Al lado de Ananda Ok Kyaung se encuentra Ananda Pahto, templo del que ya
vemos su dorado sikhara, que dada su altura es visible desde muchos
puntos de Bagan. Ananda significa “bello” y simboliza la sabiduría
infinita (ananta panna) de Buda. Ananda también deriva del Venerable
Ananda, primo hermano de Buda.
El templo tiene cuatro entradas -lo normal-, nosotros accedemos por la puerta norte, que no es la principal, pero sí la más cercana al lugar donde el chófer puede dejar el coche. El típico pasillo en el que suceden
los puestos de venta, predominando los artículos lacados, conduce al
templo.
Es curioso
porque el pasillo se corta, no entra directamente en la explanada del
templo como siempre, sino que hay un pequeño espacio de separación entre
ambas construcciones -la del pasillo y la del templo propiamente dicho-, aunque por supuesto desde aquí se accede a la
amplia explanada alrededor. El templo o santuario es una gran estructura cuadrada, con el
añadido en los cuatro puntos cardinales de una estructura a modo de
recibidor, donde se encuentra la puerta.
El
templo fue ordenado construir por el rey Kyanzittha tras la visita que
recibió de ocho monjes de la India, al estilo del templo-cueva de los
que hay en la montaña de Nandamula en el Himalaya. Su construcción,
entre 1090 y 1105, corresponde al fin del estilo del periodo temprano y
el comienzo del periodo medio.
La leyenda cuenta que el rey ordenó ejecutar al arquitecto al terminar la obra, para asegurarse que no construyera nada parecido; y que además ordenó enterrar a un niño vivo en su interior para que se convirtiera en un nat guardián. Ananda Patho sufrió importantes daños durante el terremoto de 1975.
A cada lado de la puerta hay un guardián, y en la esquina del templo, un chinthe.
La leyenda cuenta que el rey ordenó ejecutar al arquitecto al terminar la obra, para asegurarse que no construyera nada parecido; y que además ordenó enterrar a un niño vivo en su interior para que se convirtiera en un nat guardián. Ananda Patho sufrió importantes daños durante el terremoto de 1975.
A cada lado de la puerta hay un guardián, y en la esquina del templo, un chinthe.
En
el interior del templo hay dos pasillos concéntricos, uno exterior
y uno interior; pasillos que comunican los cuatro santuarios situados en los
puntos cardinales, con una imagen de Buda en cada uno de ellos, que
miden 9,5 m y están realizadas en madera de teca, aunque parecen de
bronce o de metal. En las bóvedas de los pasillos o en algunas de sus
paredes se conservan bonitos murales con escenas de la vida en Bagan.
Al fondo el primer santuario, el del norte, tras pasar un arco abovedado que custodian dos guardianes cuyas manos son extremadamente grandes.
Al fondo el primer santuario, el del norte, tras pasar un arco abovedado que custodian dos guardianes cuyas manos son extremadamente grandes.
El
nombre de este Buda es Kakusandha, cuyas manos están en la posición de
mudra dhammachkka. Todo a su alrededor brilla, y por si fuera poco le
han añadido en la parte inferior unas bombillas de colores que recuerdan
a las ferias (en Myanmar todo recuerda de una manera u otra a las
fiestas, ferias, parque de atracciones o similares).
Recorremos el
pasillo interior, con un techo de gran altura, y en cuyas paredes hay
infinidad de hornacinas, con imágenes de Buda en ellas. Da la sensación de ser más palacio que santuario.
Llegamos
al altar del santuario este, donde se sitúa la imagen de Buda Konagamana, que es
del estilo Konbaung o Mandalay, pero que no es la original, ya que esta
se perdió durante un incendio en la década de 1600. Su posición es de
brazos extendidos a ambos lados del cuerpo y con una posición de mudra
en sus manos que no se suele ver en las esculturas budistas tradicionales; además
en su mano derecha sostiene una pequeña esfera entre sus dedos pulgar y
corazón, que posiblemente representa a Buda ofreciendo enseñanzas
budistas, como curación del sufrimiento.
Continuamos el recorrido, y en la fotografía podéis ver el laberinto de pasillos, que además tienen diferentes alturas.
Llegamos
al santuario sur, donde está la imagen del Buda Kassapa, que
sí es original, y que al igual que la imagen del norte tiene sus manos
en la posición de mudra dhammachkka.
En este santuario nos llaman
la atención dos pequeñas imágenes cubiertas de láminas de pan de oro,
que llevan el camino del Buda Mahamuni de Mandalay o de los budas deformados de Phaung Daw Oo Paya en el lago Inle, porque están
deformadas de tantas capas que les van colocando.
Recorremos
el siguiente tramo de pasillo para llegar al último santuario, el del
oeste, con una imagen de Buda del estilo Konbaung o Mandalay, ya que al
igual que la situada al este la original tuvo que ser reemplazada tras
ser destruida durante el incendio en la década de 1600. La imagen
representa al Buda Gautama, y sus manos están extendidas con la posición
del mudra abhaya, en señal de no tener miedo.
Recorriendo el último tramo de pasillo volvemos al santuario del norte, desde donde salimos
al exterior y ahora sí intentamos dar una vuelta por la explanada que bordea el templo, pero ¡ah sol justiciero!, el suelo arde, y ni de puntillas ni
de talones, tendríamos que tener alas para volar ya que nuestros pies no son capaces de soportar el dolor, así que
hacemos lo que podemos, que no es mucho desafortunadamente, por lo que vamos buscando la
poca sombra que encontramos junto al edificio, hasta que este no da
ninguna.
La base de la construcción está
decorada con 554 baldosas vidriadas, en las que hay grabadas escenas del
Jataka, de la vida de Buda, y es la mayor colección de estas placas que hay en Bagan.
También hay baldosas vidriadas en las terrazas superiores del edificio, a
las que no se puede subir, así que se intuyen desde abajo.
En el exterior por supuesto hay campanas para pedir los deseos y mostrar la devoción.
Parece
que al santuario hace poco le han realizado una limpieza, porque luce
sin ningún atisbo de manchas negras en su fachada, y aunque tampoco
tiene el estuco blanco que le haría parecer como un “templo en la
nieve”, que era lo que quería el rey Kyanzittha a imitación de los
templos del Himalaya, realmente impresiona el tamaño y el detalle de su
decoración. No en vano Ananda Pahto es considerado uno de los templos más
bellos de Bagan, además de ser uno de los más grandes, mejor conservados
y más venerados.
Cada
uno de los lados del cuadrado central mide 53 m, teniendo la estructura
forma de cruz griega (el cubo central y las puertas separadas lo
conforman).
El
sikhara central tiene forma de mazorca de maíz, mide 52 m, tiene cinco nichos en los que hay una imagen de Buda, es dorado y con este
sol es de un brillante total.
No podemos terminar la vuelta al edificio,
terminamos reponiendo nuestros ardientes pies bajo la sombra de un árbol
y en conversación con una pareja de españoles, que aparte de contemplar
la belleza del monumento están haciendo lo propio con sus pies.
Ananda Patho es grande, es magnífico, es blanco, es reluciente, está muy rehabilitado y cuidado; merece la pena visitarle porque impresiona y por eso es uno de los más transitados.
Ananda Patho es grande, es magnífico, es blanco, es reluciente, está muy rehabilitado y cuidado; merece la pena visitarle porque impresiona y por eso es uno de los más transitados.
Su localización:
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