Desde la Terraza del Rey Leproso se ve la siguiente terraza, de los Elefantes, que es más larga que la del Rey Leproso y que se usaba para las ceremonias públicas, ya que enfrente se encuentra la Plaza Real por donde pasaban los desfiles con toda la parafernalia, elefantes incluidos, de ahí su nombre. Fue construida durante el reinado de Jayavarman VII.
Primero caminamos enfrente de ella.
Volvemos a encontrarnos con Erawan, el elefante de tres cabezas, ahora más visible que en el Bayon
En la terraza no faltan las barandillas con nagas, los leones guardianes y entre estos de repente aparece un guardián amateur.
La terraza tiene 350 m de largo.
La terraza comunicaba con el Phimeneakas por un camino, pero nosotros no hemos venido por este camino sino rodeando el muro del Recinto Real.
Este camino si se continúa de frente lleva a la Plaza Real y a la Avenida de la Victoria.
En el muro de la terraza hay diversos animales, algunos parece como si estuvieran sujetándolo, como los ya conocidos garudas (mitad ave mitad persona).
Pero el nombre de esta terraza viene dado porque en los dos muros largos en los extremos se halla tallado un desfile de elefantes con sus conductores.
Detalle de un elefante.
Ha sido un día de piedras alucinante, hemos ido de sorpresa en sorpresa, y ni los templos cerrados o en ruinas desmerecen para nada todo el conjunto visto. La ciudad de Angkor nos ha hipnotizado con sus edificios, y todavía nos queda un día más para poder seguir disfrutándolos.
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