30 de diciembre de 2010

Vietnam - Hanoi (4) Templo de la Literatura


Caminando entre la sabiduría y el conocimiento 

Nuestra guía se llama Huong, que pronunciado suena raro porque son muy guturales (ongggg), así que yo decido llamarla tal y como se escribe. 

Hasta hoy teníamos la duda de si estaríamos solos en el tour o tendríamos compañía, porque mes y medio antes de salir pregunté en la agencia cuantos éramos, y en esa fecha ya éramos ¡¡2!!. Lo bueno del tema es que el requisito mínimo para no cancelar el viaje es que hubiera dos viajeros. La semana antes de salir volví a realizar la pregunta y en esta ocasión éramos ¡¡2!!, vamos que la cosa estaba hecha, en una semana no creo que nadie se decidiera por hacer este tour, más cuando se necesita un visado para entrar en Vietnam.

Y la duda que me surgía al iniciarlo es ¿mantendrían el tour intacto? ¿nos mezclarían con cualquier otro?, porque cuando se elije un tour es por muchas razones, y una de las más importantes son los lugares a visitar, con lo que los cambios imprevistos pueden ser para bien o para mal. Pues la respuesta es que es de lo más normal hacer el tour en parejas  en el sudeste asiático, porque es un destino de luna de miel y así parece todo más romántico; y también el dong es el dong, así que a partir de dos todo es grupo y se puede hacer un tour, ya que sus costes deben ser bajos y el beneficio lo bastante importante. Esto lo apunto por si  podemos volver al país a conocer zonas interesantes a las que no nos ha dado tiempo llegar  y montar nuestro propio viaje.

Salimos del hotel y nos espera nuestro transporte, un Toyota plateado con aire acondicionado, ¡¡¡que gustito!!! y conocemos a nuestro conductor que no habla español pero que siempre sonríe y que cuando le doy las gracias en castellano siempre contesta gracias, menos cuando se las intento dar en vietnamita que creo que no me entiende y no me contesta.

Nuestra primera visita de la mano de Huong es al Templo de la Literatura, Van Mieu, la primera Universidad de Vietnam y el complejo arquitectónico más antiguo de Hanoi. Fue construido en honor a Confucio en 1070 para educar a los hijos de los mandarines y a la realeza, así como para honrar a los eruditos y hombres de letras.  En el siglo XV la Universidad conoció su época dorada y funcionó unos 700 años,  hasta su traslado por el emperador Gia Long a la nueva capital, Hué, en 1802. 

Todo el complejo está rodeado por un muro y tiene cinco patios separados por puertas  y muros.

La puerta exterior es el Gran Pórtico, custodiada en su interior a los lados por dos leones-perro (me parecen más dragones extraños) que dejan entrar lo bueno y dejan fuera lo malo (yo pasé con lo que soy buena).


La puerta conduce al primer patio, un extenso jardín con tres caminos, el central estaba reservado para el rey y los de los lados para mandarines administrativos y mandarines militares; a ambos lados de los caminos laterales unos estanques de lotos.

 
Nuestra guía toma el camino de la derecha para entrar al recinto, yo hubiera preferido entrar como una emperatriz pero de momento me dejo llevar y voy escuchando sus explicaciones al tiempo que ojeo la guía que he elaborado de refilón, mientras mi marido hace lo primero a intervalos y se dedica a las fotos.

La siguiente puerta es la Gran Puerta del Medio, flanqueada por las Puertas de la Virtud Lograda a la derecha (se ve en la foto superior) y la del Talento Alcanzado a la izquierda, ambas en continuación a los caminos de los mandarines. En el tejado de esta Gran Puerta destacan unas carpas que representan a los estudiantes que aspiran a ser laureados como las carpas desean convertirse en dragones.

 
Esta puerta conduce al Gran Patio del Medio, nuevamente con tres caminos y con dos estanques. El camino central conduce hasta la Puerta o Pabellón de la Constelación de la Literatura, que es uno de los símbolos de Hanoi, con cuatro círculos de madera en cada ventana que representan el sol y que se encuentra en los billetes de 100.000 dongs.

 
Tras la puerta se halla el estanque de la Claridad Celestial, que le corta el paso al mismísimo emperador a no ser que le llevaran en sampán. Los mandarines siguen por sus caminos. 


El estanque está rodeado por el Jardín de las Estelas, con cuatro pabellones en cada lado, en los que se encuentran 82 estelas, de las 112 originales que el emperador Le Thanh Tong ordenó erigir en 1484 para registrar los nombres, lugares de nacimiento y logros de los hombres doctorados en humanidades en cada examen trienal desde 1442. 

 
Cada estela se apoya en una tortuga de piedra, que simboliza la longevidad y la inteligencia, y lo hay que hacer con ella es: primero tocarle la cabeza a la tortuga y luego la propia, como una especie de conjuro para que nos traspasen estas virtudes.


En cada lado, en medio de los dos pabellones delanteros hay  dos pequeños “templetes”, en los que se encuentran dos de las tortugas más antiguas.

Durante la guerra sepultaron todas las estelas y las tortugas con arena y hormigón para protegerlas de las bombas.

La siguiente puerta es la del Gran Éxito que da al cuarto patio, el patio de los Sabios, donde parece ser que se celebra una partida de ajedrez humano durante el Tet (Año Nuevo). 


Al fondo del Patio se encuentra la Gran Casa de Ceremonias, con un altar con dos grullas sobre tortugas (las pobres parecen estar espatarradas por el peso), a las que era imposible fotografiar en soledad por la avalancha de turistas que pululábamos por el complejo.


En una especie de pequeño patio alargado por detrás se encuentra un incensario con un par de dragones de mirada cachonda, como encendiendo las varillas con sus soplidos. 

 
Detrás se halla el santuario Dai Thanh, con el altar dedicado a Confucio, que está acompañado de sus cuatro discípulos más cercanos. En este altar realizaban las ofrendas el emperador y los mandarines. Una profusión de rojos y dorados es su decoración, tanto en las columnas como en las figuras. 


Detrás del santuario Dai Thanh se encuentra la Puerta Real que da al quinto y último patio, dedicado a los padres de Confucio, donde se situaba la Universidad y que fue bombardeado por los franceses (por error cuentan). La foto está tomada desde este último patio.


Al fondo del patio primero hay un pabellón donde se ha habilitado una Sala de Música en el lateral izquierdo, y donde disfrutamos de un pequeño concierto con instrumentos muy curiosos, como uno que constaba de una sola cuerda. 

 
Terminado el concierto compramos un cd por 5$, ya que solo estábamos mi marido y yo de público, las mujeres se esforzaron y además nos gustó. Un vídeo corto para que os hagáis una idea del sonido; en casa lo hemos escuchado y suena bien, con lo que no sólo fue que nos hechizara el templo. 


Detrás del pabellón otro pequeño patio y a cada lado dos pequeños templetes, uno con una Campana y el otro con el Gran Tambor. 

Por último se halla el Santuario Kai Thanh, enteramente de madera pero sin lacar, donde se venera a tres emperadores: Ly Thanh Tong, que ordenó la construcción del templo; Ly Nhan Tong, que fundó la Universidad, y Le Thanh Tong, que reformó el sistema de educación. 

 
Unas escaleras permiten subir a un balcón para contemplar los tejados con otra perspectiva más cercana.


Para salir le digo a Huong que lo haremos por el camino de los emperadores. 
Esta es una de las visitas imprescindibles en la ciudad, que acerca a la historia, a la educación y a los sabios del país. La pena es haberla hecha al ritmo y por el camino de entrada de Huong, y también por encontrarnos con miles de turistas que no te dejaban sentir la magia de sus piedras, pero con decisión y paciencia se disfruta mucho de este increíble lugar. 

Un mapa de este complejo donde poder ver la estructura y las diferentes construcciones que en él se encuentran:



Al ser una visita importante de la ciudad esta capítulo se lo dedico exclusivamente al Templo de la Literatura y continuamos el resto de la tarde en el siguiente.