Desde Khe Minga Temple continuamos en coche la ruta planificada, y en el camino vemos más
construcciones, es imposible parar en todas; pero una de ellas destaca por unas simpáticas esculturas de
guardianes en su exterior y por elefantes en los arcos de la base de la estupa, que tuve
suerte de medio capturar con la cámara.
Nos acercamos a la localidad de Old Bagan y los puestos de venta de todo tipo de artículos comienzan a ser más numerosos; ya que es una zona donde se concentran importantes monumentos, por lo que hay más visitantes.
Paramos
en el destartalado Ananda Ok Kyaung, construido en 1137, cuyo nombre
significa “monasterio de ladrillo de Ananda”. Parece que el último
terremoto de 2016 le ha afectado, incluso es posible que se hayan sumado
daños a los ya importantes sufridos durante el terremoto de 1975. En las escaleras de
acceso unos guardianes intentan aguantar los envites del tiempo y las
desgracias naturales.
Se sube a la primera terraza, que rodea el edificio, y podemos ver sus daños en la barandilla y en los muros del monasterio; aún así, el conjunto resulta precioso, tiene algo muy especial.
Sobre
las puertas de entrada hay dibujos grabados en la piedra.
El
guardián del templo (al que llaman keymaster en las guías) nos abre las
puertas para visitar su interior, donde vemos unos preciosos murales de
colores rojo y verde principalmente, datados en el siglo XVIII; en ellos
se reflejan escenas cotidianas de vida, con muchas personas y rostros.
Por supuesto no se pueden hacer fotografías para preservarlos, ya que el interior es bastante oscuro y el guardián o Myo iluminan las pinturas con una bombilla unida a un largo cable de electricidad. Intentamos encontrar en las pinturas a Kublai Khan, que en teoría está pintado, pero no
fuimos capaces de hacerlo y no preguntamos al keymaster por él; lo que no falta preguntar por supuesto es por las imágenes de Buda, aunque creo que tampoco hay demasiadas. Desde el exterior no intentamos asomarnos por ninguna ventana para tener una imagen física y no de memoria, como hicimos en Upali Thein.
Las
construcciones pequeñas están llenas de encanto y van ganando nuestro
corazón, y este es un monasterio a visitar por sus tesoros murales, os van a sorprender y gustar a partes iguales.
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