En
tren hasta la catedral
Desde nuestra situación en Collins St salimos a Elizabeth St (esto es doing the block), calle que desemboca en
Flinders St, donde se encuentra la impresionante Flinders St Railway Station.
La estación está situada a
orillas del río Yarra y es una construcción de estilo eduardiana construida en
1907 con arenisca color miel, diseñada por Fawcett & Ashworth, siendo la
estación más antigua de trenes australiana ya que en este solar se instaló la
primera de madera en 1854, desde la que salió el primer tren a vapor.
Sobre la entrada principal
hay una hilera de relojes, que son los originales aunque ahora están
controlados por un ordenador. “Bajo los relojes” es un punto de cita habitual
entre los habitantes de Melbourne, como para los madrileños o principalmente los turistas que visitan nuestra ciudad puede ser el Km.0
de la Puerta del Sol.
Hay un rumor que cuenta que
en las oficinas de los diseñadores en Londres se cambiaron los planos de las
estaciones de Bombay y Melbourne, y que cada ciudad tiene el diseño de la otra,
aunque a mí no me termina de cuadrar del todo, veo más posible esta
construcción en Australia que la de Bombay, además su exterior me recuerda a la
estación de ferries de Auckland, lo que lo hace todo más creíble.
Fuente: skyscraperlife.com
Frente a la estación, en la
esquina de Flinders St con Swanston St se alza la imponente St Paul’s
Cathedral, construida en 1892 en estilo neogótico por el arquitecto británico
William Butterfield en el lugar donde se realizó el primer servicio religioso
en la ciudad en 1836. Se construyó para sustituir a la catedral de St James que
se había quedado pequeña (y además se encuentra algo alejada del centro). Es
la sede de la iglesia anglicana de Melbourne.
Su construcción estuvo
plagada de dificultades por los desacuerdos entre el arquitecto y el consejo
catedralicio, como por ejemplo que el primero no quería que la fachada diera sobre Princess Bridge
ni utilizar piedra de Barrabool y Hawkesbury. Las obras comenzaron en 1880 pero
Butterfield presentó la dimisión en 1884, siendo sustituido en la conclusión
por Joseph Reed.
Al encontrarnos abiertas sus puertas entramos y tras el hall de entrada se
halla un pórtico de madera, muy típico de las construcciones religiosas anglicanas.
El interior consta de tres
naves, donde la madera, el mármol, el alabastro y los mosaicos abundan, dando
una tonalidad de marrones con mucha calidez.
Destacan el altar y las
vidrieras.
El órgano dicen que es la
mejor obra de T.C Lewis &Co, una compañía londinense.
Pero lo que realmente nos
sorprende es lo que suponemos el baptisterio, que recuerda más a los
evangelistas que a los anglicanos; aunque no había ninguna indicación de su uso ni pasado ni actual.
En el lado exterior de la
catedral que da a Swanston St nos encontramos de nuevo con el capitán Matthew
Flinders, pero ahora no vemos que vaya acompañado de su inseparable Trim, como
en la State Library de Sydney.
Volviendo a Flinders St, separado
de la catedral por un callejón un edificio que da la impresión que podría ser o
haber sido oficinas eclesiásticas, pero en esta ciudad todo aquello que parece
una iglesia acaba siendo un banco, como en el caso del ANZ Gothic Bank El uso actual parece
que es de oficinas de empresas.
Y en el cruce de Swanston St
con Flinders Lane otro de esos edificios que tanto nos recuerdan a New York, el
Nicholas Building, construido en el Palazzo estilo en 1925.
Más adelante, en el cruce de
Flinders St con Russell St se levanta el edificio del Forum Theatre, que de
nuevo no tengo registrado y es como trasladarse a Las Mil y Una Noches, a un
palacio con sus minaretes.
El diseño es del arquitecto
americano John Eberson y el teatro fue inaugurado en febrero de 1929, siendo
considerado entonces el de mayor capacidad del país del momento, con un aforo
de 3.371 personas. Actualmente acoge principalmente conciertos.
En su exterior no faltan
detalles en los que deleitarse o con los que asustarse, que ya no tienen tanto
que ver con lo exótico y lo hacen más con lo gótico, en el amplio sentido del
adjetivo.
En honor al supuesto cambio de planos del diseño de las estaciones de tren de Melbourne y Bombay una canción de un conocido grupo australiano de los años ochenta.
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