 


En el interior de este pabellón se encuentra el trono del rey, presidido por el estandarte de la dinastía Joseon (no colgado como una bandera, sino más bien a modo de tapiz por la parte de atrás) que consta de los siguientes elementos: el sol, la luna, cinco montañas y pinos. 


En el techo destaca sobre todo la figura de dos dragones dorados que representan la autoridad del rey. 


En la terraza exterior alrededor del pabellón se encuentran vasijas redondas y grandes calderos de bronce, que se llenaban de agua para que los demonios del fuego se vieran reflejados en ella y se asustaran de ellos mismos (feos tenían que ser un rato, y además no tenían que saberlo). 


Desde este punto se pueden tomar varios caminos, estamos situados más o menos en el centro del complejo palaciego y a todos los lados hay pabellones que visitar, nosotros primero lo hacemos hacia el lado izquierdo del pabellón Junghwajeon, donde se encuentran unos edificios que contrastan enormemente con los pabellones de estilo coreano, ya que están realizados en un estilo neoclásico y netamente occidental, que datan de una ampliación del rey Gojong en 1909. 

Seokjojeon, “la casa de piedra”, fue el primer edificio moderno en un palacio de Corea y fue la residencia del rey Gojong, aunque no pasó mucho tiempo en él ya que los japoneses tras la invasión le obligaron a abdicar. El edificio fue diseñado por un arquitecto británico, aunque antes había pasado por las manos de coreano, de un ruso, e incluso de un japonés que trabajaba para una compañía acusada (hecho demostrado) de apropiarse de tesoros en países asiáticos. 

Al contrario que los pabellones de los palacios coreanos, concebidos para un fin y para una persona, este edificio, siguiendo el pensamiento occidental, tuvo numerosos usos: el primer piso era una sala de espera, el segundo piso un área de recepción, y el tercero, la residencia del rey. Un detalle histórico es que tras la independencia de Corea, una comisión USA-URSS se reunió en este edificio para discutir el futuro gobierno coreano.


El edificio albergó el Museo Nacional de Corea tras la Guerra de Corea hasta 1986, fecha en la que comenzó a albergar el Museo Real, y actualmente se encuentra en restauración. 

El ala oeste de este edificio está comunicada con el anterior por un corredor, siendo un edificio más grande y rectangular. Fue construido entre 1937 y 1939 por los japoneses, pasando a ser en 1973 una sala del Museo Nacional de Arte Contemporáneo.


Frente a estos edificios del Seokjojeon se encuentran unos jardines con una fuente y un estanque, el primer jardín de estilo occidental realizado en Corea, alrededor del cual se hallan varios instrumentos de medidas u otros menesteres, como este reloj de sol. 


Pegada a la muralla que rodea el palacio se encuentra la puerta Gwangmyeongmun, que actualmente no conduce a ninguna parte pero fue la puerta de entrada al Hamyeongjeon (lo veremos más adelante) siendo trasladada por los japoneses a este lugar en 1938. Se ha habilitado como un pequeño museo, donde se pueden ver algunos instrumentos interesantes: una campana con un gancho que la sujeta en forma de dragón enrollado; un jagyeongnu o reloj de agua, cuyo funcionamiento era curioso: cuando el recipiente grande de bronce se llenaba de agua fluía a los recipientes de menor tamaño, los que a su vez fluían a los tanques de agua y cuando el nivel del agua alcanzaba el nivel apropiado, una barra flotante tocaba una palanca que provocaba que rodara una bola que golpeaba otra bola en el otro extremo, estas bolas activaban un gong, una campana, un tambor y una marioneta que marcaba la hora con una pancarta (no sé si me quedo más alucinada o estupefacta ante este mecanismo).

También hay una reconstrucción de un singijeon, un lanzacohetes inventado en 1377, al final de la dinastía Goryeo. El cohete consistía en tubo relleno de pólvora al que se le fijaba en la parte delantera una flecha con punta de bambú, de modo que al encenderse el cohete se lanzaba la flecha. En el carro se colocaban varios cohetes y se encendían todos a la vez, con un alcance aproximado de 100 m. 


Si con los instrumentos alucinamos, no lo hacemos menos al encontrarnos un español en este palacio (con los dedos de una mano y me sobran podemos contar las ocasiones en que nos ha ocurrido), con el que mantenemos una corta conversación. 

Volvemos sobre nuestros pasos, y tras el pabellón Junghwajeon se levanta un pequeño jardín de césped, alrededor del cual se alzan varios pabellones. 

Jeukjodang se encuentra en restauración, siendo el lugar donde se coronaron dos reyes, entre ellos el sucesor e hijo de Gojong.

Junmyeongdang se usaba como un salón de recepción por el emperador Gojong, y también fue utilizado como guardería de la princesa Deokhye, que nació cuando Gojong tenía 60 años. En el exterior se colocó una barandilla, de la que se pueden ver los agujeros realizados en el suelo, como medida de protección de esta princesa, cuya vida fue trágica: enviada a los once años a Japón, a los veinte se la obligó a casarse con un noble japonés que la maltrató y del que finalmente pudo divorciarse, volviendo a Corea durante la década de 1960 para ser internada en un hospital mental, muriendo en 1989. 

Ambos pabellones están comunicados por un corredor elevado, que cuenta con su propio tejado pequeño. 


Seogeodang se reconoce fácilmente porque es el único pabellón de dos pisos, y sobre todo porque su exterior está sin pintar, se ve la madera y sinceramente nos parece muy bello, si bien los colores del dancheong son impresionantes y casi hipnotizan, la madera con su envejecimiento tiene un encanto muy especial. El pabellón sin pintar recuerda a las residencias privadas durante la época de la dinastía Joseon, que solían tener esta apariencia y a mí me recuerda a las casas de los samuráis que vimos en Kanazawa.


El pabellón es conocido por ser el lugar donde se trasladó a vivir confinada la reina Inmok, esposa del rey Seonjo, pretexto que se utilizó para realizar la llamada Restauración Injo en 1623, durante la cual se produjo un golpe de estado por aristócratas que derrocó al rey Gwanghaegun y colocó a Injo, que tenía tendencias pro-Ming, lo que llegó a provocar dos invasiones manchúes, en 1627 y en 1637.  

A este pabellón no se puede entrar, sólo podemos echar un vistazo a su interior a través de las celosías. 


Hacia la derecha de Jeukjodang, o a la derecha según se pasa la puerta de entrada del palacio, que nosotros nos saltamos y por eso terminamos en esta zona, se encuentra sobre una pequeña colina y en el jardín trasero que rodea como norma los palacios coreanos, el pabellón Jeonggwanheon, “el lugar desde el que se contempla el jardín en silencio”, construido por el arquitecto ruso Sabatin en 1900, siendo el primer edificio de estilo occidental construido en un palacio coreano, que llama la atención por los materiales utilizados en su construcción así como por su forma. Se utilizaba como pabellón de descanso,  para escuchar música, beber té o para celebrar fiestas. 


La relación de Corea con Rusia surgió cuando los rusos acogieron al rey Gojong en 1896, tras el asesinato cometido por los japoneses de la reina Myeongseong, y esta alianza continuó después de la vuelta de Gojong a Corea en 1897. Un detalle que corrobora esta alianza, es que desde este pabellón partía un pasadizo secreto que conducía a la cercana embajada rusa. 

Sobre los arcos se hallan figuras decorativas tradicionales que simbolizan la buena suerte (el murciélago), la longevidad, o los típicos dragones representativos de los reyes. Durante la ocupación japonesa el pabellón se utilizó como cafetería y perdió buena parte de su decoración. En su interior hay unas mesas y unas sillas, y a él se puede acceder previo quite de zapatos, pero como no parecía más interesante de lo que se veía a primera vista nos evitamos este trámite en esta ocasión. 


Descendemos por las escaleras que atraviesan el pequeño jardín hacia el último complejo de edificios, rodeado en parte por un sistema de corredores. Ahora sí da más sensación de jardín


Aquí se encuentra el pabellón Hamnyeongjeon, donde el rey Gojong vivió un retiro forzado por los japoneses entre 1911 y 1919, año en el que el día 21 de enero se produce su muerte a los 68 años por una hemorragia cerebral, que el pueblo no creyó como causa y dio más crédito a los rumores de un suicidio para evitar presenciar la boda forzada de su hijo con una japonesa cuatro días después. El día de la celebración del funeral del rey Gojong, el 1 de marzo, estalló el Movimiento de Independencia. 


Anteriormente, en el año 1904 el edificio sufrió un grave incendio sobre el que hubo sospechas de ser un ataque japonés porque el incendio se produjo durante una revisión del sistema de calefacción ondol -sistema parecido a la gloria castellana-, pero se dijo que éste tuvo lugar durante la noche y esta no es una hora normal para este tipo de actividades. 

Este pabellón, con forma de “L” era donde se encontraban los dormitorios, en el ala este los del rey y en el ala oeste los de la reina. 


Por el lado más cercano al corredor que rodea este patio el edificio se encuentra conectado por un pequeño corredor y unas escaleras. 


Al lado de este pabellón se encuentra el pabellón Deokhongjeon, construido en 1911 y que fue decorado en estilo moderno (en su interior no queda nada de ello), instalándose luz eléctrica en él, sistema que fue pionero en el palacio de Gyeonbokgung, realizándose dos años antes que en China y sólo ocho después del invento de Edison. El pabellón era utilizado para recibir a diplomáticos extranjeros, y esta fue la razón de su particular decoración, para que éstos percibieran cierto aire de modernidad de la monarquía, y por ende, del país. La diferencia en arquitectura con los pabellones coreanos es que es cuadrado, y no rectangular como es lo normal. 



A la salida del palacio nos encontramos con la ceremonia del cambio de guardia, aunque la teoría es que ésta se produce a las 11 h, 14 h y 15.30 h, y son aproximadamente las 13 h. En lugar de tomar fotografías se captura un vídeo pero el resultado no es óptimo para haceros partícipes de esta ceremonia, aunque fue bastante breve, supongo que más que un adelanto y toma de posiciones para el cambio que se realizará a las 14 h, con lo que no fue muy significativa, a no ser por la vistosidad de los trajes de los ceremoniantes. 


No sé si el palacio nos dará a nosotros virtuosa longevidad, pero nos ha llenado los ojos de alegre colorido.