Del
rojo al azul y verde
Hora de volar, desde Ayers
Rock volamos a Cairns, en la costa este, a 1.791 km (de nuevo por el aire, que
por carretera es otro cantar más complicado aunque interesante ya que se podría hacer
por la Ruta del Trópico de Capricornio en varios días).
Fuente: mapas.owje.com
Cairns se encuentra en el
estado de Queensland, el segundo estado en extensión de Australia, para haceernos una idea de su tamaño es tres veces
mayor que España, con una superficie cercana a los 1.727.000 km2
y con una costa de más de 5.200 km.
Los habitantes de este estado tienen varios
apodos, pero el más curioso es el de “cane
toad” o sapo de las cañas, por los sapos que se introdujeron en Australia
en 1935 con el propósito de controlar el escarabajo de la caña de azúcar, que
no cumplieron su objetivo; del grupo inicial de 101 sapos ahora hay más de
doscientos millones en toda Australia, que ha provocado el declive de lagartos
y serpientes goanna autóctonos.
Los orígenes de Queensland
son oscuros y trágicos, en 1824 comenzó como un infierno para la peor categoría
de reclusos confinados en New Wales of South que fueron trasladados aquí. En la
década de 1840 comenzó la llegada de colonos libres que realizaron una de las
mayores usurpaciones de tierras en Australia, con una colonización sangrienta y
estableciendo pequeñas reservas para alojar a los aborígenes supervivientes. En
contrapartida, muchas de las expediciones hacia el norte acabaron en tragedia,
los aborígenes mataron a casi todos sus componentes.
En 1859 Queensland se
convirtió en colonia independiente y rompió sus lazos con New Wales of South,
basando su economía en el oro, las vacas, las ovejas y el azúcar.
A partir de 1863, en uno de
los capítulos más sombríos de la historia de la colonia, los kanakas, isleños
del Pacífico, fueron obligados a trabajar en las plantaciones de caña de azúcar
en condiciones de esclavitud, en la práctica conocida como blackbirding, que no fue abolida hasta 1905. Se calcula que un
total de 60.000 isleños fueron embarcados hacia Australia, pero cuando los
sindicatos empezaron a abogar por el trabajo sólo para blancos, muchos fueron
enviados de vuelta a sus islas. Los que se quedaron fueron olvidados por el
gobierno, víctimas del paro y el racismo, hasta que en 1994 el gobierno federal los reconoció como grupo cultural australiano diferenciado, y aún así,
Queensland tardó cinco años para seguir su ejemplo.
Durante gran parte del siglo
XX Queensland conservó su fama de Australia profunda, ya no existía la esclavitud
pero continuaba el duro trato a los aborígenes y la severa actuación policial,
que fue tremendamente notorio durante los 20 años de gobierno del
ultraconservador sir Johannes Bjelke Petersen, hasta 1989, fecha en la que
comenzaron los cambios y ahora Queensland dicen que es una de las regiones más
abiertas y liberales de la nación.
El vuelo es de QantasLink,
una compañía subsidiaria de Qantas para vuelos principalmente nacionales
(también llegan a Papúa Nueva Guinea), y el avión un Boeing 717.
En este despegue tenemos la
oportunidad de ver las Kata Tjuta, por lo menos tenemos mejor fortuna que a la llegada a Ayers Rock.
Decimos adiós a este
desierto rojo teñido de verde, en el que hay rocas sagradas y mucha vida
latente desconocida y que nos ha proporcionado grandes momentos, grandes visiones y muchas ganas de volver para conocerlo más extensamente y si se pudiera con más calma.
En contra de lo previsible,
nos toca comida, con lo que hay juerga con los amigos de tour que se
apuntaron a comer en el hotel con nosotros, al comentarles que en el planning
de vuelos solo ponía “refreshments” a bordo y nada de lunch, así que ternera
guisada y doble sesión de comida para hoy.
Durante el vuelo no puedo
hacer fotos como en el espectacular trayecto de Sydney a Ayers Rock porque tengo el sol dándome de cara y no se ve nada de nada. Del
rojo pasamos al gran azul para continuar con el verde, ahora ya no es una
vegetación corta sino bien alta, con grandes bosques en sus montañas.
En el aeropuerto de Cairns
un avión de la compañía Virgin Blue, con un dibujo simpático, una especie de Betty Boop
australiana.
Una vez en el hotel de Cairns desde
la terraza de la habitación disfrutamos del atardecer y del calor húmedo
tropical.
Tenemos vistas al
complejo del casino, que tiene hotel (la cúpula acristalada de la segunda
foto).
Algo de descanso, deshacer maletas
y una ducha después nos vamos de pequeña excursión por la ciudad, tanto para
cotillearla un poco como para buscar algún sitio donde cenar, donde de nuevo
las discrepancias maritales salen a relucir, al final lo hacemos en un local
muy animado, es tanto restaurante como local de copas. La diferencia, y no es
el único local de la ciudad con este servicio aunque sí con este particular
sistema, es que se pide en las barras (comida por un lado, bebida por otro) y
te dan un receptor para avisarte que tu comida está lista para recoger (en
otros lugares es con un "trofeo" con número en la mesa, que también va
utilizándose en algunos locales españoles, aunque aquí todavía te lo sirven en
mesa). Ahorro de costes y nadie sin pagar consumiciones.
Después de cenar nos damos
otro paseo para reposar la comida y conocer algo más de la ciudad, que en
teoría es de las más animadas al ser costera, hay que tener en cuenta que estamos en una de los puntos de
partida más activos de las excursiones a la Gran Barrera de Coral, pero es
invierno y no todo el mundo tiene vacaciones en el país, así que hay mucho
turista ocioso pero poca animación en general.
Entramos en los mercados
nocturnos (Night Markets), dos pasillos en un centro llenos de tiendas de souvenirs, camisetas,
locales de masajes y al fondo multitud de locales de comida rápida,
principalmente asiática.
En una de estas tiendas
sombreros tipo Cocodrilo Dundee, con los dientes de cocodrilo en la cinta que
lo rodea, y un cocodrilo que salvo los dientes pero no el pellejo ni la cabeza.
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