La
leyenda de un bushranger, Ned Kelly (justicia e injusticia)
La siguiente y lógica visita
es la Old Melbourne Gaol (entrada cara, 22AU$), que comenzó a construirse en
1841. Antes de que se abriera el primer bloque de celdas en 1845, los
prisioneros eran encerrados en una serie de calabozos sin condiciones de
seguridad, desde donde se escapaban frecuentemente. En 1850 la nueva prisión ya
estaba superpoblada.
En 1851, el Distrito de Port
Phillip se convirtió en la nueva colonia de Victoria. El descubrimiento de oro
impulsó la llegada de trabajadores y maleantes, lo que dificultó el
mantenimiento de la ley el orden. Un segundo bloque de celdas comenzó a
construirse en 1852 y se terminó en 1858. La prisión siguió expandiéndose y
llegó a abarcar una manzana entera, incluyendo patios de ejercicio, hospitales,
una capilla, un balneario y alojamiento para el personal. Donde se encuentra la
Old Magistrate's Court también hubo una cárcel que fue demolida para poder
construirla.
La prisión cerró en 1924 y
abrió brevemente durante la Segunda Guerra Mundial para albergar presos
militares, principalmente soldados disidentes.
El bloque de celdas que
permanece en pie ha pasado a ser un museo, que es donde entramos. En esta
maqueta se puede ver cómo era el complejo, los techos dorados muestran los
edificios que se mantienen en pie. La entrada se hace a través de lo que fue
una sala de guardia.
Cuando entramos lo hicimos
al tiempo que los alumnos de un colegio con lo que era imposible tomar una
fotografía sin gente. En esta planta aparte de las celdas también se encontraba
la entrada a la capilla, que sigue en funcionamiento pero parece que no es
visitable.
El silencio y la separación
eran las dos bases del sistema de castigo y reforma de la prisión. La mayoría
de los prisioneros comenzaban su estancia en la prisión en la planta baja con
un período de reclusión solitaria; se les prohibía comunicarse entre sí y
debían usar una máscara de silencio cada vez que salían de sus celdas, aunque
salían poco ya que permanecían en ellas 23 horas al día y disponían de una hora
para realizar ejercicios en soledad. Los prisioneros podían bañarse y cambiarse
de ropa una vez por semana y asistir a la capilla todos los domingos, además se
les entregaba una biblia para estimular una mejor conducta.
En algunas celdas se cuentan
las historias de los presos, y como detalle morboso se exhiben sus máscaras
mortuorias, porque se desarrolló mucho la frenología como método de entender
las mentes criminales.
Este es Basilio Bondietto,
un inmigrante italiano que fue condenado en 1882 por el asesinato de un
compañero de trabajo, también inmigrante, aunque no se tenían pruebas
fehacientes contra él, no hablaba inglés y no tuvo intérprete durante el juicio
con lo que no comprendió que había sido condenado a muerte hasta pocos minutos
antes de su ejecución.
Ella es Emma Williams, que
llegó a Melbourne en 1893 con su marido, procedentes de Tasmania. Las cosas no
fueron bien, se estaba en plena depresión y no había trabajo, su marido murió
de fiebre tifoidea y ella se quedó sola y embarazada. Cuando dio a luz trató de
dar a su hijo a un agricultor o dejarlo en un orfanato y recurrió a la prostitución
para poder sobrevivir.
En agosto de 1895 Emma ahogó
a su hijo porque era una molestia al llorar cuando estaba con sus clientes. Por
este acto fue declarada culpable y condenada a muerte, pero consiguió retrasar
la ejecución alegando falsamente que estaba embarazada. Se enviaron peticiones
públicas de clemencia pero finalmente fue ahorcada el 4 de noviembre de 1895
con 27 años de edad.
Un periódico de la ciudad,
Champions, afirmó que el caso de Emma Williams mostraba al mundo a Victoria
como una de las sociedades más bajas y degradas del mundo civilizado.
Mucho debate se podría tener
sobre esta triste historia.
En una celda se exhibe una
colección de máscaras (demasiado macabro para mi gusto, parece que de uno en uno la impresión es menor).
La celda más famosa de esta
primera planta es la de Ned Kelly.
Ned nació en una pobrísima
granja del norte de Victoria en junio de 1854 o 1855 (hay dudas), hijo de un
convicto irlandés, Red Kelly. A los 15 años recibió su primera condena por
agresiones, al año siguiente fue encarcelado por robar un caballo y en 1878
mató a tres policías que iban a detenerlo. Con su hermano Dan y dos compañeros,
Joe Byrne y Steve Hart, huyó a las Strahbogie Rangers (unas montañas) y en los
18 meses siguientes su pandilla perpetró una serie de espectaculares golpes,
robando principalmente en bancos. Una vez tomaron el pueblo de Jerilderie, en
Nueva Gales del Sur, y retuvieron a todos sus habitantes como rehenes; allí,
Ned redactó una carta dirigida a las autoridades en la que justificaba sus
acciones y se definió como un activista republicano irlandés (listillo sí que
parecía).
En junio de 1880 el gobierno
de Victoria envió un tren cargado de agentes de policía para dar captura a la
banda. Cuando Ned se enteró tomó al asalto la estación de Glenrowan y ordenó a
los trabajadores que arrancaran las vías; uno de los rehenes consiguió fugarse
y, mediante señales advirtió a los agentes de la ley. Finalmente el 28 de junio se produjo un
tiroteo entre los policías y la banda (protegidos por las armaduras), que estaba refugiada en
el Hotel Glenrowan. El enfrentamiento duró toda la noche y al alba la policía prendió fuego
al lugar, con lo que el calor, el sentirse quemados por el metal de sus armaduras y las llamas les
hizo quitáselas. Ned fue capturado y el resto de los componentes de la banda murió.
Ned Kelly fue conducido a
Melbourne y ejecutado en la horca el 11 de noviembre de 1880, permaneciendo su
cuerpo colgado 30 minutos. Sus últimas palabras fueron, “such is life” (así es
la vida). Durante su ejecución su madre, Ellen, cumplía condena en la contigua
cárcel de mujeres por haber pegado a un policía.
Una multitud de 4.000
personas esperó fuera de la cárcel durante su ejecución para mostrar su apoyo a
un hombre que creían que estaba en su derecho de rebelarse contra la ley
británica y las autoridades policiales (este apoyo lo consiguió con actos como
quemar los archivos de los préstamos de un banco por lo que los clientes no
tuvieron que pagarlos).
En 1906 la historia de la
banda inspiró el que está considerado el primer largometraje de la historia, The Story of the Kelly gang, una
película dirigida por Charles Tait que era tan favorable a ellos que el
gobierno de Victoria prohibió su proyección en la región donde habían actuado
por temor a una rebelión.
La polémica sobre si Kelly
era un villano o un héroe continúa viva hoy en día, por lo poco que hemos visto
es más lo segundo, aparte de que también se ha convertido en un héroe
turístico.
Esta es la película más
conocida sobre Ned y su banda, protagonizada por Heath Ledger, Orlando Bloom y Naomi Watts, pero también se rodó una con Mick Jagger de
protagonista, que no le veo yo en este papel a Mick.
En el pasillo se exhibe la
máscara funeraria de Ned Kelly en una vitrina. Su cuerpo había desaparecido y recientemente,
el 1 de septiembre de 2011, se han encontrado sus restos, que habían pasado por
dos fosas comunes, pero solo el cuerpo que la cabeza sigue en paradero
desconocido después de que fuera robada, ¿tardará mucho en aparecer en alguna
subasta?
Como su armadura se exhibe
en la State Library lo que en la cárcel hay son dos reproducciones de la misma,
pero no solo como muestra, es para poder hacerse una foto con ellas,
principalmente dirigida a los niños aunque vemos que los mayores no se resisten
a ponérsela.
Las rutinas de la prisión se
controlaban por medio de campanas y su incumplimiento era sancionado con
castigos; los prisioneros que tenían buen comportamiento y cumplían con las
reglas eran trasladados a celdas en el segundo piso, desde donde podían ir a
trabajar en los talleres todos los días.
En este segundo piso se ve
la horca donde eran ejecutados los condenados.
Desde el tercer piso la
visión sería casi como la del propio ahorcado.
Pero sigamos en el segundo
piso, que todavía nos queda por conocer más detalles. En una de las celdas un
panel contiene los nombres y las fechas de todos los ahorcados en la prisión,
entre 1842 y 1929, un total de 135 presos.
Otro de los paneles nos
explica “el arte del ahorcamiento”. Charles Duff escribió en 1928 en el libro A Handbook of hanging: “El ahorcamiento es un arte fino y no un acto
mecánico. No es un hombre sino un artista el que sin dolor y sin brutalidad puede
ejecutar a otra persona”. En él también describía cómo se habían
desarrollado durante el siglo XIX técnicas muy satisfactorias de ahorcamiento,
con el método conocido como long drop
(larga caída).
En un ahorcamiento
"satisfactorio" el cuello se rompe cuando el ejecutado cae por la trampilla
causando la muerte inmediata. El "arte" consistía en no producir moratones o
quemar la piel y para conseguirlo la cuerda tenía que tener la longitud
correcta. Mr.Berry, un verdugo de 1880 confeccionó una tabla calculando la
longitud que debía tener la cuerda de acuerdo al peso del condenado: si la
cuerda era demasiado larga podría torcerle la cabeza, y si era demasiado corta
podría prolongar la muerte por estrangulamiento.
En algunas ocasiones los
cálculos fallaron, como en el caso de la mencionada Emma Williams, cuyo cuello
se torció en el colgamiento, con lo que su caída fue demasiado larga para su
peso.
Los brazos y piernas del
condenado estaban sujetos por grilletes. Tras la ejecución se les retiraban y
el cadáver se introducía en una bolsa de lona.
Los pelos como escarpias al
leer el método es poco expresividad escrita para contar las sensaciones.
Al lado de la horca hay una
celda, M4, donde eran confinados los condenados durante un tiempo, y donde
recibían la visita del sacerdote.
En una caja se exhibe el
instrumental original del verdugo, o de los verdugos, ya que con el cargo se adquiría
la caja también, que se guardaba en la oficina del sheriff. A partir de 1939 la
cubierta de cuero sobre la cuerda comenzó a encerarse para que la anilla de
bronce deslizara bien (que detalle).
En otra de las celdas se
contempla la visión con luz fantasmagórica de una horca (el morbo vende en todo el mundo de la misma manera)
En el tercer piso las
grandes celdas, ahora comunales, albergaban a
deudores, prisioneros menos peligrosos y prisioneros a quienes les quedaba poco
tiempo de reclusión.
En sus celdas nuevas
historias, algunas no tan tristes y lúgubres, como en el caso de las redes de
apoyo que se crearon con el Ejército de Salvación para prisioneros liberados,
aunque seguramente también tendrían su parte oscura.
Al fondo de la galería un
muro que lindaba con la cárcel de mujeres, Female Ward, que fue construida en
la década de 1860 y se demolió en 1930. La principal diferencia con el de
hombres es que el suelo era de madera y no de pizarra.
Al lado del muro se encuentra el llamado
triángulo de los azotes, donde los prisioneros masculinos eran castigados si su
conducta era considerada inaceptable. En una vitrina se exponen látigos con los
que eran azotados.
En esta planta se conocen más
historias de mujeres que fueron encarcelados. Es el caso de Janet Dibben, que
tuvo una gran prole, catorce hijos de dos maridos y otros hombres que la abandonaron, la mayoría de ellos murieron muy jóvenes. Ella vivía separada de su segundo esposo cuando nació su último hijo
John el 20 de noviembre de 1887, y Janet le dio el bebé a una joven granjera
también abandonada por su esposo, Ellen Gardner, para que lo cuidara a cambio de ocho
chelines a la semana, pero Ellen no lo alimentó bien, con lo que el bebé se
moría de hambre, en unas malas condiciones y sucio, hasta que unos extranjeros
lo vieron y lo notificaron a las autoridades. El bebé volvió a su madre pero ella no
se hizo cargo de él, no le dio de comer con lo que seguía igual de desnutrido
que en manos de Ellen, y su cuerpo comenzó a tener llagas y a estar plagado de
piojos, mientras ella veía impasible cómo se moría, hecho que sucedió el 24 de
diciembre de 1887.
Janet y Ellen fueron
declaradas culpables, la segunda condenada a seis meses por negligencia y la
primera a cuatro años de trabajos forzados, durante los cuales escribió poemas,
y en los paneles que explican su caso el título que se utiliza es Justicia
Poética para Janet, pero ¿quién le concede la justicia (poética o no) al bebé
si se diluye su muerte?.
En otra celda nos cuentan
como los casos de mujeres eran utilizados por la prensa, ya sensacionalista en
aquella época, para vender periódicos. La exposición se llama Bad women make good news. A las mujeres,
cuyos crímenes la mayoría de las ocasiones estaban provocados por la miseria y
los embarazos no deseados, se las representaba con caracteres masculinos y muy
desagradables.
En el dibujo se ilustra el
crimen que cometió la prostituta Ellen Francis sobre Robert Davis, y se pone
más énfasis en la apariencia de Ellen que en el motivo del crimen: se la
muestra corta de estatura, de complexión fuerte, con aspecto impasible, de
mejillas anchas y afiladas y con el rostro desfigurado por la viruela,
consiguiendo más el aspecto de un monstruo o del mismo diablo.
El caso curioso lo presenta
Francis Knorr, y no por su crimen, asesinar a tres bebés que tenía a su cargo
cuando su marido fue encarcelado por vender muebles comprados a crédito sin
haberlos pagado, sino por el verdugo que tenía que ahorcarla en 1894 en medio
de una gran polémica ciudadana y personal.
William Walker llegó a
Melbourne con 19 años de edad, primero trabajó en delitos menores y en 1884 fue
nombrado verdugo. Cambió su nombre (William Perrin, Thomas Jones y Thomas
Walker) para evitar que se conociera su profesión. Colgó a 18 personas en las
cárceles y consiguió una reputación de feroz ejecutor.
William era criticado por la
prensa por su toma de anotaciones durante las ejecuciones, decían que escribía
con deleite diabólico, cuando en realidad lo que hacía era calcular la distancia
que necesitaba para un mejor resultado del ahorcamiento.
El reglamento de las
ejecuciones establecía que el verdugo tenía que pasar al menos una semana en la
cárcel donde tendrían lugar, de modo que se aseguraba que estaría en el momento
oportuno y en un estado sobrio. William llegó a la cárcel disfrazado.
En su camino de verdugo se
cruzó la mencionada Francis Knorr, que en diciembre de 1893 fue condenada a la
horca y desde 1863 ninguna mujer había sido ejecutada, la última fue Elizabeth
Scott, con lo que con este caso se creó un gran interés público. La esposa de
William le amenazó con dejarle si ejecutaba a alguna mujer, y los Carlton, sus
vecinos, le acosaban igualmente. Durante semanas William bebió mucho y no podía
dormir; nueve días antes de la ejecución fue encontrado muerto en los
cuarteles de la cárcel, se había cortado la garganta.
En el tercer piso también
hay historias de desertores del ejército pero ya íbamos mal de tiempo si
queríamos visitar otro lugar, con lo que algo a medias dejamos la visita, no nos detuvimos en leer o fotografiar los paneles.
Saliendo de esta zona de la cárcel, hacia la izquierda de este
bloque de celdas se halla un patio, donde antes se encontraba el hospital de la
prisión para luego ser ocupado como garaje de la policía y que actualmente
es uno de los patios de la RMIT
University.
Hacia la derecha hay otro
patio, alrededor del cual hay edificios que también alojan a la RMIT University.
En el edificio de la derecha se encontraba la residencia del gobernador.
Al fondo del patio se
encuentra la puerta original de la prisión, que da a Franklin St, por donde en
1880 la prisionera Anne Miniver Davis aprovechó la confusión durante el día de
apertura del juicio a Ned Kelly para escaparse después de haber robado ropa de
la esposa del gobernador (con un par que se dice). Estuvo prófuga durante 3
años antes de ser capturada y devuelta a la prisión.
En la prisión se ofrecen
actividades y tours diferentes, como el ser arrestados, acusados y encerrados
en la cárcel temporal durante 30 minutos…tal cual lo tuvo que ser el gánster
Squizzy Taylor…pero no estábamos por la labor de pasar estos minutos
encerrados, ¡con la cantidad de lugares para ver! También se realizan ghost tours, al anochecer por supuesto
para tener el ambiente más propicio, que esto puede resultar curioso o simpático porque me lo imagino al estilo de las atracciones del terror.
La visita a la cárcel se
puede hacer rápida, sin pararse en las historias o puede llevar una mañana si
no se domina el inglés y se van traduciendo los paneles, creo que la segunda es
la más indicada para saber más sobre la historia de Australia, en este caso la carcelaria y la económica, pero es cuestión de preferencias.
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