Desde St Mary's Cathedral decidimos bajar caminando por Bo Aung Kyaw St,
y aunque realmente no hay nada especialmente para ver durante el
camino, está la propia ciudad, sus edificios y la vida en sus calles, y a nosotros estos nos gusta, y mucho.
Ocupando
una amplia manzana entre Anawrahta Road y Mahabandoola Road está el
Secretariat Building, un imponente edificio de estilo victoriano
construido a finales del siglo XIX. Desafortunadamente su estado es de
deterioro, verjas y escombros tapan la visión y la afean, y eso que
intentamos rodearle lo mayor posible para tener una oportunidad, así que
nos conformamos con ver algunas de sus torres de las esquinas.
En este edificio fue donde el general Bogyoke Aung San y seis ministros de su gabinete fueron asesinados el 19 de julio de 1947, y este crimen se recuerda en el Mausoleo de los Mártires.
No sabemos si el edificio tendrá un futuro mejor, porque su tamaño es descomunal como para afrontar una reforma, tanto para uso público (oficinas, museo) o privado (hotel), pero a lo mejor con solo mantenerlo en pie y cobrar entrada para la visita, dado su importancia en la historia, es posible que pudiera evitarse su colapso total.
En este edificio fue donde el general Bogyoke Aung San y seis ministros de su gabinete fueron asesinados el 19 de julio de 1947, y este crimen se recuerda en el Mausoleo de los Mártires.
No sabemos si el edificio tendrá un futuro mejor, porque su tamaño es descomunal como para afrontar una reforma, tanto para uso público (oficinas, museo) o privado (hotel), pero a lo mejor con solo mantenerlo en pie y cobrar entrada para la visita, dado su importancia en la historia, es posible que pudiera evitarse su colapso total.
Caminamos
por Anawrahta Road, donde entre la 50th St y la 51th St se alza el
templo hindú Sri Varatha Raja (según googlemap, que según mis notas era
Sri Devi, pero lo debo tener mal localizado); el caso es que al menos en
esta dirección hay un templo con su típico gopuram a la entrada, una puerta torre piramidal muy decorada. Afortunadamente el
templo está abierto y nos dejan pasar, ya que será la única y última
oportunidad de entrar en un templo hindú en la ciudad; la otra ocasión en la que visitamos un templo hindú fue en Singapur.
En
el interior una sala en cuyo centro hay un santuario, en este no se
pueden hacer fotografías, además había una especie de chamán recibiendo a
gente para realizar oraciones u ofrendas o bendiciones, así que no
molestamos.
Los templos hindús tienen una
estatuaria por lo general muy colorida, y si la estatua es oscura, la
alegran con collares, ornamentos dorados y flores.
La parafernalia estatuaria continúa, y no recuerdo si es otro gopuram interno, o la cara interna del gopuram de la entrada.
Comienza a
anochecer, así que lo mejor que podemos hacer es emprender el camino de
vuelta al hotel por Mahabandoola Road, donde comienzan a aparecer los
humeantes puestos de comida con sus olores que despiertan nuestro estómago.
Algunos tramos de
la calle resultan difíciles para caminar, hay muy poca acera, porque
parte de ella tiene levantado el pavimento para la canalización, y
acceder a las tiendas o casas se hace por los tablones colocados para
este menester. Complicado, y siempre con la vista puesta en el suelo
para evitar tropezones.
Llegamos al cruce de
Mahandoola St con Pansodan St, donde se encuentra el edificio de
Telégrafos, de estilo eduardiano, por el que ya habíamos pasado durante
primer paseo por la zona colonial de la ciudad, pero del que no tuvimos
una buena visión, y ahora aunque nocturna al menos es más completa ya que estamos en la acera opuesta.
Llegamos
hasta Sule Paya, y en la calle más puestos callejeros de comida;
estos pinchos tenían muy buena pinta, la gente se sienta alrededor y los
va consumiendo (como nuestras tapas de pincho, que se cuentan los
palillos, en este caso cuentan las brochetas).
Las calles y los alrededores de Sule Paya son de nuevo un hervidero de puestos de comida, de venta de artículos varios, y por supuesto la zona es muy animada.
Subimos
por Sule Paya Road, donde aprovechamos el paso elevado de peatones en
Anawrahta Road para cambiar de acera sin peligro de cruzar por la noche
la calzada. Así tenemos vistas de Sule Paya iluminada.
Ya
en el hotel pasamos a cambiar la poca moneda que nos queda, así nos
evitamos el tener que hacerlo en el aeropuerto, y aprovechamos para
darnos una merienda de tartas y cafés. Luego subimos a la habitación,
decidimos pagar una noche más de hotel aunque no la pasáramos para poder
disponer de ella (un check out no nos daría tantas horas). Nos toca
lidiar con las maletas, hay que dejarlas todas preparadas, ya que volverán
todas facturadas excepto una bolsa de mano con ropa de emergencia.
Pedimos unos sándwiches para cenar en la habitación, y casi a punto de
salir para el aeropuerto, nos damos una buena ducha para ir bien
fresquitos.
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