22 de marzo de 2018

Myanmar - Yangón - Botataung Paya

En el interior de la pagoda

Después de comer en el hotel decidimos volver a salir a explorar la ciudad de Yangón, aprovechando que la lluvia sigue dando treguas intermitentes, aunque una buena alternativa hubiera sido quedarnos en la piscina descansando, pero vamos a intentar aprovechar el tiempo lo mejor posible sin necesidad de darnos palizas como antaño. Tomamos un taxi porque el paseo caminando sin ser extremadamente largo, nos llevaría un buen rato y se nos iría el tiempo en llegar, negociamos el precio y en compañía de un simpático conductor emprendemos el camino. 



Llegamos a Botataung Paya, y el taxista nos deja en la puerta, pero no de entrada exterior sino interior, tal cual si fuéramos con Myo, nos da algunos consejos, indicaciones y explicaciones y además nos deja su tarjeta ya que le hemos dicho que tras nuestro periplo por el país volveremos a Yangón, y si necesitamos transporte, mejor alguien conocido, gracias Mr.Aye. 

La puerta de entrada exterior está custodiada por dos pequeños chinthes, sobre todo en comparación con todos los chinthes que veremos por todas las pagodas del país, que se suelen ver a distancia. 




Pagamos la entrada (6.000MMK), dejamos nuestras chanclas -el señor encargado de este menester hasta nos deja una pequeña silla para que nos las quitemos con más comodidad, así que al recogerlas dejamos un donativo, aunque sin silla también lo hubiéramos hecho- y lo primero es entrar al interior de la estupa, ya que en este caso como en el de Maha Wizaya Paya este es hueco. Para evitar atascos en el flujo de visitantes en la estupa hay un camino marcado, con un pasillo de entrada y otro de salida; además se pasa por un arco de seguridad. 


El interior es un camino en zigzag – los radios de una circunferencia más o menos- con las paredes recubiertas en grandes paneles dorados, que te deslumbran y deslumbran fogonazos en las fotografías si no se toma uno el tiempo adecuado para hacerlas, pero eso era parar el tráfico de visitantes, que no era excesivo pero si continuo, con lo que mejor no.

A nosotros nos recuerda de alguna forma el juego del laberinto de espejos, cambiando éstos por paneles dorados, y con un camino sin pérdida. 



Realizado el circuito de pasillos por el interior se termina llegando a la cámara de la reliquia, con un santuario de marfil decorado con oro y piedras preciosas, que contiene un cabello de Buda (menuda peluca con los cabellos repartidos en Myanmar y por otros países del mundo). 


También hay vitrinas en las que se exponen figuras de mediano tamaño de Buda, están a resguardo tras una verja. 


Salimos al complejo de la pagoda, para ver su estupa principal ahora ya su exterior y los templos, santuarios y pabellones que lo conforman. 

Botataung es una de las tres estupas principales de Yangón, junto con Shwedagon Paya y Sule Paya, y debe su nombre, Botataung o Botahtaun,g a los 1.000 líderes militares que escoltaron las reliquias de Buda traídas desde la India hace 2.500 años –bo significa líder y tataung mil- por dos comerciantes y que ahora se custodian en Shwedagon Paya. Las reliquias llegaron por barco al malecón del río Yangón que hay junto a la pagoda, el malecón Botataung, y la custodia de estos soldados se realizó solamente desde el río al lugar donde se alza (cuestión de metros para tanto despliegue). En este lío de pelos y reliquias, parece ser que el rey Okkalappa regaló uno de estos mechones a los comerciantes y por ello se construyó la pagoda, para custodiarlo y venerarlo debidamente. Posteriormente llegaron dos reliquias más, de cabello y cuerpo (que no sé de donde llegaron).

En noviembre de 1943 durante la Segunda Guerra Mundial una bomba británica cayó sobre ella, reconstruyéndose una vez finalizada la guerra, momento en el que se decidió hacerla hueca, terminándose en 1953. Durante la construcción se encontró la cámara de las reliquias. Su estupa mide 40 m y esta coronada por un hti



Alrededor de la estupa se encuentran los puestos planetarios, os presento al de los nacidos en lunes, dominados por la luna, cuyo símbolo es el tigre. 


Paseamos por el complejo andando con mucho cuidado, la lluvia del día ha dejado el suelo con muchos charcos y a la que te descuidas te pegas un patinazo, aunque intentas ir con la alfombrilla verde para evitarlos, pero de vez en cuando hay que salirse de ella para llegar a algún lugar que nos llama la atención o tener un mejor ángulo de visión. 



Hay un estanque con cientos o miles de tortugas. 


En un pabellón (cruzando una pasarela sobre el estanque) hay figuras de nats, espíritus protectores, que enlazan con la creencia hindú y que con la implantación del budismo como fe se permitió su culto. Uno de ellos es Bobogyi, el espíritu guardián de la pagoda, que está altamente solicitado y por lo tanto rodeado de fieles; la segunda fotografía no sé a quién representa; creo que la tercera corresponde a Thurathadi y la cuarta a Thagyamin, el rey de los nat. 

 



En otro pabellón hay una imagen de Buda dorada, del reinado del rey Mindon Min, que durante la época británica se guardó en el palacio real del rey Thibaw Min en Mandalay, pero cuando este se exilió a la India fue llevada a Londres, exhibiéndose en el Museo Albert & Victoria, y en 1951 fue devuelta al país y colocada aquí. 



En los jardines hay una estatua de bronce pero que en la lejanía parecía madera por su tono oscuro, es una imagen del Buda de la Sabiduría. 


Las ofrendas también se doran, así que las frutas lucen al natural o doradas y brillantes. 


Finalmente entramos en una sala con varias estatuas. 


Lo más llamativo o curioso de esta sala se encuentra al fondo, un carrusel de las ofrendas monetarias, tal cual juego de la rana adaptado a la religión, que se realiza sobre una maqueta del complejo de la estupa. Lo religioso y lo lúdico parece que en Myanmar van la mayoría de las veces en el mismo plano. 

 

21 de marzo de 2018

Myanmar - Yangón - Sinagoga Moseah Yeshua - Surti Sunni Jamae - Mogul Shiah Jaamay - Cholia Jame

Convivencia de religiones

Después de nuestra visita a los templos chinos Guang Dong Kwan Yin Temple y Kheng Hock Kheong Temple continuamos nuestro paseo por la zona y volvemos a callejear y aprovechamos para mirar las escaleras de las casas, cuya su estrechez e inclinación no nos parecen nada seguras. 



En 26th St está la sinagoga Moseah Yeshua, fundada hace más de un siglo por judíos sefardíes, construida entre 1893 y 1896 para sustituir la anterior de madera de 1854, pero durante el ciclón Nargis de 2008 sufrió graves daños. En Myanmar hasta mediados del siglo XX vivían unos 2.500 judíos, y en la actualidad quedan poco menos de 50, unas ocho familias, entre los que se encuentran los Samuels, que se encargan de la conservación de esta sinagoga. No sé si estaba cerrada por restauración o porque hemos llegado tarde a la visita (en teoría es de 9 a 12 h y es casi la 13 h), y nos hubiera gustado entrar tanto por ella como por poder acceder al cementerio con más de 700 tumbas (si, tenemos una fijación con estos lugares). 



Frente a la sinagoga, en Mahabandoola St, destacan varios edificios. Por un lado uno del que desconocemos su uso pasado y actual, pero que arquitectónicamente nos llamó la atención. 


A continuación se alza el monasterio Maha Theindawgyi, que destaca por la torre tipo palmera al frente del edificio. 


Nuestro paseo continúa por Mahabandoola St pero echando siempre un vistazo a las calles perpendiculares y a su comercio. 



Entramos por 28th St porque unas torres minaretes llaman nuestra atención, en teoría correspondían a una mezquita que teníamos registrada pero en realidad se trata de otra, Surti Sunni Jamae, construida en 1860. 


La entrada principal se encuentra en la calle Shwe Bon Thar -estaba cerrada pero no sé si por horario o desuso-; destaca en la fachada la torre de la entrada y la torre minarete.



En 28th Street, junto a la mezquita hay un edificio en cuyos balcones está labrada la estrella de David, el símbolo judío. 


Volvemos a Mahabandoola St para girar ahora por 29th St, donde se encuentra la mezquita Mogul Shiah Jaamay (está claro que la grafia es de libre albedrío, aunque supongo que Jamae y Jaamay es lo mismo, la mezquita de los viernes, como aprendimos en Uzbekistán, aunque allí era Juma). 


La entrada y el minarete se encuentran en 30th St, esto sí que es callejear de verdad, pero resulta muy entretenido. 



La puerta está abierta, pero yo no llevo pañuelo para taparme la cabeza y los hombros, por lo que decido no entrar respetando las costumbres y evitando una reprimenda, pero si lo hace mi pareja. 


Volvamos a 29th St, porque junto a esta fachada de la mezquita hay un edificio curioso, con una pareja de leones en la fachada; parece que se trata de un antiguo templo del jainismo, una religión muy antigua de la India, con pocos adeptos en el mundo, y que en Yangón llegó a contar con 10.000 fieles, que emigraron tras la llegada de los militares al poder. Su símbolo es la palma de una mano extendida al frente y sus principios básicos son la no violencia y no causar daño (dos buenos principios sin lugar a dudas). 



Salimos a Mahanbandoola St y en la esquina con Bo Soon Pat Street vemos la última mezquita del día, Cholia Jame (otra variación escrita).


La hora de comer se ha hecho tardía, pero tampoco hemos visto ningún lugar que nos apetecería demasiado, y de los puestos de la calle, a pesar de que algunos tienen buena presencia, no nos fiamos demasiado (sobre todo con estos estómagos occidentales). 



Salimos a la rotonda de Sule Paya y tomamos un taxi, finalmente volveremos al hotel para comer, y así asearnos un poco, que la lluvia y el barro han calado y ensuciado nuestros pies, sandalias y pantalones. Desde el taxi vemos el colorido templo hindú de Sri Kaali


En una mañana hemos paseado por iglesias católicas o anglicanas, templos chinos, templos o monasterios budistas, sinagogas, mezquitas y templos hindús, incluso hemos conocido el jainismo, por lo que en esta ciudad se ha convivido religiosamente y en paz (parece que se mantiene, por lo menos a primera vista), con respeto hacia la fe de todas las comunidades; posiblemente esto sea más fácil en las ciudades más turísticas y abiertas al exterior, porque desgraciadamente las noticias actuales de otras partes del país no muestran esta convivencia y respeto, sobre todo en relación a los musulmanes rohingya de Arakan, exiliados forzosamente por el ejército birmano a Bangladesh.

19 de marzo de 2018

Myanmar - Yangón - Guang Dong Kwan Yin Temple - Kheng Hock Keong Temple

Templos chinos

Después de pasear por algunas calles del antiguo Chinatown terminamos saliendo a Mahabandoola Street, donde entre las calles Latha y 20 se encuentra Guang Dong Kwan Yin Temple (que también recibe el nombre de Guanyin Gumiao Temple), templo taoísta establecido hace casi 200 años por la comunidad cantonesa, construyéndose alrededor de 1824 y reconstruido tras un incendio sufrido en 1868. 


Si ya la decoración del tejado nos ha transportado a nuestro paso por Vietnam y sus templos chinos, el interior nos termina de convencer rápidamente. 



Detalles de su decoración e imágenes, que siempre resulta de gran fineza, a pesar de la profusión de artículos, decoración y dorados; además el olor a incienso no es todavía atroz para las pituitarias. 





Dispuestos a terminar de recorrer esta zona lejana, desde Mahabandoola Street vamos hacia el sur hasta Strand St, encontrando nuevos rincones en los que fijarnos, casas que con una mano de pintura resultarían espectaculares. 


En Strand Street (entre Sinn O Dat St y 18th St) se encuentra Kheng Hock Keong Temple, el mayor templo chino de la ciudad, con unos cien años de antigüedad. La teoría es que nuestro guía Myo nos tendría que traer aquí, pero dada su situación preferimos llegar nosotros por nuestra cuenta andando, sobre teniendo en cuenta el caos circulatorio del centro, y de Strand St en particular, un colapso de coches. 


En el tejado los típicos y coloridos dragones. 


En la entrada hay varias figuras (guardianes) y unas columnas decoradas con dragones y otros elementos. 





El interior mantiene el mismo patrón de sala cuadrada profusamente decorada con las mesas y altares con ofrendas, y con farolillos en el techo. 



Imágenes de algunos de los altares y de sus imágenes veneradas. 




Nos “colamos” en una sala lateral, primero pasé yo sola porque parecía que solo entraban mujeres, y es donde hay hornos para incinerar, que en ese momento quemaban papeles, que no sé si serían ofrendas. 


Salimos del templo y una fina lluvia está decidida a molestarnos durante el paseo, pero nosotros estamos decididos a continuarlo.