28 de enero de 2016

Uzbekistán - Kokand - Mausoleo Dakhma-i-Shokhon


Tumba de kanes

Junto a la madraza Narboutabek se sitúa el Mausoleo Dakhma-i-Shokhon, o Tumba de Reyes, donde se encuentras las tumbas del kan Umar y de su familia, pero se nos ha hecho un poco tarde, y Oyott piensa que es mejor que no lo visitemos, ya que durante el resto del viaje veremos otros más interesantes... ¿cómo?, pues va a ser que no, está programado en el tour y seremos nosotros en la medida de nuestras posibilidades los que decidiremos si la visita se realiza o no, así que por supuesto que entramos, y ya le avisamos que por favor no decida lo que nos puede gustar o no, que nosotros hemos venido para intentar visitar y conocer todo lo posible del país (no hay duda que las visitas programadas no se saltan así como así), queremos que esto quede claro desde ya mismo, si luego el lugar es una decepción no será su problema, su responsabilidad es llevarnos y contarnos lo que conozca; esto era como decirnos que no visitaremos una pequeña ermita a las afueras de una población porque visitaremos su espectacular catedral. Para no ser especialmente dura, podría ser que estuvieran realizando tareas de mantenimiento y no era el momento de visitarle, pero aún así, echarle un ojo sí que hubiéramos podido, aunque fuera una visión muy parcial.

El kanato de Umar fue uno de los más tranquilos que tuvo Kokand -donde gobernaron 29 kanes-, y esto teniendo en cuenta que subió al trono en 1810 con un golpe de estado. Calígrafos, pintores y poetas trabajaron en la corte.  
Primero pasamos por la parte que corresponde a cementerio civil, y es el primer cementerio musulmán que visitamos, ya que en Estambul solo visitamos algún mausoleo importante. Por regla general se trata de tumbas a modo de pequeñas bóvedas o cúpulas, que nos infunden respeto. 


Pasamos junto al Mausoleo de Kan Modari, la madre del kan Umar, construido en 1825, que luego pasó a ser la tumba de las mujeres de los kanes, pero aquí no fuimos suficientemente rápidos ni listos y pasamos de largo (la falta de datos, no tenemos un plano del complejo y no sabemos la situación exacta de cada uno de los mausoleos que lo componen) porque no le dimos el alto a Oyott (si él es el guía debería ser él que nos enseñe los sitios, sobre todo si están programados –por si me lees, esto se cura aprendiendo a conocer los turistas con los que compartes y sobre todo, si tú haces valer la historia y los monumentos de tu país, estos tendrán mayor valor para los ojos ajenos-). Parece ser que el paso del tiempo no ha sido muy benévolo y sólo se conserva el bello portal de entrada, que fue lo único que vimos además de su cúpula.



Seguimos caminando entre las tumbas, algunas de las cuales bajo un pórtico de madera, del que desconocemos su significado


Llegamos al Mausoleo de Umar Kan, que murió en 1822, y primero disfrutamos de su visión lateral, destacando por supuesto la cúpula turquesa. 


Lo rodeamos y finalmente llegamos a la entrada del mausoleo. 


Tras el pistahq de entrada, unas labradas puertas de madera. 


Primero se accede a una especie de vestíbulo situado bajo la cúpula; recinto y cúpula que necesitarían una restauración… o no, no siempre es necesario verlo impoluto y completo para darse cuenta de la belleza o de la importancia de un lugar (verbigracia tenemos la ciudad de Olympia en Grecia como muestra). 


Según los datos que llevo, en el portalón de entrada hay tallada una poesía de Nadira, esposa del kan Umar, pero en la puerta desde luego ninguno somos capaces de encontrarla –Oyott desconocía el dato- y pensamos que en la pared, sobre las puertas de madera hay unas palabras escritas en farsi que bien podría corresponderse a esta poesía. 


Desde esa especie de vestíbulo se accede a una pequeña mezquita o sala de oración construida a modo de terraza abierta, un iwán con columnas donde hay un pequeño mihrab. 



Desde el vestíbulo también se accede a un patio exterior, donde se encuentran las tumbas reales, construidas en ladrillos. Aquí yacen Umar, sus hermanos, hijos y nietos. 



Desde el patio quizás se entienda algo mejor esta distribución que os he contado: entrada y vestíbulo a la izquierda, mezquita a la derecha. 


Por supuesto también se ve la cúpula, en la que tiene a bien posarse un pájaro para que la fotografía quede más artística. 


Salimos del mausoleo y Oyott quiere emprender el camino de regreso, pero de nuevo le tengo que parar, en mis datos figura que detrás de Modari Kan fue enterrada Nadira, que al ser adoptada por los soviéticos como un modelo de mujer uzbeka fue trasladada a un lugar prominente, y si es posible nos gustaría acercarnos. Oyott ante este dato se queda desconcertado, creo que ni tiene muchos datos del lugar ni ha pasado mucho por aquí, por lo que pregunta por su situación, y así paseamos algo más por el cementerio, encontrándonos con un bonito pabellón de madera del que desconocemos su uso, presumiblemente lugar de descanso. Me pregunto cuantas veces ha pasado antes por este mausoleo, y cuantos turistas anteriores decidieron seguir su consejo de saltárselo en las visitas. 


Cuando el kan Umar murió en 1822, su hijo y sucesor, Madali Kan (Mohammed Ali), tenía 12 años y Nadira, su madre, tomó el poder del kanato durante una década, en la que convirtió a Kokand en un semillero artístico y en un oasis de liberalismo, en una región que hasta el momento había sido regida por déspotas y sádicos. Con Nadira se construyeron mezquitas, madrazas y caravasares en el kanato de Kokand.

Desafortunadamente, este buen espíritu artístico y liberal de la madre no caló en Madali, que adquirió una reputación de crueldad durante una exitosa campaña para expandir las fronteras del kanato. Sus ambiciones provocaron la ira del emir Nasrullan, emir de Bukhara, y ambos kanatos se enfrentaron, ganando el segundo, que tomó en 1842 Kokand, ejecutando a Madali y luego a Nadira, cuando ella se negó a convertirse en la esposa del emir de Bukhara (suena un poco a telenovela o cuento de Las Mil y Una Noches). A los tres meses, las tropas del emir de Bukhara fueron expulsadas de Kokand, y tras ello se desató una sucesión por el título de kan, que finalmente consiguió Khudayar (cuyo palacio hemos visitado), un primo lejano de Madali.

Y por esta historia de sabiduría, ambiciones, guerras y ejecuciones estamos ante la piedra de mármol blanco con forma de arco que marca la tumba de Nadira. 



En esta zona del cementerio se encuentra la entrada sur al cementerio. 


Tras esto, Oyott emprende la salida rápidamente, para sus planes estamos en horario tardío y continuamente está hablando por teléfono, pero nosotros no entendemos nada claro, es uzbeko, aunque iremos aprendiendo que en muchas ocasiones se pone en contacto con el lugar donde comeremos o cenaremos para decirles una hora aproximada de llegada. 

El primer mausoleo que hemos visitado en Uzbekistán ha resultado ser una sorpresa, porque ha sido mezcla de mausoleo con cementerio civil, y a pesar de que no ha sido una visita completa nos ha parecido interesante e instructiva, así que menos mal que miramos las visitas programadas e insistimos en visitarlo. Poco a poco, el turquesa nos va invadiendo los ojos.