De
camino a la vieja iglesia y vuelta al centro
Desde Old Melbourne Gaol cárcel salimos a
Franklin St y de allí a Victoria St, en la esquina que forman estas calles con
Swanston St se encuentra el edificio de los Melbourne City Baths, unos baños
públicos en un edificio neobarroco eduardiano con cúpulas La construcción de
estos baños fue un intento por evitar que los lugareños se bañaran en el sucio
río Yarra, y actualmente son las instalaciones de un gimnasio con piscina y
pistas de squash, pero para no molestar no entramos a curiosear y desde las ventanas no se veía nada.
Continuamos por Victoria St,
por una zona semiindustrial, donde a primera vista no queda casi nada
victoriano, y por supuesto con nada de glamour y por donde mi marido ya me
comienza a mirar con ese cara de ¿a dónde quieres ir esta vez?, que ya me conoce y sabe que si vamos por este feo camino es porque al final, aunque no sepamos lo lejos que esté, hay algo.
Y este camino no
es por nada en especial, pero es un camino que nos conduce primero al Queen Victoria
Market, mercado que se abrió en la década de 1870. Sobre la fachada un friso
con elementos ganaderos.
No hemos llegado ni en día
ni en hora de actividad, que seguramente tiene que ser un clamor de género y
personas, incluso las tiendas que no son de mercancías de mercado propiamente
dichas que se encuentran en los locales al exterior están cerradas. En la calle
no hay casi ni un alma aparte de estos dos turistas algo despistados.
El mercado ocupa el solar
del antiguo cementerio de la ciudad, que se utilizó por primera vez en 1837 y
en 1877 la idea de convertirlo parcialmente en mercado de fruta y verdura fue
considerada como un hecho práctico, ya que en aquel momento sólo hubo que
trasladar tres tumbas, pero la popularidad del mercado fue en aumento y se hizo
necesario adquirir más y más terreno del cementerio, lo que creó un gran
controversia. Finalmente, en 1917 el parlamento aprobó una ley que autorizó el traslado
de 10.000 tumbas y el cementerio fue demolido. Se continúo ampliando el mercado
hasta 1936 y hoy ocupa siete hectáreas.
Los miércoles de noviembre a
febrero tiene lugar el Gaslight Night Market, que también ofrece actuaciones
musicales y teatrales, un modo de activar las compras y supongo que estará todo
muy animado. Nos conformamos con ver los puestos al “medio aire libre” en total
tranquilidad, ya que lógicamente al interior del edificio no podemos acceder.
Frente al mercado un típico
puesto de nuestras ferias y que ya son habituales sin necesidad de que se celebren ferias, ¡Oleeeeé! No somos personas de tener morriña por la patria ni los productos patrios, a no ser que estemos pasando necesidad y no solo hambre, pero estas cosas y sobre todo en esta zona tan apartada siempre nos producen una gran sonrisa.
Dada la tranquilidad del
mercado y de la zona no lo rodeamos entero, no merecía mucho la pena con lo
que atajamos por el parking que hay en medio de los edificios para salir a
Franklin St y de allí a William St, donde se encuentran los Flagstaff Gardens,
que reciben su nombre de la estación de señalización que había en este lugar en
1840 que avisaba a los barcos que llegaban al puerto de Melbourne. En la década
de 1860 la estación se hizo innecesaria
y en su lugar se construyó este parque.
En lugar de atravesar el
parque, que sería lo más normal y rápido, ante la duda de la entrada y salida y
que la lluvia era intensa, presuponemos que podemos salir más que embarrados de
él, damos la vuelta por Dudley St, donde todavía se conservan muchas
casas de balcones de forja de hierro, hasta salir a King St y ya desde allí
directos a la St James Old Cathedral (2 Batman St).
Se entra por la base de la
torre del campanario, lo que ya es curioso, que tiene ocho campanas que se pueden hacer
sonar bajo requerimiento en las bodas (¡¡que me casoooo!! ¡¡que me he
casadoooo!!) pero lo que suena al entrar es un aviso tipo timbre de que alguien
entra, tras cuyo sonido sale una agradable señora encargada de la iglesia a
darnos la bienvenida.
La primera catedral
anglicana de la ciudad se comenzó a construir en estilo georgiano en 1839 entre
las esquinas de Little Collins St y William St para reemplazar a una cabaña de
madera, conocida como la iglesia de los pioneros, y fue trasladada a su
emplazamiento actual entre 1913 y 1914, numerándose las piedras para asegurar
que el diseño original fuera fielmente reproducido, aunque se realizaron
algunos cambios, como bajar el techo, acortar el santuario y dar una forma
nueva al campanario (que como se ve en las fotos estaba en restauración,
recaudando fondos para ello).
Como catedral anglicana fue
sustituida por la más majestuosa de St Paul's.
Los balcones o galerías
laterales originalmente eran para uso del gobernador La Trobe y el Jefe de
Justicia respectivamente, y han sido ocupados por los gobernadores generales,
miembros reales y otros nobles. En el balcón de la derecha ahora se encuentra
instalado el órgano.
El cuenco de mármol blanco
de la pila bautismal, probablemente del siglo XVII, procede de St Katherine’s
Abbey, en las orillas del Támesis, un edificio que fue demolido en 1837, y unos
amigos de La Trobe lo adquirieron, pero antes de viajar hasta Melbourne
tuvieron que pedir permiso a la reina Victoria. La columna y el pedestal fueron
diseñados en Melbourne, pagados por feligreses.
Los bancos son de madera de
cedro y están numerados para poder ser alquilados. A mí me parece como si fueran un
puzzle de cajas.
La galería superior fue
añadida en 1853 para incrementar la capacidad de público, ahora es ocupada por
el coro, y es donde estamos acostumbrados a ubicar el órgano.
Al salir de la iglesia
caminamos por King St hasta su cruce con La Trobe St, calle por la que giramos
a la izquierda (por las dos calles se bordean los Flagstaff Gardens) y en la
esquina con William St se halla la Royal Mint (280 William St), la antigua casa
de la moneda, construida en 1871-1872, donde antes existía la primera feria de
muestras de la ciudad que fue destruida por un incendio. Al igual que la ceca
de Sydney, The Mint, era una sucursal de la de Londres y en Melbourne se procesaba el oro
de los yacimientos de Victoria. La producción de moneda cesó en 1967 cuando la
Royal Mint se trasladó a Canberra.
En la verja que rodea el
edificio el escudo del imperio británico, pero donde más llama la atención,
tanto por su tamaño como por su alegre colorido, es encima de la puerta de
entrada: león orgulloso y protector, caballo altivo, aunque quizás los colores
le quitan sobriedad y nos guste más el escudo de la General Post Office de
Sydney en piedra.
Continuamos bajando por William
St y en el cruce con Lonsdale St, por un lado el edificio de County Court
Victoria, un edificio con la clásica pero en versión actualizada
representación de la Justicia sobre su fachada. Del edificio salen los típicos
abogados con sus togas y pelucas blancas y rizadas, que nos produce simpatía,
cuando no gracia si se reúnen más de tres (pero no nos parece adecuado hacer
fotos, supongo que el tema de seguridad mundial hace que en no pocas ocasiones
nos pensemos las cosas antes de hacerlas) aparte del derecho a la imagen
pública sin que los turistas se dediquen a la captura del abogado.
Frente a este edificio se
halla el de la Supreme Court. Cuando el distrito de Port Phillips formaba parte
de la colonia de Nueva Gales del Sur, los casos importantes, tanto criminales
como civiles, se resolvían en Sydney. En 1841 llegó a Melbourne el primer juez
residente para establecer un Tribunal Supremo en la ciudad, que se fundó
finalmente en 1852, trasladándose a este edificio en 1884, cuyo diseño está
inspirado en el juzgado de Dublín.
En las fotos no se puede
apreciar pero por internet se ve que en el interior del edificio hay un patio,
sobre el centro un edificio como si fuera una torre, y sobre él se encuentra la
cúpula. Lástima no poder entrar.
Fuente: walkingmelbourne.com
Como continuamos con las
comparaciones, este viaje es el más comparativo de todos por sus orígenes, este
es el edificio de la Four Courts en Dublín, donde aparece la cúpula central.
Lo diferente, un detalle a
agradecer en cierta medida, es la gran estatua de bronce que representa a la
Justicia en la puerta de entrada que da a William St, que no lleva los ojos
cerrados; se dice que uno de los primeros jueces de Melbourne convenció a las
autoridades de que la Justicia debía tener los ojos abiertos en lugar de ser
inocentemente crédula, lo que tiene su lógica.
Ahora caminamos por Lonsdale
St, realmente es un camino de vuelta hacia el hotel pero en el que
aprovecharemos e intentaremos ver algunos edificios que nos han quedado
pendientes.
En la calle de nuevo un
escudo del imperio, en este caso realizado en bronce, que se encuentra en el
edificio de Lonsdale Exchange Building.
Unos pocos pasos más
adelante tanto el escaparate como la fachada y el interior de una tienda capta
nuestra atención: es un surtido de objetos extraños, tanto antiguos como
modernos, que por supuesto trata la frenología que conocimos en la Old Melbourne Gaol, con unas cabezas en las que hay pintada líneas para realizar
particiones del cerebro.
En el cruce de Lonsdale St y
Elizabeth St se alza St Francis’ Church, la iglesia católica más antigua y más
popular de Australia. Fue construida entre 1841 y 1845 por Samuel Jackson y ha
sufrido numerosas transformaciones a lo largo del tiempo. Por detrás de la
iglesia asoma el edificio de Central Station, parecía que se empeñaba en captar nuestra atención y nosotros solo lo hicimos a lo lejos.
Se entra por un gran
vestíbulo o lo que sería un atrio cubierto en cualquier otra iglesia católica
supongo, donde hay un pequeño templete y lo más extraño de todo es que está
rodeado de estanterías con multitud de folletos, todos relacionados con
actividades religiosas o solidarias.
Entramos y su interior es
una mezcla de sobriedad y decoración, no está profusamente decorado pero si
tiene sus pequeños detalles. Hay gente, no
demasiada pero sí se les nota en recogimiento con lo que hacemos una visita
rápida para no molestar (a mí personalmente me produce la sensación de gente
rezando por favores divinos, se les nota concentrados y preocupados). La
capilla más decorada es la Ladye Chapel, pero por aquello de no molestar no
hicimos foto, y es que si nos cambiamos los papeles y somos nosotros los que estamos en oración o recogimiento y llegan los turistas con sus "clicks" fotográficos no nos gustaría, bastante con las tres que sacamos.
El techo está cubierto de
madera, seguramente una de esas transformaciones posteriores a su construcción.
Giramos por Elizabeth St
para llegar a la cercana General Post Office, edificio cuya construcción
comenzó en 1859 y se terminó en 1907.
Después de la Primera Guerra
Mundial se rediseñó la entrada principal y en 1993 dejó de funcionar como
oficina postal, convirtiéndose en un centro comercial, Melbourne’s GPO.
Las diferentes etapas de su
construcción, con un período tan amplio, dieron como resultado una insólita
combinación de estilos, con columnas dóricas en la planta baja, jónicas en la
segunda y corintias en la superior (esto es como una clase de arte en directo)
Entramos a curiosear un
poco, escaleras arriba, escaleras abajo, y si el día hubiera sido soleado esa
cristalera del techo hubiera permitido una mayor luminosidad y alegría del
interior.
Un elemento sorprende, suponemos
que será una viga original que se ha conservado como elemento decorativo, pero
no vimos ningún cartel que nos lo corroborara.
En la pequeña plaza ante la
entrada del ahora centro comercial una escultura, un detalle, todo un
reconocimiento al shopping.
En un pasamanos de la calle
un detalle que seguramente tenga algún significado especial relacionado con la solidaridad, o esa es la sensación que me produjo, las personas han
ido tejiendo y uniendo sus trabajos coloristas.
Desde Elizabeth St entramos
de nuevo a la Royal Arcade para salir a Little Collins St, donde un bar de copas capta nuestra atención, su nombre
es muy conocido en España, New Guernica, pero lo más divertido es que anuncia
su curiosa sopa del día; aunque eso sí, la entrada tenía pinta de antro
completa.
Salimos a Collins St y desde
allí subimos hasta el hotel, con la bonita visión nocturna de Scott's Church y
St Michael's on the Collins.
En el hotel descansamos un
poco y nos duchamos, como la comida de hoy ha sido poca y tarde decidimos bajar
temprano a cenar para luego poder hacer las maletas, pero antes nos pasamos por
el lounge, al que tenemos acceso por el tipo
de habitación elegida. Allí comenzamos con unas galletas saladas y unas copas
de vino, pero poco a poco nos animamos y al final cenamos aquí con un surtido
de quesos y más vino, una buena cena con buenas vistas y con la mejor compañía.
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