La noche de Takayama
Tras el paseo por la ciudad volvemos al hotel para dejar las bolsas de las compras y así aprovechamos para refrescarnos un poco y lo más importante, preguntar en información por el restaurante que buscábamos y que ellos tienen señalado en elplano que ofrecen a los clientes. Nos confirman que existe y que está abierto, así que una vez listos salimos nuevamente en su búsqueda.
El caso es que estaba escondido, la entrada es como una especie de garaje, y al final una escalera conduce al primer piso que es donde está el restaurante. En esta zona del país, Hida, es famosa la ternera, tan famosa como la archiconocida y carísima de Kobe, así que habrá que probarla, y seguimos evitando el pescado, que ya tendremos tiempo de repetir y repetir. Si no estoy equivocada el nombre es Yamataken-Shoten y la dirección, 1-70 Sowa-cho y al ser uno de los restaurantes recomendados en la guía de Lonely Planet está bastante concurrido de turistas, italianos principalmente y también coincidimos con una pareja española que no era de nuestro grupo.
Un nuevo y maravilloso ritual para la cena:
1 - Se elige la carne en una vitrina
2 - Al lado se encuentra la vitrina de las verduras, ya troceadas para seleccionarlas que gustan. En la parte superior se encuentran los postres, flanes y yogures.
3 - La carne la pesan y cortan en piezas no demasiado grandes
Nuestros chicos se niegan a sentarse en el suelo, así que comemos como los occidentales, en nuestra mesita, donde hay una parrilla con brasas donde hacer las verduras y la carne al gusto.
Por último se come todo y se repite de lo rica que está la carne, gloria celestial en el paladar. Como es normal terminamos la cena con una botella de sake, brindando al ritmo de Kampai. El sake se puede tomar bien frío, como nuestros licores, o a temperatura ambiente, a mí me gusta más bien fresquito.
Las bolas protectoras de sake no sólo cuelgan en las entradas de las fábricas, supongo que en esta calle entera debe haber bastantes de ellas. Parece Navidad en verano.
Sin darnos cuenta alcanzamos el Barrio Rojo de la ciudad, la diferencia con los luminosos, lo que anuncian los mismos y la gente que circula por ella no dejan mucho resquicio a la duda, pero todo parece seguro. No es la iluminación de Shibuya, Ginza o Kabuki-cho de Tokio, pero no todo tiene que ser igual, y a cada ciudad sus modos o sus luces.
Takayama nos gustó mucho, totalmente recomendable y pequeña para recorrer ya que el casco antiguo se encuentra concentrado en pocas calles. Algunos lugares se han quedado pendientes pero la visita ha sido muy bien aprovechada, y la cena siempre la recordaremos.
Esta noche tenemos que volver a montar las maletas, deshacer y rehacer, ropa sucia por un lado, ropa limpia por otro, equipaje de mano por otro...a este tour llamado La Ruta del Samurai le comienzo a llamar La Ruta del Caracol...con las maletas a cuestas.
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