British,
pure british
Melbourne es la capital del
estado de Victoria, un estado que data de la época de la fiebre del oro en la
década de 1850 y que es uno de los estados más industrializados al tiempo que
el más diverso, con puertos fluviales, viñedos, bosques, costas y montañas
alpinas. Victoria es el estado más pequeño y verde de Australia, llamándole el
Garden State, y el único escaso en Outback auténtico.
Los aborígenes vivían en
Victoria desde hace unos cuarenta mil años, eran unos treinta y ocho grupos
dialectales diferentes, que se dividieron en clanes y subclanes. En la región
del río Yarra, donde se asienta Melbourne, vivían miembros del clan wolworung
de la nación kulin, llamados wurundjeri (de este clan eran los aborígenes del libro
Las voces del desierto). Antes de que llegaran los colonos vivían cien mil
aborígenes; en 1860 solo quedaban dos mil, dato que habla por sí solo del acoso de los unos sobre los otros.
En 1803 un grupo de
convictos, soldados y colonos llegaron a Sorrento (si, hay uno en Australia, y es que italianos llegaron
muchos a la zona) pero pronto abandonaron el asentamiento; el primero
permanente fue creado en 1834 en Portland por la familia Henty de la Tierra de
Van Diemen, de Tasmania, cuarenta y seis años después de que se colonizara
Sydney.
En 1851 Victoria consiguió
la separación de Nueva Gales del Sur y se descubrieron yacimientos de oro que
atrajeron a inmigrantes de todo el mundo.
La excitante mezcla
decimonónica de auge económico y orgullo cívico confirió a Victoria una
magnífica arquitectura civil y elegantes mansiones coloniales. En una ciudad
rural del estado es normal ver un ayuntamiento italianizante tan grande como
una ópera europea, si es así, hay que buscar la placa donde se explica la
fiebre del oro en la localidad.
Victoria posee 39 parques
nacionales, 30 parques estatales, tres parques naturales y decenas de parques
marinos y metropolitanos, en total unos 4,1 millones de Ha, el 17% de la
superficie total del estado.
Melbourne fue fundada en 1835,
John Batman, el hijo de un convicto de Sydney compró las tierras de lo que ahora se conoce como el distrito de
Port Phillip, unas 200.000 Ha, a los aborígenes kulin, por herramientas, harina
y ropa, ya que los aborígenes no pensaban que la tierra era propiedad de nadie,
con lo que ellos no creo que se enteraran del supuesto trato que estaban
realizando, lo verían más como un regalo. Esta compra ilegal molestó en la
Oficina Colonial de Londres pero no la desautorizó.
A finales del siglo XIX
Melbourne era la capital industrial y financiera de Australia, además de la
sede del Parlamento Nacional hasta 1927, año en que se trasladó a la nueva
capital Canberra.
Entre 1950 y 1960 se calcula
que llegaron a la ciudad cada año 100.000 inmigrantes, siendo los italianos los
más numerosos; ello la hace una de las ciudades más multiculturales del país,
con más de 135 nacionalidades.
Melbourne fue sede de los
Juegos Olímpicos en 1956; y es una ciudad ligada al deporte, contando con nueve
equipos profesionales de fútbol australiano, es la sede del Open de Tenis de
Australia, de la Melbourne Cup, la mayor carrera hípica australiana, y se celebra
un Gran Premio urbano de F1.
Una anécdota de cine: cuando
Ava Gardner fue a Melbourne para rodar en 1959 La hora final, dicen que comentó que la película trataba sobre el
fin del mundo y que Melbourne era el lugar ideal para rodarla, y posiblemente
algo de razón tendría en aquel año, pero hoy la ciudad es cosmopolita, con festivales
artísticos y vibrante (a nosotros nos ha parecido que es todo esto).
Aparte de haber sido
considerada la mejor ciudad del mundo para vivir, y no seré yo la que digo lo
contrario, porque a pesar de su tiempo, mucho más lluvioso que en Sydney, de
hecho solo tienen 49 días soleados al año, y que ocurre como en Irlanda que en
un mismo día puedes tener todas las estaciones, me pareció una ciudad preciosa
y sobre todo llena de vida.
Cinco de las diez ciudades
son de Oceanía, supongo que el índice poblacional es un factor decisivo, así
como la renta per cápita.
Un dato importante para
visitar esta ciudad es que aparte de concentrada, el gobierno de Victoria
gestiona una línea de tranvía gratuita que da la vuelta al centro urbano, de color crema y burdeos; pero nosotros no tuvimos tiempo de utilizarlo, ya
sabéis que lo nuestro es andar y los transportes son para cuando no se puede
más o porque tenemos tiempo de hacerlo, pero no subir a él ha sido una de esas
espinas clavadas del viaje.
También hay un shuttle
gratuito que recorre la ciudad, pero a este no le seguimos la pista como al tranvía, que tenía su encanto.
Desde luego, ganas y empeño
en que se conozca la ciudad tienen, y ponen los medios para que lo hagamos.
Comencemos a pasear por la
ciudad con algo de música, de una natural de la ciudad.
Frente a la entrada del
hotel en que nos alojamos, en Collins St se sitúa St Michael’s Uniting Church,
iglesia construida en estilo románico lombardo.
Tengo dudas si sigue
funcionando como iglesia tal y como la entendemos, porque dedicada a la
religión si que está, a La Nueva Fe; no pudimos visitarla a ninguna hora, se
debe hacer en un tour guiado pero a pesar de la amplitud de horario, de 10.30 h a 13 h, y de
nuestra buena situación, nunca nos cuadró bien, o demasiado temprano o demasiado tarde. Otro detalle
curioso es que en los soportales del lado que da a Russell St hay instalado una
especie de taller-gimnasio de yoga o algo parecido porque la salud y el
bienestar físico es importante…todo suena raro en St Michael's.
Para completar el rizo de
mezcla, los despachos de la iglesia de estilo federación han sido incorporados
al nuevo edificio que se construyó en 1991, 120 Collins St, que mantiene la
fachada y por detrás se levanta un rascacielos de 265 m.
Esta es la vista de la
iglesia desde el hotel, con la pequeña plaza del rascacielos. Sorprendente y
curioso los recursos arquitectónicos por
todos los lados.
Siempre que se pueda hay que
buscar los detalles, en este caso la calle lateral por la que se entra a la
plaza del rascacielos tiene su propio nombre y su placa.
Lo malo del día es que está
comenzando a llover, es de esa lluvia fina que empapa, y así es más incómodo
manejar la guía, los mapas y la cámara fotográfica (cada uno de nosotros con su propia tarea).
Frente a esta iglesia se
encuentra otra, Scot’s Church (99 Russell St-140 Collins St), diseñada en 1874
por Joseph Reed en estilo primitivo británico, utilizando piedra basáltica en
los cimientos y arenisca de Barrabool en la estructura. Tampoco pudimos
visitarla, las iglesias nos daban con las puertas en el rostro, parecía que solo abría en horario de misa y este no es horario de
visitas. La primera foto nuevamente desde el hotel.
Al lado de la iglesia un
edificio que parece ser que era la vicaría de la iglesia (algo relacionado con
la iglesia todavía aloja pero parecía que tenía otros usos también).
En un local de la planta
baja de este edificio se halla una tienda de libros antiguos y raros (un poco Harry Potter ¿no?)
Frente a la iglesia un
edificio de los muchos que irán llamando nuestra atención a cada paso en esta
ciudad.
En la tercera esquina de
este cruce de calles, Collins St y Russell St, el edificio acristalado del
hotel, por detrás de otro edificio antiguo, la antigua consulta y clínica de un
doctor, ya que en esta parte de la calle de Collins St establecieron sus
consultas médicos, dentistas y ópticos; ahora lo ocupa la tienda de Louis
Vuitton . Es bonito el contraste de color y materia aunque en su momento levantó polémica, pero yo no creo que quede mal, si en New York es posible ¿por qué aquí no?
Ahora toca fijarse en una
señal de tráfico que es toda una identidad en la ciudad, Melbourne es la única
ciudad australiana donde es obligatorio hacer esta maniobra de circulación:
colocarse a la izquierda para girar a la derecha…esto se hace en España y los
pitidos se oyen hasta en Melbourne, a partir de ahora podremos decir ¡pareces
de Melbourne!
Continuamos bajando por
Collins St y algo más adelante se encuentra el Regent Theatre, pero la lluvia
nos hace desistir de cruzar para hacerle una foto a su fachada, con lo que
tenemos una mala foto de su coqueta entrada. Nunca hay que porfiar la
fotografía al ya volveré a pasar porque puede que no se vuelva a pasar o no se recuerde que hay que hacer un nuevo click.
El teatro fue conocido como
el “palacio de los sueños de Melbourne” y se inauguró en 1929, con una
decoración interior que emulaba el glamor de los teatros de Hollywood. En 1945
sufrió un incendio, donde se quemó uno de los auditorios de los que constaba. Se
puede echar una visual desde las puertas de entrada, que afortunadamente tienen
cristales para ver su increíble vestíbulo.
Frente a él se halla el
Athenaeum Theatre, obra de 1886 en la que en la hornacina superior hay una
estatua de Atenea, diosa griega de la sabiduría.
En el cruce de Collins St
con Swanston St destaca el grandioso edificio del Town Hall, el Ayuntamiento, construido en 1867
con fondos procedentes de la fiebre del oro.
El pórtico, que da a
Swanston St, fue añadido en 1887.
En el frontón del pórtico
destaca el escudo de armas de la ciudad con una ballena, un barco, un toro y
una oveja, que representan las principales industrias de la ciudad (lo del toro
no lo entiendo, si fuera una vaca…). Sobre el escudo lo que parece una cabeza
de un canguro.
Frente al Town Hall un
edificio que parece que nos persigue por las ciudades del mundo que visitamos en
su arquitectura, art déco con pequeños pináculos en su torre y en la parte
superior de la fachada.
En la esquina de Collins y
Swanston según hemos bajado una escultura que no sabemos que representa, pero
parece un perro entre agresivo y divertido.
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