10 de julio de 2018

Myanmar - Bagan - Nyaung U - Shwezigon Paya

Un elefante blanco eligió el lugar

Myo me pidió que le hiciera una lista de los templos que nos gustaría visitar –en la planificación del tour están previstos visitar muchos, pero faltan otros que parecen interesantes-, así que le entrego una relación muy extensa, de modo que todo lo que pueda hacer por nosotros será bien recibido, así no tendremos que buscarnos transportes alternativos, o lo que es peor, no visitarlos, porque estamos en modo tranquilo y no de buscarnos la vida -lo más útil es alquilar una bicicleta eléctrica o una moto, pero yo no sé utilizar ninguna de ambas-. 

Como sorpresa hoy Myo nos regala unas chanclas, que quizás hubieran sido más necesarias el día de llegada, aunque no son muy cómodas, los números de calzado no coinciden y sobran o faltan pies.

Ayer cuando llegamos a Bagan Myo compró los tickets para la zona arqueológica, que es válida para cinco días, siendo su coste de 25.000 kyats. La zona consta de tres núcleos urbanos principales: Nyaung U, Bagan Antiguo y Nuevo Bagan, corriendo el río Irrawaddy  por el norte y el oeste. 


Con la relación en la mano Myo y el chófer planifican nuestras visitas para hoy y mañana, ellos saben las rutas y la mejor forma de hacerlas. A las 8.45 comenzamos la exploración de Bagan y sus templos, siendo nuestra primera parada en la localidad de Nyaung U, donde se concentran los hoteles más económicos, restaurantes, oficinas de contratación de vehículos y transportes y por supuesto la marcha diurna y sobre todo la nocturna.

Shwezigon Paya comenzó a construirse en 1057 por orden del rey Anawrahta, y se terminó a finales del siglo por el rey Kyanzittha, siendo por tanto una de las pagodas más antiguas de Bagan. Se construyó para albergar una reliquia, uno de los dientes de Buda traídos desde Sri Lanka, y según la leyenda, el lugar fue elegido por el elefante blanco que transportaba cuatro reliquias (otra de ellas fue a Lawkananda Paya).

Un chinthe blanco custodia la entrada principal, que será por la que salgamos, pero no por la que entremos, ya que siempre lo hacemos por alguna de las otras tres entradas que tienen los complejos de las pagodas, por la posibilidad de aparcar el coche. 


Un pasillo techado conduce al centro de la pagoda, y extrañamente no hay muchos puestos de venta como es la tónica general. 


Un mapa en birmano del complejo. 


Un mundo de santuarios y templos rodea la estupa principal, destacando los tejados phyatthat de siete alturas y una estupa de influencia hindú. 



En los santuarios, hay por supuesto imágenes de Buda: de pie, sentado, tumbado...




En uno de estos santuarios hay una colección de tres imágenes, cuya particularidad es que son translúcidos y de colores (no sé el material, a mis ojos sin conocimiento me pareció más plástico que piedra). En Mandalay buscamos un buda transparente en Eindawya Paya que resultó estar camuflado, y aquí no esperábamos una imagen de esta característica, y nos topamos con tres. 




Algunos santuarios presentan decoración con mosaicos de cristal en sus columnas o paredes, pero lo que es más llamativo y nos gusta más, el colorido y bonito trabajo en madera. 



La estupa mide 49 m de alto, y se convirtió en modelo para las que se fueron construyendo posteriormente en el país, y su estructura recuerda a Shwedagon Paya de Yangón (o viceversa, porque ésta marca mucho el viaje). Para nuestro infortunio, la estupa está siendo sometida a rehabilitación, necesaria tras el terremoto de 2016, y por desgaste físico en general, con lo que aunque disfrutamos de su belleza, no lo hacemos totalmente. Tiene tres terrazas y en la más alta hay una pequeña estupa en cada esquina. 



Alrededor de la estupa hay como pequeños hti pero sin campanas, son donaciones de fieles resultan preciosos; el conjunto sin tapar tiene que ser una maravilla, y si el día de visita coincide con uno cuando sople algo de viento, el sonido envolvente de estas campanillas de los hti convertirá el recuerdo en memoria visual y sonora.



Por la abertura de uno de los cobertores que cubren la estupa asomamos nuestras narices, ojos y cámara, pero era bastante difícil ver algo si no entrábamos como furtivos totales, acto que no estábamos dispuestos a realizar. En esta base, que no se ve, hay 547 placas esmaltadas con escenas del Jataka (de la vida de Buda), que supongo estarán limpiando y abrillantando, y en las esquinas hay un león dorado, que en este momento luce rojo brillante. 


En un pabellón hay una colección de imágenes de nats, los espíritus guardianes prebudistas, que han permanecido en la religión del país tras pasar este al budismo oficialmente. Parece ser que son réplicas de las originales del siglo XII, que fueron robadas por un coleccionista, y que están en Italia. Están protegidas en urnas cerradas a buen recaudo. 


Los puestos planetarios se ubican en un pabellón, pero están dispuestos como si de un carrusel se tratara; no nos dejan de sorprender los birmanos, siempre encontramos detalles curiosos y/o simpáticos.


Una naga que parece un dragón, y de repente parece que estamos celebrando el Año Nuevo Chino. 


En Shwezigon Paya hay una mezcla de estilos y decoraciones arquitectónicas, estupas construidas de ladrillo, estupas en blanco, y algunos phyatthat elaborados con madera. 


Hay campanas por todo el recinto, y también hay un tambor en un pabellón. 



En un pabellón al que se accede subiendo unas escaleras, donde nos encontramos a unas mujeres preparando sus cuencos de comida con mucho arroz -no tengo muy claro si era para ellas o para los fieles-, hay una pareja de imágenes muy curiosa y simpática, que aunque he leído que puede tratarse de nats, por las imágenes que hemos vistos de ellos en otras estupas y pagodas no parece que sea así. 


Como siempre quedan muchos lugares, santuarios imágenes o detalles que ver (incluso fotografiar) o que contar, pero para que tengáis una pista, las nueve maravillas que se pueden ver en la pagoda, esta vez en inglés, que solo en birmano no hay manera. 


Shwezigon Paya es una pagoda a visitar porque es muy bonita, y porque también sirve de punto comparativo con la majestuosa Shwedagon Paya de Yangón, aunque las comparaciones son odiosas y es mejor no hacerlas. 


Su localización: