24 de octubre de 2014

Canadá - Montréal - Le Bateau Mouche por el río Saint Laurent - Pont Jacques Cartier


Navegación calma 

En el quai Jacques Cartier decidimos comprar los tickets para un recorrido por el río Saint Laurent con Le Bateau Mouche (hay más opciones pero supongo que nos saldría el alma parisina y fuimos al clásico; precio, 24 $, 27,58 $ con impuestos, que es el precio que nos interesa realmente). 


Se realiza un recorrido de una hora río arriba, río abajo, a una velocidad pasmosa, quizás demasiado pasmosa e incluso al final hasta demasiado tiempo según nuestra apreciación, pero es un paseo agradable que realizamos no por el afán de descansar, sino porque nos apetecía ver la ciudad desde otro punto de vista, y en esto no decepciona, la hemos podido disfrutar desde muchos.  

Viajemos con música de una canadiense que a nosotros nos gusta mucho, Diana Krall. 




Desde la embarcación se ve la Biosphere, sobresaliendo entre la vegetación, pero como ya la tenemos vista y esta es una visión bucólica pero demasiado parcial, nos concentramos en la escultura que no habíamos visto, se trata de L’Homme, una obra de Alexander Calder situada en el Parc Jean Drapeau, en la Île de Sainte Hélène, que fue un encargo para la Expo’67, y que no es uno de sus famosos móviles, en este caso se trata de una de sus las esculturas llamadas stábiles.  


Se pasa junto a La Tour de l'Horloge.  


Pasamos bajo el pont Jacques Cartier y podemos disfrutar mejor de la visión de este puente, construido en 1930 en acero, con la finalidad de comunicar la isla de Montréal y la ciudad de Longueuil, cuya particularidad es tener como decoración pequeñas torres Eiffel (en teoría de 4 m de altura pero de esta distancia no parecían tan altas, aunque claro si se distinguen más o menos con claridad altura tenían que tener).  



Vemos cómo se lo pasan los que disfrutan de la montaña rusa en el parque de atracciones La Ronde, en la Île Sainte Hélène.  


Vistas de la ciudad y de su frente portuario. 

 



De derecha a izquierda: el Palais de Justice, el edificio Aldred, las torres de la Basilique de Notre Dame y la torre del National Bank of Canada


Nos sigue sorprendiendo la capacidad de adaptación y ubicación del ocio en la ciudad, como lo hizo la playa junto a la Tour de l'Horloge, en esta ocasión junto al canal Lachine hay un centro de spa, que estaba realmente copado de usuarios, aunque las vistas a los almacenes y silos del puerto no es precisamente la más bonita ni relajante. 



El casino, situado en la Île Sainte Hélène, se deja ver entre la vegetación, pero muy poco.  


También tenemos la mejor visión del conjunto residencial de Habitat’67, ya que si bien desde el autobús lo vimos, fue un momento rápido y nada fotografiable. Está construido en la Cité du Havre, un estrecho malecón construido para proteger el puerto de las corrientes y del hielo, entre la ciudad y la Île Sainte Hélène

El conjunto de viviendas fue diseñado por el arquitecto canadiense, de origen israelita, Moshe Safdie para la Expo'67, siendo una sucesión de cubos de hormigón, algunos en voladizo, cuyo precio está por las nubes, tanto por el privilegio de vivir en una obra de arte arquitectónica como por las vistas, y eso a pesar de que el tamaño de las viviendas no es grande. 


Para los no profundamente iniciados en el mundo arquitectónico, la obra de Moshe Safdie más reconocida es el impresionante Marina Bay Sands de Singapur, con una plataforma con forma de barco que alberga una terraza y una piscina, sobre tres torres que alojan hoteles y un casino. En Canadá, también es autor de la National Gallery of Canada, en Ottawa; y del Musée de la Civilisation, en Québec.


Creo que hubiera estado bien hacer este paseo al atardecer, cuando las luces de la ciudad comienzan a encenderse, y cuando el cansancio del día es mayor, con lo que se agradecería un parón de hora y media, que puede ser con cena incluida. La pena es que hay una temporada en que realizan fuegos artificiales sobre el río Saint Laurent y esto hubiera sido un valor añadido para realizar este paseo tranquilo, pero no tuvimos la suerte de llegar a tiempo, el sábado 2 de agosto fue el último día en que se efectuaron y nosotros llegamos el 3, tendrá que ser en otra ocasión. 

Para los que no quieran tantas vistas parsimoniosas existe la posibilidad de realizar un recorrido adrenalínico en jet boat por el río Saint Laurent