27 de febrero de 2015

Canadá - Ville de Québec - Hôtel Dieu de Québec - Marché du Vieux Port - Grand Seminaire de Québec - Parc Montmorency


En el viejo mercado 

Desde port Saint Jean giramos por rue d'Auteuil para llegar a rue McMahon, por la que bajamos caminando, y en la que nos encontramos una cruz celta, donada a la ciudad por Irlanda en 1997, para honrar a las familias canadienses que adoptaron a más de sesenta niños durante la Gran Hambruna que padeció Irlanda durante los años 1847 y 1848. Fue realizada por Aileen Brannigan en piedra caliza azul extraída de las canteras de Kilkenny.

Rue McMahon recibe su nombre del padre Patrick McMahon, pastor y fundador de la église de Saint Patrick, que estaba situada en esta calle y que fue destruida por un fuego en 1967, siendo reconstruida en Grand Allée. 


Por rue McMahon salimos al Hôtel Dieu de Québec, hospital fundado por las monjas agustinas en 1639, que rápidamente se convirtió en el principal hospital civil y militar de la ciudad, con una asistencia médica comparable a la proporcionada en los hospitales franceses de la época. El hospital fue destruido por un incendio en 1755 y los enfermos fueron trasladados al monasterio hasta que se reconstruyó. A lo largo de los años se han ido sucediendo las ampliaciones. 


Si no hubiéramos ido justos de tiempo, como siempre, me hubiera gustado visitar el Musée des Agustines de L’Hôtel Dieu, con muebles, retratos, objetos de arte, y sobre todo de instrumentos médicos. En su lugar bajamos por Côte du Palais, y confiamos en tomar la calle de bajada adecuada porque volver a subir por esta empinada calle sería un gasto de energía tremendo.

Desde Côte du Palais se tiene ángulo de visión para ver el monasterio de las agustinas, así como un lienzo de las murallas. 


Continuamos bajando por Côte Dinan, ya fuera de las murallas, y vemos las torres y tejados de la antigua oficina de correos de la Ciudad Baja, construida en 1939 y que en la actualidad alberga oficinas del gobierno federal; a su lado se encuentra la estación de trenes y de autobuses Gare du Palais (de la que no vemos nada). Quizás lo más curioso  es ese conjunto de tres casas, cuya fachada en rue Saint Paul es normal pero supongo que las demoliciones a su alrededor y las obras dejarían al aire las fachadas traseras; las contradicciones de la arquitectura y el avance urbanístico; se podría decir que estas casas se quedaron ancladas en el pasado, lo que desconocemos es si tendrán un futuro.


Salimos a la rue Saint Paul y al quai Saint André, donde se sitúa el Marché du Vieux Port, en cuya entrada hay una escultura de Michel Saulnier, L'Enbarquement, un regalo de la Cámara de Comercio a la ciudad. El mercado tiene forma de "U" con un cuerpo central de acceso.


En el mercado se venden frutas (no faltan los arándanos por supuesto), verduras, vinos canadienses, dulces, flores, quesos, pero no recuerdo haber visto un puesto de pescado, aunque no nos lo recorrimos entero y puede que se encontraran por dónde no pasamos. También había algún puesto de comida, de helados y dulces; un poquito de todo.




Salimos del mercado y cruzamos una de las entradas del Bassin Louise


Desde el Vieux Port, en la Ciudad Baja, se tiene una buena visión de los niveles de la ciudad y del Seminario de Québec, en la Ciudad Alta. 


Desde aquí, con un ojo en el mapa y con otro en el reloj, caminamos en dirección este por rue Saint Paul para tomar la Côte du Colonel Dambourgés y luego la Côte de la Canoterie, por supuesto estamos subiendo y a estas horas del día, cuesta un poco. 



Seguimos ascendiendo al girar a la derecha por la Côte des Ramparts



Tomamos la rue Saint Flavien, con la visión de una de las torres del Hôtel de Ville y del edificio Price


En esta calle se encuentra la Maison François Xavier Garneau, una casa del siglo XIX donde vivió y murió este historiador, que funciona como museo mostrando el modo de vida y las ricas colecciones de los burgueses que habitaban la ciudad. Posiblemente si hubiera estado abierta hubiéramos entrado, ya que lo que estábamos haciendo era rematar lugares y calles hasta donde nos diera tiempo de vuelta al hotel. 


Sin ser una de las zonas más bonitas, esplendorosas y transitadas turísticamente de la ciudad, tienen su encanto las calles y sus edificios; por ejemplo, la rue Couillard desde la rue Saint Flavien a ambos lados de ella. 



Seguimos subiendo por rue Saint Flavien para salir a la rue Garneau. 


Desde rue Garneau salimos a la rue Sainte Famile, donde se encuentra el gran edificio del Collége François de Laval, que fue el Petit Seminaire de Québec y que en la actualidad alberga la Facultad de Arquitectura. 



La calle a nuestra derecha conduce a la rue de Buade y la Basilique Cathèdral Notre Dame de Québec, vamos cerrando el círculo callejero. 


Bajamos por la rue Sainte Familie y luego giramos por la rue Hébert para terminar saliendo nuevamente a la rue des Remparts, donde nos recibe una numerosa batería de cañones. 


Seguimos por la continuación de Rue des Remparts, Port Dauphine, y desde aquí tenemos la mejor y más cercana visión, aunque parcial por tener la puerta de acceso al patio cerrada, del Grand Seminaire de Québec


Por rue des Ramparts accedemos al parc Montmorency, sitio histórico de las fortificaciones de la ciudad, y como tal fortificación protegido por cañones. El lugar donde se ubica el parque ha tenido diferentes usos: cementerio, lugar militar estratégico y un sitio de poder civil y religioso –no se terminó de construir el palacio episcopal diseñado en 1695, y tras la ocupación británica fue utilizado por los gobernadores y la Asamblea Legislativa del Bajo Canadá, pero en 1883 fue destruido por un incendio y se construyó el actual Parlamento-. En 1898 se declaró parque público y recibe su nombre del virrey de Nouvelle France, el duque de Montmorency.

En el parque hay un monumento dedicado a Louis Hébert, considerado el primer boticario y el primer propietario de una granja en Canadá. En la base del monumento por un lado se encuentra su mujer, Marie Rollet, con sus hijos; y por otro, Guillaume Couillard, uno de los primeros colonos en Nouvelle France, casado con una de las hijas de Hébert, siendo el primer matrimonio registrado en la parroquia de Notre Dame de la ciudad. 




Terminamos frente a la estatua de Monseñor Laval y del edificio de la Old Post Office


Mapa del recorrido:



 

23 de febrero de 2015

Canadá - Ville de Québec - Basilique Cathèdral de Notre Dame de Québec - Porte Saint Jean


De santa a santa

Desde el pasaje de Chaussée des Ècossais volvemos a la rue Sainte Anne para salir a la rue des Jardins, que es lo que hacemos, y menos mal que lo hicimos, porque si no el pequeño tramo de calle que nos faltaba por recorrer en ella nos lo hubiéramos perdido con total seguridad, y con ello no hubiéramos visto una simpática escultura colocada en un callejón, tal y como lo está la escultura L'Homme Riviere. Se trata de la obra Bienvenue, obra de Nicole Taillon como un homenaje al circo, y en particular, al Cirque de Soleil, que nació en el pueblo de Baie Saint Paul. Lástima del acompañamiento de cubos de basura.


Desde Rue des Jardins giramos a la derecha por Rue de Buade, donde encontramos otra tienda de artículos navideños como la de Montréal, una explosión de Navidad en pleno agosto, ¡elige tu cascanueces!. 


En la plaza que forman Rue des Jardins con Rue de Buade se sitúa la Basilique Cathèdral de Notre Dame de Québec, con una historia de destrucciones y reconstrucciones. La primera iglesia levantada fue construida en 1633 por los jesuitas y Samuel de Champlain en madera, para en 1647 sustituirla por una de piedra, que se convirtió en catedral en 1674. Durante el bombardeo británico de 1759 la catedral resultó muy dañada y comenzó a ser reconstruida durante un largo periodo de tiempo, casi dos siglos, por una dinastía de arquitectos, los Baillairgé. 


En 1922 sufrió un incendio y al año siguiente comenzó de nuevo su reconstrucción, en hormigón, acero y escayola, siendo declarada monumento histórico en 1966. La basílica es la sede principal del arzobispo romano católico de Québec, cuya diócesis llegaba en otro tiempo hasta México.

La basílica ha sido escenario de muchos funerales por los personajes importantes de la ciudad, desde el propio Samuel de Champlain hasta René Lévesque. Entre 1654 y 1898 más de 900 personas fueron enterradas en la cripta, entre ellas, obispos, arzobispos, cardenales y cuatro gobernadores de Nouvelle France (como Frontenac). 


El interior presenta una importante ornamentación, acorde a su título de catedral. 




Destaca el impresionante baldaquino dorado así como las estatuas, igualmente doradas, alrededor del altar. 


En la bóveda del techo hay pinturas que inducen a la tranquilidad, imitando un cielo azul claro con nubes, sin punto de comparación con el derroche visual de la Basilique Notre Dame de Montréal y las vidrieras fueron realizadas por la Casa Meyer de Múnich y la Casa Champigneulles de París, representando escenas de la vida de la Virgen María. 


En la nave izquierda está la capilla funeraria dedicada a Monseñor Laval, el fundador de la Iglesia en Canadá y primer obispo de Québec, que fue beatificado por Juan Pablo II el 22 de junio de 1980. Sus restos fueron trasladados a esta capilla en mayo de 1993. 


La basílica cuenta con una Puerta Santa, situada en la fachada lateral izquierda, que sólo debe ser utilizada de entrada -pero en realidad había tráfico humano en los dos sentidos-, y es el signo de una renovación interior que comienza con el deseo voluntario de estar en paz con Dios, de reconciliarse con el prójimo. La puerta recordará a los peregrinos todas las personas que vinieron de Francia para implantar la fe católica en Nouvelle France.

La Puerta Santa es la primera situada fuera de Europa, la primera en Norteamérica, y la séptima del mundo, siendo inaugurada el 8 de diciembre de 2013. 


Al lado de la basílica está el Musée de l’Amerique Française, considerado el museo más antiguo de Canadá, que describe la colonización de Nouvelle France y la historia de la cultura francesa en Norteamérica. 


Desde la rue de Buade tomamos la Côte de la Fabrique


En esta calle sucumbo a la tentación de entrar en una tienda de chucherías, elegante y con los artículos bien expuestos. Para ir de dispensador en dispensador y tener una bola de cada. 


Desde Côte de la Fabrique se tiene la visión de una torre del Hôtel de Villee, al estilo de un campanario o campanile italiano, que desde la rue Sainte Anne no se tiene; al fondo, el edificio Price


Desde la Côte de la Fabrique salimos a la rue Saint Jean



Aunque bien nos podíamos haber dejado seducir por la rue Couillard


En rue Saint Jean hay otra puerta de la muralla, porte Saint Jean, construida y reconstruida en varias ocasiones: la primera data de 1693, la segunda de 1745, la tercera de 1863, y la última en 1939. 


El acceso al Parc de l'Artilleire está bien custodiado por soldados… de madera. 


Mapa del recorrido: