9 de diciembre de 2013

Chile - Desierto de Atacama - Toconao



Teoría de la conspiración 

Hoy es nuestro segundo día en San Pedro de Atacama y tenemos una excursión bastante larga, nos recogen en el hotel a las 8 h de la mañana, y como iremos subiendo de altura según vaya pasando el día, hacemos un desayuno frugal, seguimos intentando no padecer del mal de altura. Nos recogen el guía Osvaldo con alma de motero, algo pasado de revoluciones en la vida, y el conductor Marcelo, que no Marcel, el guía que nos llevó a la caverna de sal, a las Tres Marías y al valle de la Luna

Lo primero antes de salir es hacer un recorrido por los hoteles de San Pedro y sus alrededores para completar un grupo que llene la minivan. 


Vamos en dirección sur, y muy cerca de San Pedro se encuentran las instalaciones del proyecto ALMA, Atacama Large Millimeter Array, que bajo la supervisión del Observatorio Europeo Astral, y con la colaboración de Chile, Japón y Estados Unidos, aparte de la propia Unión Europea, como su nombre indica, han construido el telescopio con el sistema electrónico más grande del mundo. 


El telescopio tiene una capacidad visual hasta diez veces más aguda que el Hubble, con lo que podrán captar objetos cien veces más pequeños, viendo planetas y enormes agujeros negros. Elegir esta zona, el llano de Chajnantor es porque es uno de los lugares más altos y secos de la tierra, por lo que la humedad atmosférica no absorberá las ondas milimétricas a estudiar. A ello se suman las noches claras del desierto, y los predecibles que soplan desde el Pacífico, que causan el mínimo de turbulencias. 




Es curioso que sin ver casi nada por la distancia a la que se encuentran las instalaciones, bajamos del automóvil para contarnos la misma historia que el día anterior nos había contado Marcel en la caverna de sal y a trazos durante el viaje en la mini van. 

Según Marcel y Osvaldo, si bien la historia del proyecto cara al exterior es que el llano posee la situación idónea para observar y estudiar el Universo, sus constelaciones, sus planetas; lo que se supone (ellos y no sé cuantos más) es que realmente el complejo no está construido para esta labor, que sería una pantalla, una cortina de humo, lo que realmente hacen no es estudiar y observar hacia arriba, es estudiar hacia abajo, hacia el interior de la tierra… sus razones las basan en su localización, que según los guías no es la más idónea para el estudio interestelar, pero que se ha instalado en este llano porque en esta zona se encontraron unos cadáveres con unas cabezas que no eran de humanos, sino de extraterrestres (yo he encontrado solo el caso de un alienígena, lo que no quiere decir que estos dos sean otros y esté oculta su información). Toda esta teoría entre extraña, espeluznante y divertida está corroborada por una persona que trabajó en las instalaciones y sabe "lo que se cuece", actualmente ya no trabaja allí, ahora lo hace para la agencia de excursiones…con lo que hay un bonito filón para contar historias de terror.  Además nos contaron que con este estudio hacia abajo estarían cambiando el clima o por lo menos está entre sus pretensiones… 


Para gustos los colores, para creencias, las teorías. Yo hacia el exterior soy lo que podría llamar agnóstica, no puedo ni afirmar ni negar que existe vida más allá de este planeta y de las películas de ciencia ficción, y respecto a las intenciones ocultas, si que creo que nos queda por saber y conocer mucho, que hay muchos planes desconocidos en marcha pero que por multitud de razones no creen que deban ser conocidos por la humanidad que habitamos el planeta... así si pasa algo nos pillan a todos desprevenidos, menos aquellos "afortunados" que están involucrados. 


El complejo del ALMA es minúsculo visto desde la carretera de acceso. 




Lo que sí es cierto es el suelo sigue siendo un paisaje lunar, tan lunar ¿qué sería aquí donde pisaron Amstrong, Aldrin y Collins en 1969?, ya puestos a seguir divagando sobre las verdades, mentiras y leyendas, y ya puestos a divagar, mejor aquí que en un plató de televisión como es la versión que circula sobre esas pisadas lunares y esa bandera norteamericana. 




Continuando por la carretera, a ambos lados de la misma hay una plantación de árboles, es la Reserva El Tambillo, y los árboles son tamarugos, plantados gracias a una iniciativa de reforestación de estos árboles que son capaces de vivir en suelos salinos, suministrándose de agua a gran profundidad, que ascienden por capilaridad, por lo que consiguen que el suelo está permanentemente húmedo. Es el desierto verde.


El tamarugo tiene unas raíces muy grandes, puede llegar a medir 25 m de altura y es una especie endémica del norte de Chile. Se utilizaba para leña y para la construcción.




Continuamos camino hasta el pequeño pueblo de Toconao (mirar mapa de localización), situado en la precordillera andina, a 2.458 m sobre el nivel del mar y con una población de aproximadamente 700 habitantes. Su nombre proviene de la lengua kunza, ya que toco significa piedra. 


Las casas están construidas con piedras liparitas de origen volcánico, que es muy porosa y en algunas techumbres se ve el uso de la chapa y no de la paja o el cactus.




La primera visita en el pueblo es a una tienda, sí, típico de los tours organizados, pero aparte de tienda también se puede visitar su corral en la parte trasera, donde nos encontramos con unas bonitas y divertidas llamas (aunque divertido estuvo Osvaldo en su intento de dar un beso a una y no recibir un escupitajo). Yo me acerqué a ellas con más "respeto" que otra cosa, pero conseguí acariciarlas, porque había que aprovechar la ocasión. 


La llama es uno de los cámelidos de mayor tamaño, cuya pelaje es largo y de varios colores: blanco, tonalidades de marrón y negro. 




En el patio también se puede ver el telar que utilizan para tejer las piezas que luego venden en la tienda; tienda en la que conoceremos a una señora que teje guantes y gorros, y a la que adquirimos algunos artículos, porque eran útiles y bonitos y desde luego el trabajo era manual, ya que llevaba las agujas en la mano con lo que no paraba de tejer, incluso cuando hablaba con nosotros. 




En el pueblo destaca la iglesia de San Lucas, de estilo colonial, con su campanario exento construido en piedra liparita en 1750 y luego encalado. El campanario está situado en una plaza arbolada, la plaza de Toconao. La puerta del campanario está realizada con la madera que se extraía de un cactus llamado cardón.





























Detrás del campanario, al otro lado de la calle, está la iglesia, cuya techumbre es de madera de cactus cardón, aunque se ve una parte rehabilitada y ya no parece cactus, y es que el cardón es una especie vegetal en peligro de extinción por lo que está protegida. 






El retablo del altar nos parece tremendamente curioso, ya que nos produce la sensación de ser más una exhibición de muñecos que un retablo religioso… y puede que a ojos y corazones cristianos estas palabras suenen irrespetuosas, pero es la sensación que nos provocaron las imágenes y que lo siguen haciendo al verlas de nuevo en fotografía. Lo que también resulta es inmesamente entrañable.




La escalera que conduce al coro también está realizada con madera de cactus cardón, y resulta muy bonita. 




En la plaza también hay un cenador o quiosco musical, desde el que lanzamos nuestra canción de despedida a Toconao.