Por la calle Trautsongasse entramos en el barrio de Josefstadt, cuyo nombre es fácilmente deducible que lo recibe del emperador José II. Entramos en zona menos turística aunque tiene lugares para descubrir, y por supuesto también turistas, que llegamos por todos los lugares, aunque no en masa como en el casco antiguo.
Entramos por la calle Lange Gasse, el patio que buscaba en el número 29 tiene las puertas de la casa cerradas, ni siquiera por la cerradura se puede ver o intuir algo. En el número 34 una bella casa, Alte Backstube, construida para un joyero, con una escultura de la Santísima Trinidad sobre la entrada. En teoría también es panadería y museo de panadería, pero no encontré rastro de ello, o no lo supe ver, y al igual que la casa anterior también está cerrada.
La calle Lange Gasse termina en el parque Schönborn, por detrás del cual se halla el Museo für Volkskunde o Museo Etnológico, instalado en el palacio de igual nombre que el parque.
Giramos por Piaristengasse, donde se encuentran el convento y la iglesia de las Escuelas Pías, Maria Treu Kirche, construida por Hildebrandt en 1716. Delante de la iglesia otra columna de la peste.
Ahora podéis volver a ver una foto desde la torre Steffl de la catedral de San Esteban y señalar tres de los monumentos que se ven en ella (si no me equivoco claro). Los tres han sido detallados en diferentes momentos del viaje.
Al entrar a la iglesia una verja nos cierra el paso, pero llega una pareja, por su comportamiento turista, pero por sus pasos viejos conocidos, que bordean la verja, entran por un pasillo lateral y ¡voilá!, se entra a la iglesia, ricamente decorada y ornamentada.
En la plaza se encuentran los edificios del convento y el del colegio de los Escolapios, donde estudió Billy Wilder. No podemos separarnos del cine, y mucho menos de un genio del mismo, al que admiramos enormemente.
En los sótanos del convento hay instalado una bodega-restaurante, Piaristenkeller, con una terraza en la plaza bien concurrida. Está bien eso de cometer el pecado de la gula para luego ir a solicitar el perdón en la cercana iglesia.
Continuamos por Piaristengasse, donde se encuentra la puerta de los trabajadores del Teatro Josefstadt.
Salimos a Josefstädter Strasse, que es donde se encuentra la entrada principal del teatro. Es uno de los teatros más antiguos de Viena, fue construido en 1776, transformado en la sala de teatro privada del príncipe Auersperg, y en 1778 fue abierto al público. En 1822 fue reconstruido en estilo Biedermeier, y para su reinauguración Beethoven compuso y dirigió su obertura La consagración de la casa.
Frente al teatro, en la esquina contraria, destaca la gran fachada de la Antigua Farmacia del León.
Seguimos subiendo, queremos llegar a Alser Strasse, calle en la que se encuentra uno de los laterales del gran complejo del antiguo Hospital Alts Aligemeneines Krankenhaus, AKH, que se empezó a construir tras el segundo asedio de los turcos, en 1693, y se terminó cien años después, por la iniciativa de José II. En su momento, con una superficie de 100.000 m2 y 2.000 camas, fue considerado como una de las maravillas del mundo. Incluía una maternidad, una inclusa y un ala de psiquiatría.
En 1987 el Ayuntamiento cedió el complejo a la Universidad y fue convertido en campus. De los once patios de los que dispone se puede entrar al primero, pero claro, estamos de vacaciones, y está cerrada la entrada. Aunque lo que realmente nos hubiera gustado pasar a visitar, y ya no podíamos porque había que elegir si ir aquí o a otro lugar, ganando el segundo, era el Narrentum o torre de los locos, en el noveno patio : un edificio circular de cinco pisos con 140 celdas de tenue iluminación donde confinaban a los locos que se solían exhibir en las ferias de antaño, y eran tratados más como presos que como enfermos…como en aquellos manicomios tan nefastos de los que hemos leído o visto en multitud de películas.
En la torre se ha instalado el Museo de Anatomía Patologica, que alberga una colección de horrores médicos (esto creo que lo hubiera visto de largo y de refilón).
Frente al hospital la Dreifaltigkeitskirche, Iglesia de la Santísima Trinidad, cuyo horario de visita es por la mañana. El dato de esta iglesia es que tras la muerte de Beethoven su cuerpo fue traído aquí y luego trasladado al cementerio de Währing, a las afueras de la ciudad.
Apretamos el paso por si nuestra siguiente visita tiene horario y cierra a las 18 h, ya vamos justos de tiempo. Vamos hacia la Votivkirche, iglesia construida entre 1856 y 1879 por Ferstel en estilo neogótico, con 28 años. La iglesia tiene una historia detrás: el 18 de febrero de 1953 el joven emperador Francisco José salió del Hofburg con su ayudante a dar una vuelta por las murallas, lo que ahora es el Ring, cuando se asomó a las almenas para ver a los soldados hacer la instrucción, un individuo le asestó dos cortes de cuchillo que no profundizaron por el uniforme, se dice que un botón de metal desvió la hoja. El frustrado asesino era un sastre húngaro, avisando de que los independentistas del país estaban al acecho.
Después de este hecho, el Papa regaló al emperador un diente de San Pedro (estos regalitos…) y su hermano Max, posteriormente el emperador Maximiliano de México, inició una suscripción popular para levantar una iglesia cerca del lugar del atentado, y el Ayuntamiento pagó las torres.
En 1855 se puso la primera piedra, traída del monte de los Olivos de Jerusalén, y se inauguró el 27 de abril de 1879, fecha de las bodas de plata de Francisco José y Sisi.
En el exterior destacan sus altas torres, de 99 m de altura; si, las que el Neus Rathaus no podía superar en altura pero que el Rathausman lo consiguió con picardía.
Su interior es diáfano en decoración y a pesar de haber leído que era lúgubre no me lo pareció y me gustó, tanto por las vidrieras como por su amplitud. En la última capilla de la izquierda se encuentra el sarcófago renacentista de Nikla Salm, que mandaba las tropas austriacas durante el asedio turco en 1529 y liberó la ciudad.
Frente a la iglesia se encuentra el Parque de Sigmund Freud, donde por supuesto la gente está descansando, y somos los dos los que nos tiraríamos en la hierba porque llevamos una buena caminata sobre nuestras espaldas y sobre nuestros pies, pero aún nos queda mucho por ver en la ciudad, con lo que el respiro es mínimo.
Desde aquí entramos al casco antiguo, dentro del Ring, vamos a la calle Mölker Bastei, donde se encuentran los únicos restos de murallas, pero no las buscamos a ellas, sino a la Pasqualiti Haus, en la zona donde se encuentran algunas de las casas más antiguas de Viena. Es una de las más famosas de las aproximadamente 60 que ocupó Beethoven en la ciudad; aquí vivió entre 1804 y 1810, y luego entre 1810 y 1815. La casa lleva el nombre de su primer propietario, el barón von Pasqualiti.
Para nuestra gran tristeza el museo-casa está cerrado, como también lo está la tienda de recuerdos instalada como en la portería de la casa. Lo que sí podemos hacer es entrar al patio y curiosear la escalera que conduce a los pisos, estrecha y en curva, casi se podía escuchar música en ella, que salía del cuarto piso donde vivía el genio.
Aquí compuso muchas de sus obras: sinfonías 4,5,7 y 8, la ópera Fidelio, la tercera obertura Eleonora, el concierto número 4 para piano y los cuartetos de cuerda.
Salimos a la Freyung y variamos un poco el camino entrando en la Bognergasse, donde se encuentra la Engelapotheke, la Farmacia del Ángel, y con solo ver la fachada Jugendstil se entiende la razón del nombre. Fue construida en 1902 por Oskar Laske, un discípulo de Otto Wagner.
Desde aquí nos dirigimos hacia Stephansdom para conocer su exterior, visita que ya he contado por aquello de la continuidad geográfica y no temporal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario