22 de octubre de 2018

Myanmar - Popa - Santuario Mahagiri

36+1

Tras nuestra curiosa visita a la explotación agrícola continuamos el viaje por carretera, el cielo continúa sombrío, esperamos que no descargue agua, que sea capaz de aguantar hasta nuestra vuelta a Bagan, no es apetecible viajar con ese tiempo. 

 
Paramos en la localidad de Popa, en una calle flanqueada de puestos de venta. 



Conocemos a los verdaderos dueños de este lugar, que campan por sus anchas por todas partes, los monos. No me siento ni cómoda ni segura, pero ya sabía de su existencia, así que estoy aquí porque quiero...


Se venden plátanos, tanto como ofrendas como para dar de comer a los monos; y sobre todo son muy llamativas unas botellas con flores amarillas en su interior, no en vano popa significa flor en sánscrito. 



Entramos al santuario Mahagiri, con la fachada de mosaicos de cristal y custodiado por un tigre. 


Primero se accede a una sala de oración y tras ella una sala que acoge las figuras de los 37 espíritus nat, por lo que este santuario es un importante destino de peregrinación. El significado de nat es “señor”. A primera vista puede parecer una colección de muñecos de gran tamaño.



Ya hemos visto figuras de nat en otros templos, en ocasiones incluso los hemos buscado, y en otras es posible que los hayamos visto sin saber qué lo eran, pero ver esta colección tan completa y tan colorida impresiona bastante. No nos parecen estatuas para venerar, más bien parecen sacadas de atracciones de feria, que en cualquier momento te van a sacar una papeleta con tu futuro…nosotros los miramos con diferentes ojos de lo que son.


El culto a los nat es de la era prebudista del país, cuando se practicaba el animismo, y ha conseguido mantenerse en el tiempo a pesar de la llegada del budismo como religión. Los nat son capaces de dominar un lugar natural (montes, árboles, lagos…) o un lugar creado por el hombre. 

El rey Anawrahta de Bagan abolió los sacrificios humanos que se ofrecían a los nat, y destruyó muchos templos, pero sus fieles los reconstruyeron en sus casas porque su culto era muy importante para ellos. Anawrahta se dio cuenta que si continuaba con la prohibición posiblemente no conseguiría la conversión al budismo de la población, por lo que permitió colocar las imágenes en la base de Shwezigon Paya de Bagan. Además añadió la figura de uno nuevo, Thagyamin, basada en el dios hindú Indra, a quién coronó como rey de los nat. Los fieles finalmente el budismo lo utilizan para sus vidas futuras y los nat para los problemas en el presente; pueden ayudar a triunfar, a deshacerse de los enemigos... 


El culto a los nat no solo se materializa en las ofrendas, sino además se les invoca a través de médiums (mujeres u hombres vestidos como tal), acto que se suele realizar en las fiestas nat pwe, con actuaciones musicales para atraerlas, ya que les gusta la música fuerte, así que se golpean los gongs, tambores y xilófonos con fuerza.

Pero estos actos de invocación conllevan un gran riesgo, que el espíritu invocado decida que no entra en el médium sino en el de un espectador, y luego para sacarlo hay que contratar un monje budista para que realice un exorcismo (al final lo mismo en las religiones), que puede durar días o incluso semanas. Una vez que se ha ido, el poseído se puede llevar el estigma del nat para siempre, y esto es mucho peor para las mujeres, ya que si el exorcismo no se realiza de forma satisfactoria, no pueden casarse (mecachis, el machismo a tope). Lo que parecía simpático ahora no lo parece tanto. 


Uno de los espíritus más invocados es Ko Gyi Kyaw, un nat borrachín que cuando realiza la posesión, hace que el poseído baile de manera más lasciva y provocativa (más bien parece que se usa para tener una excusa para el desenfreno). 


Se realizan dos fiestas nat pwe al año, una durante la luna llena de Nayon (mayo-junio), y otra en la luna llena de Nadaw (noviembre-diciembre). 


Uno de estos nat es Ganesha, el elefante con cuerpo de niño, el único que reconocemos. 


Se realizan ofrendas, todas las figuras tienen billetes que les han dejado entre las manos, o por otras partes de su vestimenta o cuerpo; y también por supuesto, las alimentarias, muchos plátanos y no faltan botellas de cerveza. 



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