30 de enero de 2012

Australia - Melbourne - Melbourne City Baths - Queen Victoria Market - Flagstaff Gardens - St James Old Cathedral - Royal Mint - County Court Victoria - Supreme Court Victoria - St Francis's Church - General Post Office


De camino a la vieja iglesia y vuelta al centro


Desde Old Melbourne Gaol cárcel salimos a Franklin St y de allí a Victoria St, en la esquina que forman estas calles con Swanston St se encuentra el edificio de los Melbourne City Baths, unos baños públicos en un edificio neobarroco eduardiano con cúpulas La construcción de estos baños fue un intento por evitar que los lugareños se bañaran en el sucio río Yarra, y actualmente son las instalaciones de un gimnasio con piscina y pistas de squash, pero para no molestar no entramos a curiosear y desde las ventanas no se veía nada. 



Continuamos por Victoria St, por una zona semiindustrial, donde a primera vista no queda casi nada victoriano, y por supuesto con nada de glamour y por donde mi marido ya me comienza a mirar con ese cara de ¿a dónde quieres ir esta vez?, que ya me conoce y sabe que si vamos por este feo camino es porque al final, aunque no sepamos lo lejos que esté, hay algo.

Y este camino no es por nada en especial, pero es un camino que nos conduce primero al Queen Victoria Market, mercado que se abrió en la década de 1870. Sobre la fachada un friso con elementos ganaderos. 


No hemos llegado ni en día ni en hora de actividad, que seguramente tiene que ser un clamor de género y personas, incluso las tiendas que no son de mercancías de mercado propiamente dichas que se encuentran en los locales al exterior están cerradas. En la calle no hay casi ni un alma aparte de estos dos turistas algo despistados. 


El mercado ocupa el solar del antiguo cementerio de la ciudad, que se utilizó por primera vez en 1837 y en 1877 la idea de convertirlo parcialmente en mercado de fruta y verdura fue considerada como un hecho práctico, ya que en aquel momento sólo hubo que trasladar tres tumbas, pero la popularidad del mercado fue en aumento y se hizo necesario adquirir más y más terreno del cementerio, lo que creó un gran controversia. Finalmente, en 1917 el parlamento aprobó una ley que autorizó el traslado de 10.000 tumbas y el cementerio fue demolido. Se continúo ampliando el mercado hasta 1936 y hoy ocupa siete hectáreas. 

Los miércoles de noviembre a febrero tiene lugar el Gaslight Night Market, que también ofrece actuaciones musicales y teatrales, un modo de activar las compras y supongo que estará todo muy animado. Nos conformamos con ver los puestos al “medio aire libre” en total tranquilidad, ya que lógicamente al interior del edificio no podemos acceder. 


Frente al mercado un típico puesto de nuestras ferias y que ya son habituales sin necesidad de que se celebren ferias, ¡Oleeeeé! No somos personas de tener morriña por la patria ni los productos patrios, a no ser que estemos pasando necesidad y no solo hambre, pero estas cosas y sobre todo en esta zona tan apartada siempre nos producen una gran sonrisa.


Dada la tranquilidad del mercado y de la zona no lo rodeamos entero, no merecía mucho la pena con lo que atajamos por el parking que hay en medio de los edificios para salir a Franklin St y de allí a William St, donde se encuentran los Flagstaff Gardens, que reciben su nombre de la estación de señalización que había en este lugar en 1840 que avisaba a los barcos que llegaban al puerto de Melbourne. En la década de 1860 la estación se hizo innecesaria  y en su lugar se construyó este parque. 

En lugar de atravesar el parque, que sería lo más normal y rápido, ante la duda de la entrada y salida y que la lluvia era intensa, presuponemos que podemos salir más que embarrados de él, damos la vuelta por Dudley St, donde todavía se conservan muchas casas de balcones de forja de hierro, hasta salir a King St y ya desde allí directos a la St James Old Cathedral (2 Batman St).

Se entra por la base de la torre del campanario, lo que ya es curioso, que tiene ocho campanas que se pueden hacer sonar bajo requerimiento en las bodas (¡¡que me casoooo!! ¡¡que me he casadoooo!!) pero lo que suena al entrar es un aviso tipo timbre de que alguien entra, tras cuyo sonido sale una agradable señora encargada de la iglesia a darnos la bienvenida. 


La primera catedral anglicana de la ciudad se comenzó a construir en estilo georgiano en 1839 entre las esquinas de Little Collins St y William St para reemplazar a una cabaña de madera, conocida como la iglesia de los pioneros, y fue trasladada a su emplazamiento actual entre 1913 y 1914, numerándose las piedras para asegurar que el diseño original fuera fielmente reproducido, aunque se realizaron algunos cambios, como bajar el techo, acortar el santuario y dar una forma nueva al campanario (que como se ve en las fotos estaba en restauración, recaudando fondos para ello). 

Como catedral anglicana fue sustituida por la más majestuosa de St Paul's

Los balcones o galerías laterales originalmente eran para uso del gobernador La Trobe y el Jefe de Justicia respectivamente, y han sido ocupados por los gobernadores generales, miembros reales y otros nobles. En el  balcón de la derecha ahora se encuentra instalado el órgano. 

El cuenco de mármol blanco de la pila bautismal, probablemente del siglo XVII, procede de St Katherine’s Abbey, en las orillas del Támesis, un edificio que fue demolido en 1837, y unos amigos de La Trobe lo adquirieron, pero antes de viajar hasta Melbourne tuvieron que pedir permiso a la reina Victoria. La columna y el pedestal fueron diseñados en Melbourne, pagados por feligreses. 


Los bancos son de madera de cedro y están numerados para poder ser alquilados. A mí me parece como si fueran un puzzle de cajas. 

La galería superior fue añadida en 1853 para incrementar la capacidad de público, ahora es ocupada por el coro, y es donde estamos acostumbrados a ubicar el órgano. 


Al salir de la iglesia caminamos por King St hasta su cruce con La Trobe St, calle por la que giramos a la izquierda (por las dos calles se bordean los Flagstaff Gardens) y en la esquina con William St se halla la Royal Mint (280 William St), la antigua casa de la moneda, construida en 1871-1872, donde antes existía la primera feria de muestras de la ciudad que fue destruida por un incendio. Al igual que la ceca de Sydney, The Mint, era una sucursal de la de Londres y en Melbourne se procesaba el oro de los yacimientos de Victoria. La producción de moneda cesó en 1967 cuando la Royal Mint se trasladó a Canberra.


En la verja que rodea el edificio el escudo del imperio británico, pero donde más llama la atención, tanto por su tamaño como por su alegre colorido, es encima de la puerta de entrada: león orgulloso y protector, caballo altivo, aunque quizás los colores le quitan sobriedad y nos guste más el escudo de la General Post Office de Sydney en piedra. 


Continuamos bajando por William St y en el cruce con Lonsdale St, por un lado el edificio de County Court Victoria, un edificio con la clásica pero en versión actualizada representación de la Justicia sobre su fachada. Del edificio salen los típicos abogados con sus togas y pelucas blancas y rizadas, que nos produce simpatía, cuando no gracia si se reúnen más de tres (pero no nos parece adecuado hacer fotos, supongo que el tema de seguridad mundial hace que en no pocas ocasiones nos pensemos las cosas antes de hacerlas) aparte del derecho a la imagen pública sin que los turistas se dediquen a la captura del abogado. 


Frente a este edificio se halla el de la Supreme Court. Cuando el distrito de Port Phillips formaba parte de la colonia de Nueva Gales del Sur, los casos importantes, tanto criminales como civiles, se resolvían en Sydney. En 1841 llegó a Melbourne el primer juez residente para establecer un Tribunal Supremo en la ciudad, que se fundó finalmente en 1852, trasladándose a este edificio en 1884, cuyo diseño está inspirado en el juzgado de Dublín. 

  
En las fotos no se puede apreciar pero por internet se ve que en el interior del edificio hay un patio, sobre el centro un edificio como si fuera una torre, y sobre él se encuentra la cúpula. Lástima no poder entrar. 


Fuente: walkingmelbourne.com

Como continuamos con las comparaciones, este viaje es el más comparativo de todos por sus orígenes, este es el edificio de la Four Courts en Dublín, donde aparece la cúpula central.


Lo diferente, un detalle a agradecer en cierta medida, es la gran estatua de bronce que representa a la Justicia en la puerta de entrada que da a William St, que no lleva los ojos cerrados; se dice que uno de los primeros jueces de Melbourne convenció a las autoridades de que la Justicia debía tener los ojos abiertos en lugar de ser inocentemente crédula, lo que tiene su lógica. 



Ahora caminamos por Lonsdale St, realmente es un camino de vuelta hacia el hotel pero en el que aprovecharemos e intentaremos ver algunos edificios que nos han quedado pendientes. 

En la calle de nuevo un escudo del imperio, en este caso realizado en bronce, que se encuentra en el edificio de Lonsdale Exchange Building


Unos pocos pasos más adelante tanto el escaparate como la fachada y el interior de una tienda capta nuestra atención: es un surtido de objetos extraños, tanto antiguos como modernos, que por supuesto trata la frenología que conocimos en la Old Melbourne Gaol, con unas cabezas en las que hay pintada líneas para realizar particiones del cerebro. 


En el cruce de Lonsdale St y Elizabeth St se alza St Francis’ Church, la iglesia católica más antigua y más popular de Australia. Fue construida entre 1841 y 1845 por Samuel Jackson y ha sufrido numerosas transformaciones a lo largo del tiempo. Por detrás de la iglesia asoma el edificio de Central Station, parecía que se empeñaba en captar nuestra atención y nosotros solo lo hicimos a lo lejos.


Se entra por un gran vestíbulo o lo que sería un atrio cubierto en cualquier otra iglesia católica supongo, donde hay un pequeño templete y lo más extraño de todo es que está rodeado de estanterías con multitud de folletos, todos relacionados con actividades religiosas o solidarias. 


Entramos y su interior es una mezcla de sobriedad y decoración, no está profusamente decorado pero si tiene sus pequeños  detalles. Hay gente, no demasiada pero sí se les nota en recogimiento con lo que hacemos una visita rápida para no molestar (a mí personalmente me produce la sensación de gente rezando por favores divinos, se les nota concentrados y preocupados). La capilla más decorada es la Ladye Chapel, pero por aquello de no molestar no hicimos foto, y es que si nos cambiamos los papeles y somos nosotros los que estamos en oración o recogimiento y llegan los turistas con sus "clicks" fotográficos no nos gustaría, bastante con las tres que sacamos. 


El techo está cubierto de madera, seguramente una de esas transformaciones posteriores a su construcción.


Giramos por Elizabeth St para llegar a la cercana General Post Office, edificio cuya construcción comenzó en 1859 y se terminó en 1907. 



Después de la Primera Guerra Mundial se rediseñó la entrada principal y en 1993 dejó de funcionar como oficina postal, convirtiéndose en un centro comercial, Melbourne’s GPO


Las diferentes etapas de su construcción, con un período tan amplio, dieron como resultado una insólita combinación de estilos, con columnas dóricas en la planta baja, jónicas en la segunda y corintias en la superior (esto es como una clase de arte en directo)

Entramos a curiosear un poco, escaleras arriba, escaleras abajo, y si el día hubiera sido soleado esa cristalera del techo hubiera permitido una mayor luminosidad y alegría del interior. 


Un elemento sorprende, suponemos que será una viga original que se ha conservado como elemento decorativo, pero no vimos ningún cartel que nos lo corroborara. 


En la pequeña plaza ante la entrada del ahora centro comercial una escultura, un detalle, todo un reconocimiento al shopping.


En un pasamanos de la calle un detalle que seguramente tenga algún significado especial relacionado con la solidaridad, o esa es la sensación que me produjo, las personas han ido tejiendo y uniendo sus trabajos coloristas. 


Desde Elizabeth St entramos de nuevo a la Royal Arcade para salir a Little Collins St, donde un bar de copas capta nuestra atención, su nombre es muy conocido en España, New Guernica, pero lo más divertido es que anuncia su curiosa sopa del día; aunque eso sí, la entrada tenía pinta de antro completa. 


Salimos a Collins St y desde allí subimos hasta el hotel, con la bonita visión nocturna de Scott's Church y St Michael's on the Collins



En el hotel descansamos un poco y nos duchamos, como la comida de hoy ha sido poca y tarde decidimos bajar temprano a cenar para luego poder hacer las maletas, pero antes nos pasamos por el lounge, al que tenemos acceso por el tipo de habitación elegida. Allí comenzamos con unas galletas saladas y unas copas de vino, pero poco a poco nos animamos y al final cenamos aquí con un surtido de quesos y más vino, una buena cena con buenas vistas y con la mejor compañía. 


27 de enero de 2012

Australia - Melbourne - Old Melbourne Gaol


La leyenda de un bushranger, Ned Kelly (justicia e injusticia)

La siguiente y lógica visita es la Old Melbourne Gaol (entrada cara, 22AU$), que comenzó a construirse en 1841. Antes de que se abriera el primer bloque de celdas en 1845, los prisioneros eran encerrados en una serie de calabozos sin condiciones de seguridad, desde donde se escapaban frecuentemente. En 1850 la nueva prisión ya estaba superpoblada. 

En 1851, el Distrito de Port Phillip se convirtió en la nueva colonia de Victoria. El descubrimiento de oro impulsó la llegada de trabajadores y maleantes, lo que dificultó el mantenimiento de la ley el orden. Un segundo bloque de celdas comenzó a construirse en 1852 y se terminó en 1858. La prisión siguió expandiéndose y llegó a abarcar una manzana entera, incluyendo patios de ejercicio, hospitales, una capilla, un balneario y alojamiento para el personal. Donde se encuentra la Old Magistrate's Court también hubo una cárcel que fue demolida para poder construirla. 

La prisión cerró en 1924 y abrió brevemente durante la Segunda Guerra Mundial para albergar presos militares, principalmente soldados disidentes. 

El bloque de celdas que permanece en pie ha pasado a ser un museo, que es donde entramos. En esta maqueta se puede ver cómo era el complejo, los techos dorados muestran los edificios que se mantienen en pie. La entrada se hace a través de lo que fue una sala de guardia.


Cuando entramos lo hicimos al tiempo que los alumnos de un colegio con lo que era imposible tomar una fotografía sin gente. En esta planta aparte de las celdas también se encontraba la entrada a la capilla, que sigue en funcionamiento pero parece que no es visitable. 


El silencio y la separación eran las dos bases del sistema de castigo y reforma de la prisión. La mayoría de los prisioneros comenzaban su estancia en la prisión en la planta baja con un período de reclusión solitaria; se les prohibía comunicarse entre sí y debían usar una máscara de silencio cada vez que salían de sus celdas, aunque salían poco ya que permanecían en ellas 23 horas al día y disponían de una hora para realizar ejercicios en soledad. Los prisioneros podían bañarse y cambiarse de ropa una vez por semana y asistir a la capilla todos los domingos, además se les entregaba una biblia para estimular una mejor conducta.

En algunas celdas se cuentan las historias de los presos, y como detalle morboso se exhiben sus máscaras mortuorias, porque se desarrolló mucho la frenología como método de entender las mentes criminales. 

Este es Basilio Bondietto, un inmigrante italiano que fue condenado en 1882 por el asesinato de un compañero de trabajo, también inmigrante, aunque no se tenían pruebas fehacientes contra él, no hablaba inglés y no tuvo intérprete durante el juicio con lo que no comprendió que había sido condenado a muerte hasta pocos minutos antes de su ejecución. 


Ella es Emma Williams, que llegó a Melbourne en 1893 con su marido, procedentes de Tasmania. Las cosas no fueron bien, se estaba en plena depresión y no había trabajo, su marido murió de fiebre tifoidea y ella se quedó sola y embarazada. Cuando dio a luz trató de dar a su hijo a un agricultor o dejarlo en un orfanato y recurrió a la prostitución para poder sobrevivir. 

En agosto de 1895 Emma ahogó a su hijo porque era una molestia al llorar cuando estaba con sus clientes. Por este acto fue declarada culpable y condenada a muerte, pero consiguió retrasar la ejecución alegando falsamente que estaba embarazada. Se enviaron peticiones públicas de clemencia pero finalmente fue ahorcada el 4 de noviembre de 1895 con 27 años de edad. 

Un periódico de la ciudad, Champions, afirmó que el caso de Emma Williams mostraba al mundo a Victoria como una de las sociedades más bajas y degradas del mundo civilizado. 

Mucho debate se podría tener sobre esta triste historia. 


En una celda se exhibe una colección de máscaras (demasiado macabro para mi gusto, parece que de uno en uno la impresión es menor). 


La celda más famosa de esta primera planta es la de Ned Kelly


Ned nació en una pobrísima granja del norte de Victoria en junio de 1854 o 1855 (hay dudas), hijo de un convicto irlandés, Red Kelly. A los 15 años recibió su primera condena por agresiones, al año siguiente fue encarcelado por robar un caballo y en 1878 mató a tres policías que iban a detenerlo. Con su hermano Dan y dos compañeros, Joe Byrne y Steve Hart, huyó a las Strahbogie Rangers (unas montañas) y en los 18 meses siguientes su pandilla perpetró una serie de espectaculares golpes, robando principalmente en bancos. Una vez tomaron el pueblo de Jerilderie, en Nueva Gales del Sur, y retuvieron a todos sus habitantes como rehenes; allí, Ned redactó una carta dirigida a las autoridades en la que justificaba sus acciones y se definió como un activista republicano irlandés (listillo sí que parecía). 

En junio de 1880 el gobierno de Victoria envió un tren cargado de agentes de policía para dar captura a la banda. Cuando Ned se enteró tomó al asalto la estación de Glenrowan y ordenó a los trabajadores que arrancaran las vías; uno de los rehenes consiguió fugarse y, mediante señales advirtió a los agentes de la ley. Finalmente el 28 de junio se produjo un tiroteo entre los policías y la banda (protegidos por las armaduras), que estaba refugiada en el Hotel Glenrowan. El enfrentamiento duró toda la noche y al alba la policía prendió fuego al lugar, con lo que el calor, el sentirse quemados por el metal de sus armaduras y las llamas les hizo quitáselas. Ned fue capturado y el resto de los componentes de la banda murió.

Ned Kelly fue conducido a Melbourne y ejecutado en la horca el 11 de noviembre de 1880, permaneciendo su cuerpo colgado 30 minutos. Sus últimas palabras fueron, “such is life” (así es la vida). Durante su ejecución su madre, Ellen, cumplía condena en la contigua cárcel de mujeres por haber pegado a un policía. 

Una multitud de 4.000 personas esperó fuera de la cárcel durante su ejecución para mostrar su apoyo a un hombre que creían que estaba en su derecho de rebelarse contra la ley británica y las autoridades policiales (este apoyo lo consiguió con actos como quemar los archivos de los préstamos de un banco por lo que los clientes no tuvieron que pagarlos). 

En 1906 la historia de la banda inspiró el que está considerado el primer largometraje de la historia, The Story of the Kelly gang, una película dirigida por Charles Tait que era tan favorable a ellos que el gobierno de Victoria prohibió su proyección en la región donde habían actuado por temor a una rebelión. 

La polémica sobre si Kelly era un villano o un héroe continúa viva hoy en día, por lo poco que hemos visto es más lo segundo, aparte de que también se ha convertido en un héroe turístico. 



Esta es la película más conocida sobre Ned y su banda, protagonizada por Heath Ledger, Orlando Bloom y Naomi Watts, pero también se rodó una con Mick Jagger de protagonista, que no le veo yo en este papel a Mick. 


En el pasillo se exhibe la máscara funeraria de Ned Kelly en una vitrina. Su cuerpo había desaparecido y recientemente, el 1 de septiembre de 2011, se han encontrado sus restos, que habían pasado por dos fosas comunes, pero solo el cuerpo que la cabeza sigue en paradero desconocido después de que fuera robada, ¿tardará mucho en aparecer en alguna subasta?


Como su armadura se exhibe en la State Library lo que en la cárcel hay son dos reproducciones de la misma, pero no solo como muestra, es para poder hacerse una foto con ellas, principalmente dirigida a los niños aunque vemos que los mayores no se resisten a ponérsela. 


Las rutinas de la prisión se controlaban por medio de campanas y su incumplimiento era sancionado con castigos; los prisioneros que tenían buen comportamiento y cumplían con las reglas eran trasladados a celdas en el segundo piso, desde donde podían ir a trabajar en los talleres todos los días. 


En este segundo piso se ve la horca donde eran ejecutados los condenados. 


Desde el tercer piso la visión sería casi como la del propio ahorcado. 


Pero sigamos en el segundo piso, que todavía nos queda por conocer más detalles. En una de las celdas un panel contiene los nombres y las fechas de todos los ahorcados en la prisión, entre 1842 y 1929, un total de 135 presos. 


Otro de los paneles nos explica “el arte del ahorcamiento”. Charles Duff escribió en 1928 en el libro A Handbook of hanging: “El ahorcamiento es un arte fino y no un acto mecánico. No es un hombre sino un artista el que sin dolor y sin brutalidad puede ejecutar a otra persona”. En él también describía cómo se habían desarrollado durante el siglo XIX técnicas muy satisfactorias de ahorcamiento, con el método conocido como long drop (larga caída). 

En un ahorcamiento "satisfactorio" el cuello se rompe cuando el ejecutado cae por la trampilla causando la muerte inmediata. El "arte" consistía en no producir moratones o quemar la piel y para conseguirlo la cuerda tenía que tener la longitud correcta. Mr.Berry, un verdugo de 1880 confeccionó una tabla calculando la longitud que debía tener la cuerda de acuerdo al peso del condenado: si la cuerda era demasiado larga podría torcerle la cabeza, y si era demasiado corta podría prolongar la muerte por estrangulamiento. 

En algunas ocasiones los cálculos fallaron, como en el caso de la mencionada Emma Williams, cuyo cuello se torció en el colgamiento, con lo que su caída fue demasiado larga para su peso. 

Los brazos y piernas del condenado estaban sujetos por grilletes. Tras la ejecución se les retiraban y el cadáver se introducía en una bolsa de lona. 

Los pelos como escarpias al leer el método es poco expresividad escrita para contar las sensaciones. 


Al lado de la horca hay una celda, M4, donde eran confinados los condenados durante un tiempo, y donde recibían la visita del sacerdote. 

En una caja se exhibe el instrumental original del verdugo, o de los verdugos, ya que con el cargo se adquiría la caja también, que se guardaba en la oficina del sheriff. A partir de 1939 la cubierta de cuero sobre la cuerda comenzó a encerarse para que la anilla de bronce deslizara bien (que detalle). 


En otra de las celdas se contempla la visión con luz fantasmagórica de una horca (el morbo vende en todo el mundo de la misma manera)


En el tercer piso las grandes celdas, ahora comunales, albergaban a deudores, prisioneros menos peligrosos y prisioneros a quienes les quedaba poco tiempo de reclusión. 


En sus celdas nuevas historias, algunas no tan tristes y lúgubres, como en el caso de las redes de apoyo que se crearon con el Ejército de Salvación para prisioneros liberados, aunque seguramente también tendrían su parte oscura. 

Al fondo de la galería un muro que lindaba con la cárcel de mujeres, Female Ward, que fue construida en la década de 1860 y se demolió en 1930. La principal diferencia con el de hombres es que el suelo era de madera y no de pizarra. 


Al lado del muro se encuentra el llamado triángulo de los azotes, donde los prisioneros masculinos eran castigados si su conducta era considerada inaceptable. En una vitrina se exponen látigos con los que eran azotados. 


En esta planta se conocen más historias de mujeres que fueron encarcelados. Es el caso de Janet Dibben, que tuvo una gran prole, catorce hijos de dos maridos y otros hombres que la abandonaron, la mayoría de ellos murieron muy jóvenes. Ella vivía separada de su  segundo esposo cuando nació su último hijo John el 20 de noviembre de 1887, y Janet le dio el bebé a una joven granjera también abandonada por su esposo, Ellen Gardner, para que lo cuidara a cambio de ocho chelines a la semana, pero Ellen no lo alimentó bien, con lo que el bebé se moría de hambre, en unas malas condiciones y sucio, hasta que unos extranjeros lo vieron y lo notificaron a las autoridades. El bebé volvió a su madre pero ella no se hizo cargo de él, no le dio de comer con lo que seguía igual de desnutrido que en manos de Ellen, y su cuerpo comenzó a tener llagas y a estar plagado de piojos, mientras ella veía impasible cómo se moría, hecho que sucedió el 24 de diciembre de 1887. 

Janet y Ellen fueron declaradas culpables, la segunda condenada a seis meses por negligencia y la primera a cuatro años de trabajos forzados, durante los cuales escribió poemas, y en los paneles que explican su caso el título que se utiliza es Justicia Poética para Janet, pero ¿quién le concede la justicia (poética o no) al bebé si se diluye su muerte?. 


En otra celda nos cuentan como los casos de mujeres eran utilizados por la prensa, ya sensacionalista en aquella época, para vender periódicos. La exposición se llama Bad women make good news. A las mujeres, cuyos crímenes la mayoría de las ocasiones estaban provocados por la miseria y los embarazos no deseados, se las representaba con caracteres masculinos y muy desagradables. 

En el dibujo se ilustra el crimen que cometió la prostituta Ellen Francis sobre Robert Davis, y se pone más énfasis en la apariencia de Ellen que en el motivo del crimen: se la muestra corta de estatura, de complexión fuerte, con aspecto impasible, de mejillas anchas y afiladas y con el rostro desfigurado por la viruela, consiguiendo más el aspecto de un monstruo o del mismo diablo. 


El caso curioso lo presenta Francis Knorr, y no por su crimen, asesinar a tres bebés que tenía a su cargo cuando su marido fue encarcelado por vender muebles comprados a crédito sin haberlos pagado, sino por el verdugo que tenía que ahorcarla en 1894 en medio de una gran polémica ciudadana y personal. 

William Walker llegó a Melbourne con 19 años de edad, primero trabajó en delitos menores y en 1884 fue nombrado verdugo. Cambió su nombre (William Perrin, Thomas Jones y Thomas Walker) para evitar que se conociera su profesión. Colgó a 18 personas en las cárceles y consiguió una reputación de feroz ejecutor. 

William era criticado por la prensa por su toma de anotaciones durante las ejecuciones, decían que escribía con deleite diabólico, cuando en realidad lo que hacía era calcular la distancia que necesitaba para un mejor resultado del ahorcamiento. 

El reglamento de las ejecuciones establecía que el verdugo tenía que pasar al menos una semana en la cárcel donde tendrían lugar, de modo que se aseguraba que estaría en el momento oportuno y en un estado sobrio. William llegó a la cárcel disfrazado. 

En su camino de verdugo se cruzó la mencionada Francis Knorr, que en diciembre de 1893 fue condenada a la horca y desde 1863 ninguna mujer había sido ejecutada, la última fue Elizabeth Scott, con lo que con este caso se creó un gran interés público. La esposa de William le amenazó con dejarle si ejecutaba a alguna mujer, y los Carlton, sus vecinos, le acosaban igualmente. Durante semanas William bebió mucho y no podía dormir; nueve días antes de la ejecución fue encontrado muerto en los cuarteles de la cárcel, se había cortado la garganta. 


En el tercer piso también hay historias de desertores del ejército pero ya íbamos mal de tiempo si queríamos visitar otro lugar, con lo que algo a medias dejamos la visita, no nos detuvimos en leer o fotografiar los paneles.

Saliendo de esta zona de la cárcel, hacia la izquierda de este bloque de celdas se halla un patio, donde antes se encontraba el hospital de la prisión para luego ser ocupado como garaje de la policía y que actualmente es  uno de los patios de la RMIT University. 


Hacia la derecha hay otro patio, alrededor del cual hay edificios que también alojan a la RMIT University. En el edificio de la derecha se encontraba la residencia del gobernador. 


Al fondo del patio se encuentra la puerta original de la prisión, que da a Franklin St, por donde en 1880 la prisionera Anne Miniver Davis aprovechó la confusión durante el día de apertura del juicio a Ned Kelly para escaparse después de haber robado ropa de la esposa del gobernador (con un par que se dice). Estuvo prófuga durante 3 años antes de ser capturada y devuelta a la prisión.


En la prisión se ofrecen actividades y tours diferentes, como el ser arrestados, acusados y encerrados en la cárcel temporal durante 30 minutos…tal cual lo tuvo que ser el gánster Squizzy Taylor…pero no estábamos por la labor de pasar estos minutos encerrados, ¡con la cantidad de lugares para ver! También se realizan ghost tours, al anochecer por supuesto para tener el ambiente más propicio, que esto puede resultar curioso o simpático porque me lo imagino al estilo de las atracciones del terror. 

La visita a la cárcel se puede hacer rápida, sin pararse en las historias o puede llevar una mañana si no se domina el inglés y se van traduciendo los paneles, creo que la segunda es la más indicada para saber más sobre la historia de Australia, en este caso la carcelaria y la económica, pero es cuestión de preferencias.