25 de febrero de 2014

España - Cos Blanc de Salou (Tarragona)

Papelillos de colores

Un año más hemos disfrutado de una buena calçotada en compañía de amigos, pero este año en lugar de quedarnos a dormir el calçot y la butifarra nos han llevado a Salou porque este evento se ha coordinado para disfrutar de uno de los actos más multitudinarios de la Fiesta Mayor de Invierno de Salou, que este año ha sido el sábado 1 de febrero. 

La fiesta tiene sus raíces en las celebraciones en honor a Sant Antoni, y desde el año 1981 la Comisión de Fiestas del Ayuntamiento le dio el actual formato, con la creación de un pequeño pasacalle que con los años se convirtió en el Cos Blanc, y durante el cual se lanzaban pequeños recortes de periódicos. 

Parece ser que el acto más emblemático de la fiesta, el Cos Blanc, empezó como una broma entre amigos que en un momento comenzaron a tirarse trozos de papel, y poco a poco la broma y este momento se han convertido en un acto consolidado y organizado desde el Ayuntamiento.

Nosotros nos perdemos todas las fiestas y actividades que se celebran durante la semana y solo asistimos al pasacalle del Cos Blanc.


En el pasacalles hay un desfile de carrozas, cada una con una temática (como en todas partes), lo que viene a ser un Carnaval; algunas con mejor acierto (o presupuesto) que otras en decoración o vestuario o imaginación; algunas pueden parecernos más simpáticas que otras, pero lo que no hay duda que producen es un completo aroma a fiesta, y no sólo por la música de fondo que hace que nuestros pies y nuestros cuerpos se muevan sin parar (el frío de ese fin de semana también ayudaba a bailar para entrar en calor). 
















Una de las carrozas (colla es el nombre que reciben los componentes de la misma) tiene un divertido nombre, Bandarra, que nos lleva al genial y único Eugenio, un contador de chistes muy especial. 


Pero seamos sinceros, no hemos venido a ver el desfile de collas y carrozas, que ya que están ahí las vemos, hemos venido a disfrutar de la ¡¡¡fiestaaaaaa!!!, ya que lo más característico de este Cos Blanc es el lanzamiento de más de 22 toneladas de confeti de colores (no solo blanco) con 20 cañones que lo disparan hacia la calle y los callejeros. Todo ello por supuesto amenizado por un locutor, luces y música de todos los estilos, aunque la música ochentera sonaba muy a menudo, afortunadamente para estos "carrozas" de a pie.













El día de viento no favorece la concentración de confeti, ya que éste se dispersa por la ciudad y no se crea una capa que puede llegar hasta las rodillas como nos comentaron nuestros amigos, pero aún así el momento es muy divertido, y como no vale sólo con recibir lluvia de confeti desde los cañones, se coge el confeti del suelo y se lanza a manos llenas sobre todos, que no hace falta ser amigos ni conocidos para tener estas confianzas. ¡Confeti va!



Algunas directamente quieren ser casi sepultadas por el confeti (el cansancio de los jóvenes contra la dureza de los mayores que aguantamos estoicamente de pie).





El aire y el movimiento de gente hace que las calles aledañas a la central también estén llenas de confeti (no me quiero imaginar el estado de las casas desde cuyas terrazas la gente disfrutaba de la fiesta...). 






Lo que puedo decir es que nosotros nos quitamos confeti hasta de la ropa interior (upppsss), que en algunos casos es fácil imaginar cómo había llegado hasta allí (si tú me tiras, atente a las consecuencias), pero en otros (cubiertos hasta las orejas) era bastante extraño el camino. 

Más de veinte almas nos reunimos para disfrutar del Cos Blanc, y es que si se corre la buena voz, no sólo los de Salou disfrutan de esta fiesta.