8 de noviembre de 2011

Australia - Parque Nacional de Uluru y Kata Tjuta - Vuelo en helicóptero


Palya Uluru! (¡Hola/Adiós Uluru!)

Última mañana en el Parque Nacional de Uluru-Kata Tjuta, a primera hora de la mañana hemos disfrutado del amanecer y esta es la única actividad prevista hasta que nos lleven al aeropuerto para tomar una avión a las ¡¡14.35 h!!

Se puede optar por subir al Uluru, siempre mejor al amanecer que no cae el sol a plomo, aunque sea invierno, y con esto se van tres horas, pero ni todo el mundo quiere hacerlo, ya sean por razones físicas que se lo impidan, porque no les interese lo más mínimo o porque como nosotros, respetamos los deseos de los anangu.

Muy mal por la organización del tour, no  te pueden dejar tirado una mañana completa en la más absoluta nada, que es lo que hay en este complejo de hoteles, vale que hay piscina y que a muchos les gustará el relax, pero no a todos, y por lo menos actividades alternativas deberían ofrecer.  

En un principio nosotros habíamos pensado dar la vuelta completa al Uluru, a nosotros nos gusta caminar y disfrutamos haciéndolo como se va viendo en nuestros viajes, pero dado que los sitios más importantes del monolito (quizás no los más importantes pero sí los más turísticos) ya los hemos visto, decidimos un cambio de última hora, que afortunadamente nuestra guía nos propuso, un vuelo en helicóptero sobre el Uluru y las Kata Tjuta. No es una actividad barata como lo sería el caminar pero nos daría otra visión de este impresionante paisaje.

En el intervalo de tiempo entre dejarnos después del amanecer y la recogida de nuevo en el hotel terminamos de cerrar las maletas y las dejamos perdidas en el desierto, a las puertas de la habitación, para que las recojan y guarden hasta que nos vayamos hacia el aeropuerto. 

Hago un inciso, preparando la guía de viaje para esta mañana mi idea era ir a Watarrka National Park o Kings Canyon, pero la distancia, 400 km y el vuelo a las 14 h no lo hacían posible, al menos eso fue la contestación que tuvo mi agente de viajes, pero en el helicóptero había un folleto donde detallaban todos los vuelos posibles y cual fue mi sorpresa cuando allí estaba: vuelo a Kings Canyon, realizar una pequeña ruta y vuelta a Yulara, todo ello en tres horas y media, completamente factible para esta mañana de libertad. Muy mal por el tour operador que no aconsejo a mi agente sobre todas las posibilidades, la respuesta fue que era imposible por carretera, y muy mal por mí por no haberlas visto por internet, cada vez tendré más flancos que cubrir a la hora de programar un viaje (imposible plantear ir en coche puesto que yo no tengo carnet de conducir si lo hacemos solo en pareja). Cierto que este tipo de excursiones tienen un coste, pero esa decisión sería nuestra, ellos sólo tendrían que cobrar. Todos los vuelos y sus precios los encontráis en la página de la compañía que nos llevó a nosotros, Professional Helicopter Services.

Llegados al helipuerto del aeropuerto me llaman la atención las escaleras de subida a los aviones o más bien para avionetas de Qantas. 


No estaría mal volar en esta bonita avioneta, más parece un pájaro grande. 


Pero no, nuestro transporte es de color amarillo limón.


Ya estamos preparados para volar, con los cascos grandes en las orejas por los que no escuchamos casi nada de lo que nos cuenta el piloto en inglés, a los que sí escuchamos es a la pareja de italianos que hacen el vuelo con nosotros, muy italianos ellos.
 
El vuelo fue espectacular sobre el desierto rojo con mucho verde, y las montañas, Uluru y Kata Tjuta desde otra perspectiva. 











Mi gozo en un pozo, hasta el momento ni un canguro en la tierra de los canguros, tan solo los hemos conseguido ver en los zoológicos, Sydney Wildlife WorldSydney Taronga Park Zoo, y no precisamente activos. Pensé que desde arriba podríamos divisar grupos de ellos corriendo o reunidos o lo que sea, pero ni uno solo, y eso que en el país hay ¡cincuenta millones!, el doble de habitantes humanos. ¿Dónde se esconden?, pregunté al piloto y la respuesta es que salen al anochecer, cuando no hace calor, y que por el día no se les ve ni la cola. 


Este es nuestro piloto, que era chico para todo: conductor de la minivan, informador, piloto, cobrador…y alto, muy alto, aunque yo no valga precisamente de referencia.


Tras el vuelo vuelta al hotel a terminar de pasar la mañana, más compras (estoy desatada), y también comemos, en principio no nos darán comida en el avión y no es cuestión de llegar medio muertos de hambre a nuestro próximo destino. 



No, no es que nos comiéramos las flores, es que el fotógrafo pasó parte de este tiempo de espera disfrutando de la flora en el complejo de hoteles. 

En la ya mencionada película Priscilla, reina del desierto se narra el viaje de dos gays y un transexual desde Sydney a Alice Springs, atravesando este vasto y rojo desierto.


Sería muy interesante poder hacer el viaje completo, del este al centro, sobre ruedas, el cambio de paisaje debe ser espectacular, aunque largo si se quiere disfrutar de lo que se ve y lo que se puede ver, con lo que cuando no se tienen todos los días necesarios la mejor alternativa es el avión. 

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