Al sureste de la ciudad está el emplazamiento del antiguo palacio mon,
Hanthawady, que se ha excavado hace poco; el recinto media 1,8
km por cada lado, y la muralla que lo rodeaba contaba con 20 puertas,
cinco en cada lado. No queda casi nada del lugar original, pero hasta el momento se
han reconstruido dos edificios, siguiendo tanto las excavaciones como
dibujos antiguos -como reconstrucción es Mya Nan San Kyaw, el palacio real de Mandalay-. El palacio constaba de un total de 76 apartamentos y
salones.
En primer lugar visitamos el edificio de Kambawzathadi, el palacio dorado, donde vivió el rey Bayinnaung de 1553 a 1599, fecha en la que el palacio fue saqueado y destruido. Bayinnaung está considerado como uno de los más grandes gobernantes de Myanmar, fundador del Segundo Imperio Birmano, que gobernó con justicia, y durante su reinado se vivió una época de prosperidad y paz, además de promocionar el budismo theravada en la población. Como curiosidad, poseía elefantes blancos, considerados símbolo de riqueza y poder.
En primer lugar visitamos el edificio de Kambawzathadi, el palacio dorado, donde vivió el rey Bayinnaung de 1553 a 1599, fecha en la que el palacio fue saqueado y destruido. Bayinnaung está considerado como uno de los más grandes gobernantes de Myanmar, fundador del Segundo Imperio Birmano, que gobernó con justicia, y durante su reinado se vivió una época de prosperidad y paz, además de promocionar el budismo theravada en la población. Como curiosidad, poseía elefantes blancos, considerados símbolo de riqueza y poder.
Entramos
al Salón de Audiencias, partido en dos grandes salas, con grandes columnas doradas. Primero al ala derecha.
Pero
son otras columnas las que llaman la atención, son de madera de teca, están
quemadas o partidas, y son algunas de las que se han recuperado en las
excavaciones practicadas desde 1990, en total, 176. Originalmente estas
columnas estaban recubiertas de oro, por eso hoy están pintadas de este
color.
En 136 de estas columnas se conservan inscripciones
en mon y bamar en sus bases, que reflejan el origen de la madera, la
región desde la que fue enviada para la construcción del palacio, así
como el nombre del oficial encargado del envío (un servicio postal muy
eficiente).
El cuerpo central del edificio -a ambos lados están las salas- está
ocupado por el Salón del Trono del León, originalmente cubierto con
azulejos de oro macizo. En el palacio había nueve tronos, salvándose de
la destrucción solo el trono del león, que se exhibe en el Museo
Nacional de Yangón.
Un pasillo interior y una terraza exterior comunican las dos alas del salón de audiencias.
El ala izquierda del salón también exhibe antiguas columnas de teca.
Así como una
carroza real decorada con pavos reales en sus esquinas y un tejado de
siete alturas, supuestamente utilizada por el rey Bayinnaung.
Un mapa del recinto del palacio, su extensión, su muralla y sus puertas.
A
un paseo corto, aunque nosotros lo hicimos en coche, está el edificio
del Salón del Trono de las Abejas, donde se encontraban además los
cuartos privados del rey.
Alberga el trono de las abejas o bhamarasana, tan ricamente decorado como el trono del león.
Frente
a este edificio hay un cobertizo cubierto a modo de museo, un lugar de
excavación de un edificio del complejo palaciego, donde se exponen
columnas de madera de teca. Al fondo destaca la estupa de Shwemawdaw Paya.
El lugar es
una reconstrucción de lo que fue, y como tal debe ser valorada, pero
extrañamente termina convenciendo, ya que estas columnas de madera
quemadas y deterioradas le dan un valor añadido al hormigón pintado. La
reconstrucción del palacio de Mandalay encontraba este valor en las
vistas desde la torre de vigilancia, para comprender su extensión y
grandeza, y en este caso son unas sencillas columnas, además del bonito
entorno que nos rodea.
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