En este viaje a Bago a Myo le he pedido visitar un lugar curioso, que en
principio no tiene nada en especial, bueno sí, tiene algo que lo hace
diferente y por eso vamos hacia él disfrutando de las estampas de la
ciudad. El camino para llegar está sin asfaltar, así son las calles no principales de las ciudades casi siempre, pero en
esta ocasión con muchos más baches que de costumbre, y damos las gracias a que la lluvia paró y esto no es un lodazal de barro. En muchas ocasiones lo mejor de estos destinos un poco atípicos no es el destino en sí mismo, si no aquello que vas viendo en el camino para llegar.
Llegamos al Snake Monastery, que decorativamente hablando no tiene nada en especial, y a estas horas no hay ni monjes.
La
curiosidad es que en el monasterio vive una boa constrictor -como ya os habéis podido imaginar por su nombre, Snake Monastery-, animal en
el que supuestamente se ha reencarnado un monje superior de un
monasterio de Hsipaw, porque una serpiente es la que le indicó el lugar
donde debía ir a Bago para terminar la construcción de una estupa
comenzada en una vida anterior (que jaleo de vidas). La serpiente come
unos 5kg de pollo al día, por lo que necesita donaciones para su
alimentación. No sería yo la que viviría junto a ella, por lo menos tan
tranquilamente como estaba su cuidador, aunque estuviera bien
alimentada, porque un pequeño abrazo suyo es suficiente para decir
adiós (y la reencarnación no está entre mis creencias o prioridades o necesidades...).
No seré yo quien recomienda la visita a
este monasterio y su serpiente por ningún motivo, yo lo incluí porque me
apetecía sorprender a mi pareja de viaje, que casi nunca sabe dónde va a ir
ni que se va a encontrar, todo para él es sorpresa, y esto le produciría
simpatía y extrañeza.
Junto al monasterio hay una estupa en un terreno
elevado desde la que se tienen que tener buenas vistas, pero desistimos
de subir, y a lo mejor esta es la razón que falta para llegar a este monasterio, pero creo que
en Bago hay otros lugares para obtener vistas, con mayor altura y más
campo de visión, a los que nosotros tampoco fuimos.
Emprendemos el camino de salida de la ciudad, atravesándola de punta a punta, pasando junto a la torre del reloj, un templo hindú y una mezquita, el pasado conjunto (dudo de su futuro) de varias religiones.
Emprendemos el camino de salida de la ciudad, atravesándola de punta a punta, pasando junto a la torre del reloj, un templo hindú y una mezquita, el pasado conjunto (dudo de su futuro) de varias religiones.
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